os candidatos Esther Martínez (PP), María del Río (EH Bildu), Juan Mari Aburto (PNV), Nora Abete (PSE) y Ana Viñals (Elkarrekin Podemos). Yvonne Iturgaiz
Debate electoral en EL CORREO

La delincuencia y el envejecimiento de la población guían la batalla política de Bilbao

La apuesta por la persecución del delito o por la prevención divide a los partidos

Lunes, 22 de mayo 2023

Siendo como es la inseguridad ciudadana la principal preocupación de la ciudadanía en Bilbao, con este asunto arrancó el debate organizado por EL CORREO entre los candidatos a la Alcaldía. Hubo dos posiciones bien diferenciadas: la que apuesta por poner el foco en la prevención, ... y la que se fija en la persecución del delito. Son posturas que definen muy bien los diferentes modelos ideológicos y que también quedaron patentes en las medidas para incentivar la actividad económica (más protagonismo público o estímulos para la actividad privada) o para resolver el problema de la vivienda. En lo que coincidieron todos es en que hay que hacer algo para rejuvenecer la población y, al mismo tiempo, cuidar a una ciudadanía cada vez más mayor.

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Debatieron Juan Mari Aburto (candidato del PNV y actual alcalde), Nora Abete (PSE), María del Río (EH Bildu), Ana Viñals (Elkarrekin-Podemos) y Esther Martínez (PP), en un encuentro razonablemente cordial, aunque con algunos choques, moderado por las periodistas de EL CORREO Olatz Barriuso y Marta Madruga.

Aburto comenzó haciendo notar que la preocupación por la seguridad es algo común a otras ciudades y que, pese a ello, Bilbao está en buena posición en la comparativa de criminalidad a nivel estatal: «¿Vendría el Tour a una ciudad insegura? ¿Vendría un millón de turistas?». En cuanto a las recetas para mejorar la situación mencionó «más policías, más medios para la Policía y una nueva comisaría en Bolueta». Habló de «más drones, más 'body cámaras', más cámaras de vigilancia» y subrayó la apuesta por «una Policía de cercanía» y por el trabajo con el mundo de la justicia para que los procesos sean ágiles y «no haya impunidad».

La candidata socialista, Nora Abete, apostó por «reformar el modelo de seguridad» potenciando una Policía «de cercanía que conozca la realidad de la ciudad, los barrios, a los comerciantes y a los vecinos». Reiteró una de las medidas por las que más ha apostado en esta campaña, la implantación de «los agentes de movilidad», que descargarían a la Guardia Urbana de tareas en este ámbito para que los uniformados «se ocupen del delito». Se trataría, en fin, de una gestión diferente del cuerpo para «que la gente lo perciba como más cercano».

María del Río, de EH Bildu, reveló que «a mí misma me han quitado el teléfono dos veces», pero pidió no caer en el «alarmismo» y apostó por trabajar «la convivencia, la prevención y la transparencia». ¿En qué se concreta eso? «No creo que sea cuestión de más policía, sino de que sea cercana y de que en las comisarías se haga una atención también más cercana». A su juicio, en este tema entran en juego distintos ámbitos, como el urbanismo, para que no haya rincones peligrosos para las mujeres. Incluso el comercio de proximidad, porque cuando se pierde «las calles son más inseguras». Y, de manera especial, que Bilbao sea una ciudad «cohesionada».

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Una visión parecida tiene la líder morada, Ana Viñals, para quien la clave es «erradicar las desigualdades». A su juicio «Bilbao no es una ciudad insegura pero la tendencia es negativa y puede hacer que el problema se haga mayor». ¿Cómo contenerlo? «No hace falta más policía, sino una mejor policía y un modelo de prevención». Eso se consigue reorganizando la guardia urbana para que los agentes «tengan tiempo» no sólo «para hablar con los vecinos, sino también con los servicios sociales», otro agente relevante para luchar contra las desigualdades, que es donde suele estar el germen de los problemas.

Esther Martínez, del PP, fue la más crítica con la situación actual recordando cómo se han incrementado los robos con violencia en el último año y criticando que el Pacto por la Seguridad «no se ha sabido gestionar», por lo que estamos «bastante peor» que hace cinco años. Según su visión, lo que hace falta es «sacar más policías a la calle, dotarles de más medios, coordinar a la Policía Municipal y la Ertzaintza y poner más cámaras». También abogó por la instalación de «puntos laguntza» en las calles para que la ciudadanía pueda contactar con los agentes.

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En cuanto al reto demográfico, las recetas son igualmente diversas. Abete aboga por políticas integrales que vayan desde «el urbanismo hasta la vivienda y los servicios sociales». En su opinión es importante fomentar el «envejecimiento activo» al mismo tiempo que «se retiene y atrae talento con empleos estables y vivienda asequible». Es importante acercar esos dos mundos, el de los mayores y los jóvenes, mediante «políticas intergeneracionales» que faciliten que unos y otros «puedan vivir juntos y compartir espacios».

Para María del Río la clave es contar con «un sistema público integral» que garantice los cuidados de una población cada vez más envejecida, con especial atención a la ayuda domiciliaria. Y por el otro lado, el de los jóvenes, recordó que «hay personas que no pueden tener hijos por la precariedad en el empleo y las dificultades de acceso a la vivienda». Como estrategia para atajar esto último aboga por más «vivienda social», pero también por limitar el precio de los alquileres y «establecer cánones a los pisos vacíos» que movilicen más parque inmobiliario.

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«Estamos en una emergencia demográfica», resumió Ana Viñals antes de criticar que «sólo cuatro de las 46 residencias de Bilbao son públicas; privatizando no podemos decir que cuidamos a las personas mayores, con precariedad no se cuida». Para los jóvenes su receta es más pisos públicos con alquileres baratos y estrategias que incentiven el aumento de la natalidad como por ejemplo «un servicio municipal de canguros».

Para Esther Martínez el problema es serio porque la ciudad pierde población y la que se queda, envejece. La clave es «retener a los jóvenes con buenos empleos y atender mejor a los mayores», especialmente a quienes viven en las zonas altas y la accesibilidad puede comprometer su calidad de vida. Según el PP, una buena situación económica es clave para luchar contra el declive demográfico porque sólo con empleos de calidad y generación de riqueza puede revertirse la situación.

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Aburto, por su parte, recordó que «según el último informe de la OCU Bilbao es la segunda ciudad mejor donde vivir». Aseguró que la villa «es amable con las personas mayores» y en términos de retención de talento «es la octava del mundo» que mejor lo hace. Como medidas adicionales y concretas que permitirán avanzar en esa dirección mencionó «la ciudad universitaria» y el «'tallent house' que prevemos construir en Zorrozaurre», un espacio para que jóvenes que vengan aquí «puedan tener un lugar donde residir».

El problema de la vivienda mereció un apartado específico durante el debate. La candidata de EH Bildu, además de la necesidad de topar los alquileres y establecer el canon de vivienda vacía, advirtió de la necesidad de controlar los pisos turísticos, muchos de ellos al margen de la legalidad, que «encarecen» mucho el mercado. Viñals, de Elkarrekin-Podemos, apostó por movilizar «las 320 viviendas deshabitadas que son de bancos y de fondos buitre» y contener los desahucios.

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Desde el PP las recetas son muy diferentes. La principal, «dar seguridad jurídica a los propietarios» para que no teman sacar sus pisos al mercado. También quiere «incentivar fiscalmente actividades económicas que ahora están en pisos bajen a pie de calle», con el efecto adicional de «llenar lonjas vacías». Por su parte, tanto Aburto como Abete, socios de gobierno, recordaron que Bilbao es la ciudad con el ratio más alto de parque público de vivienda por habitante. Para el candidato nacionalista hay que potenciar, además, «la vivienda colaborativa e intergeneracional». Y «si es necesario topar los precios de los alquileres, de acuerdo». Abete quiere más pisos municipales en las zonas de expansión de la ciudad, «en Zorrozaurre, Abando y Olabeaga», y un mayor control de los pisos turísticos potenciando la colaboración con otras administraciones.

En materia económica, el PP pone el foco en su plan de convertir Zorrozaurre en una isla de la salud, 'Osasun Island', reservando 200.000 metros cuadrados para servicios sanitarios que incluyan «innovación y educación». Aburto apuesta por que Bilbao sea «capital comercial» al tiempo que florezca una industria limpia. «El parque tecnológico de Zorrozaurre va a tener todas las parcelas ocupadas» de firmas que ya han mostrado interés. En el PSE apuestan por «una economía diversificada» en sectores pujantes como los cuidados o las tecnologías verdes; en EH Bildu también quieren «industria limpia» al tiempo que se protege al pequeño comercio de la «competencia desleal de franquicias y grandes plataformas». Viñals, por su parte, quiere una ciudad «descentralizada, a escala humana» donde se pueda trabajar, vivir y divertirse en un radio de quince minutos.

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En lo que todos los partidos están de acuerdo es en seguir fomentando las políticas verdes, la calidad de vida en los barrios, y la mejora del transporte público.

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