Seis de los 112 alcaldes de Bizkaia no cobran dinero público por dirigir el ayuntamiento

En nuestro territorio histórico, 62 alcaldes tienen una dedicación exclusiva al cargo, 25 ejercen de forma parcial y otros 25 no reciben ningún tipo de sueldo, lo que implica que pueden cobrar o no dietas por asistir a órganos como los plenos, reuniones de gobierno o las comisiones. En el caso de los concejales, el 85% no tiene sueldo público. En estos casos, cobran de media 3.000 euros anuales en dietas.

En Bizkaia, las directrices sobre cuál es el máximo que pueden ganar los miembros de los ayuntamientos los fija la Asociación de Municipios Vascos (EUDEL, por sus siglas en euskera) y quedan recogidos en las normas forales. Con el objetivo de establecer ese tope salarial, se toma como referencia el salario de los altos cargos del Gobierno vasco. En este caso, el de los consejeros (100.978 euros anuales en 2023) y el de los directores (77.928 euros).

A partir de estas cifras se establece el máximo que pueden cobrar los representantes públicos en función del municipio. En las localidades con más de 150.000 habitantes, pueden llegar a ganar hasta el 95% del salario de un consejero autonómico. En cambio, en los municipios con entre 1.000 y 5.000 vecinos, esa cantidad se reduce hasta el 75% de lo que gana un director del Gobierno vasco. Con estos salarios máximos fijados, después corresponde a cada municipio establecer las retribuciones en los plenos.

De hecho, podemos encontrar pueblos de tamaños similares donde el salario de sus alcaldes es diferente, pese a tener un número de habitantes similar. Según datos facilitados por el Ministerio de Hacienda referentes al ejercicio de 2021 (los últimos disponibles que engloban todos los municipios), el alcalde de Basauri cobra 80.184 euros anuales, mientras la alcaldesa de Santurtzi recibe 66.726. Ambas localidades rondan los 40.000 habitantes.

Estos baremos, sin embargo, no se aplican en Bilbao. La normativa foral estableció en 2017 que el salario máximo que puede cobrar el alcalde de la capital vizcaína es de 90.000 euros, pero que esa cantidad se actualizaría conforme lo hiciera la retribución de los consejeros del Gobierno vasco. Así, con la subida salarial que han tenido en los últimos años los altos cargos autonómicos, los emolumentos que recibe el regidor de la ciudad se ha elevado durante este ejercicio hasta los 103.985 euros. Si se le suman los trienios a los que tiene derecho por haber trabajado como funcionario (11.314), Juan Mari Aburto se convierte en el alcalde que más dinero gana de España.

El número máximo de dedicaciones exclusivas que cada ayuntamiento puede fijar para que cargos electos trabajen en tareas municipales -que dan derecho a cobrar la totalidad del salario público-, también varía en función del tamaño del municipio. En el caso de los pueblos con menos de 1.000 habitantes, sus alcaldes no pueden tener una dedicación exclusiva, pero sí parcial (suele ser media jornada) si lo decide el pleno. En el resto de consistorios, no existe ningún precepto legal que establezca el número de concejales que puede desempeñar el cargo en régimen parcial ni su porcentaje.

Los alcaldes vizcaínos que no reciben ningún tipo de remuneración por su cargo ni tienen dietas por asistir a los plenos municipales son los de Arrankudiaga, Atxondo, Elantxobe, Garai, Ubide y Ziorza-Bolibar.

Txutxi Ariznabarreta, alcalde de Arrankudiaga, explica que concibe el trabajo como una «militancia», por lo que se niega a ingresar nada. Después de años trabajando como funcionario, ahora cobra la jubilación. «Otros prefieren ganar más dinero como alcalde, pero yo no concibo así la política», explica, para después asegurar que se pasa «todo el día en el Ayuntamiento».

Alberto Garro, regidor de Ziortza-Bolibar, explica que para él no cobrar también es una decisión personal. «No critico que en municipios como Bilbao los cargos electos cobren por trabajar, pero nosotros no queremos eso», asegura. Ahora está en el paro, pero cuando trabajaba como administrador en la empresa privada libraba el 20% de su jornada para dedicarse al Ayuntamiento.

En el caso de Elantxobe, su alcalde es Patxi Egurrola. Cuenta que allí nadie puede cobrar, ya que el presupuesto del pueblo «es mínimo». Compatibiliza su labor en la Alcaldía con su trabajo en un centro de Formación Profesional en Bilbao. «Cuando acabo las clases, cojo el coche y vengo al Ayuntamiento», explica. «No cobro ni dietas ni por coger el coche, quien viene a un Ayuntamiento como el de Elantxobe es porque ya sabe lo que hay», cuenta.

Por otro lado, Erramun Osa, primer edil de Garai, cuenta que concibe su trabajo como «un servicio a los vecinos», por lo que no recibe un sueldo. «Vengo del mundo de la cultura y del euskera, donde mucha parte del trabajo se ha concebido como voluntario», explica. En su caso, no tiene ninguna reducción de jornada en su trabajo como secretario de Euskaltzaindia: «Si pierdo horas por mis labores en la alcaldía, pues las recupero durante el fin de semana».