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No todo el monte es orégano. Ni siquiera el de la Tortilla. Pero en Mendizabala toda el agua es potable. Al menos así está señalizado en cada punto de los aseos, hasta superar la treintena de fuentes de líquido elemento. El director del ciclo, Alfonso ... Santiago, explicaba que habían desechado la opción de añadir más grifos porque ya era un número adecuado, en principio. Además, el coordinador de los conciertos añadía que, en algunos momentos habría algunos manguerazos para refrescar a los asistentes.
Entre ellos, el tópico del calor era el eje de las conversaciones, al margen de las suspensiones pandémicas o del tiempo transcurrido desde el último Azkena. Incluso algunos recordaban el frío que hizo cuando vieron por primera vez en Mendizabala a los Black Crowes allá por 2009.
En el polo termométrico opuesto lo de este jueves. Unas jornadas en las que la dureza de los rockeros se va a poner más a prueba que nunca. Para algunos era toda una fiesta cuando los operarios del festival sacaron una manguera y regaron generosamente al personal, que parecía disfrutar tanto como los niños con las bocas de riego neoyorquinas en las películas. El título de este filme podría ser 'El coloso en llamas', con el logo flamígero del festival más presente que en 20 años.
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