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La temporalidad más alta de Europa corta las alas a los jóvenes vascos

La tasa supera el 62%, lo que sumado al alto nivel de paro y la precariedad retrasa la emancipación más allá de los 30 años

ana barandiaran | gonzalo de las heras

Domingo, 28 de noviembre 2021

El mercado laboral vasco no trata bien a los jóvenes y ha vuelto a quedar en evidencia en la crisis del covid. Fueron los primeros ... en ser expulsados de sus trabajos porque entre ellos la temporalidad supera el 62%, la tasa más alta de toda Europa, por encima incluso de la española. Con la recuperación también han sido los primeros en colocarse, lo que ha hecho descender algo su elevada tasa de paro. Pero la vuelta a la normalidad en su caso significa inestabilidad máxima y salarios mínimos. Esta precariedad, instalada desde la Gran Recesión, corta las alas de la generación mejor formada de la historia: la edad de emancipación se retrasa en Euskadi más allá de los 30 años, cuatro años más tarde que la media europea, y la de tener el primer hijo a los 32, en medio de una crisis demográfica. Y, mientras, se da la paradoja de que el 80% de las empresas vascas tienen dificultades para encontrar los perfiles que buscan y miles de puestos se quedan sin cubrir.

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El paro es una buena forma de empezar el diagnóstico. Es habitual que las estadísticas tomen de referencia la horquilla de entre 15 y 24 años, pero más del 70% de los jóvenes sigue estudiando a esa edad porque, aunque se han acortado los grados a cuatro años, se suele sumar un máster e incluso dos. Así que resulta más lógico ampliar el límite hasta los 29. La tasa de desempleo en esa franja escaló en Euskadi hasta el 22% el año pasado, según el Eustat, aunque ha ido recuperándose a lo largo de este, hasta situarse en torno al 15%. Es el porcentaje más alto de la UE, por detrás de Grecia, la media española e Italia.

La recuperación del empleo tras el covid ha sido en las mismas malas condiciones que dominan desde la Gran Recesión

En la actualidad se contabilizan casi 22.000 parados menores de 30 años, según Lanbide, que destaca que 13.500 de ellos únicamente tienen estudios obligatorios o bachiller. Con formación superior hay 4.300 desempleados. Así que los datos demuestran eso de que son aquellos sin preparación los que quedan fuera del mercado laboral. Pero el problema de la precariedad y los bajos salarios es bastante generalizado.

Los jóvenes entran al mercado laboral con unas condiciones malas y lo peor es que en muchos casos se prolongan en el tiempo. Lo destacan en el Observatorio Vasco de la Juventud: «La temporalidad ronda el 63%, pero en la horquilla concreta de los 25 a los 29 años se mantiene por encima de los 56%. Es una barbaridad». Lo confirma un análisis que realizan las tres universidades vascas (UPV, Deusto y Mondragon) y que subraya que, tres años después de graduarse, el 61% de los egresados sigue con contrato temporal. «Tardan más de siete años en convertirse en indefinidos», decía recientemente la catedrática Sara de la Rica, directora de la Fundación Iseak. A eso se suma una altísima tasa de contratos a tiempo parcial, que se ha estancado en torno al 33%. Muchos jóvenes, especialmente las mujeres, solo encuentran contratos por horas.

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Reforma laboral

Esta excesiva temporalidad y parcialidad son problemas estructurales del mercado laboral español, que inciden de forma especial en los jóvenes. Ante el coste de la plantilla más veterana, con contratos indefinidos y muchos años de antigüedad, se hacen recaer los ajustes y la devaluación salarial en las nuevas generaciones. Es la famosa dualidad del sistema, que ahora se pretende abordar con una reforma laboral que acotará la temporalidad y también revisará los contratos de formación y prácticas.

Con esta inestabilidad es complicado que los jóvenes reciban ya en sus puestos de trabajo la formación que necesitan, cada vez más exigente y cambiante. Al otro lado, las empresas se quejan de que hay un enorme desajuste entre lo que se estudia y lo que necesitan. Tienen que competir por captar el talento que requieren. Faltan informáticos, ingenieros y muchos perfiles relacionados con la digitalización, pero también trabajadores cualificados en la industria así como carniceros, pescateros, fontaneros, camioneros...

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A la vez, las empresas advierten de que no encuentran perfiles por el desajuste entre necesidades y formación

En aras de paliar este grave déficit, Confebask y las tres patronales territoriales realizan cada dos años un exhaustiva encuesta sobre las necesidades de las empresas. La conclusión de la última es que el 42% de la demanda va dirigida a universitarios, y en concreto, el 63% a las ingenierías, incluida la informática. El otro 40% se concentra en la Formación Profesional, también con prioridad de las ramas de informática e industriales. Y los alumnos que salen de los centros no son suficientes en estas áreas y hay demasiados en otras.

El panorama no es muy alentador, pero las perspectivas son prometedoras. Los 'baby boomers' se van a empezar a jubilar y, aunque habrá que pagar sus pensiones, se va a abrir un hueco enorme. Se estima que habrá que reemplazar a 500.000 trabajadores de aquí a 2030, a los que se suman 100.000 nuevos empleos. A más corto plazo, va a llegar el maná de los fondos europeos y el Gobierno vasco ha prometido transformar Lanbide para que no sea un mero gestor de ayudas y modernice su sistema de formación. Del éxito en abordar este reto depende el futuro de Euskadi.

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Busca los datos de tu municipio

Los datos referidos a municipios de Euskadi solo permiten acceder al grupo de menos de 25 años de edad, en lugar de menores de 29.

Salarios de 1.150 euros de media, que no llegan para el alquiler

La percepción generalizada es que los salarios de los jovénes son bajos y no solo durante las primeras prácticas laborales. Los datos así lo apuntan, aunque varían según las fuentes. El sueldo medio entre los trabajadores de 18 a 29 años ronda los 1.150 euros al mes, según el Observatorio Vasco de la Juventud, que utiliza las encuestas del INE y el Eustat. La cifra encima ha menguado en la última década por la heridas que dejó la Gran Grecesión en las nuevas generaciones. En 200 siperaba los 1.300 euros.

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Otro informe, esta vez elaborado por Lanbide con los graduados en las tres universidades vascas (UPV, Deusto y Mondragon), eleva los sueldos medios, aunque con diferencias según las ramas estudiadas. Se trata de una encuesta que hicieron el año pasado a los alumnos egresados tres años antes, en 2017. El resultado arroja una media neta en 14 pagas de 1.589 euros, aunque en el caso de las carreras de ciencias llega a los 1.800 y en las técnicas supera ligeramente los 1.600.

Con esos sueldos la emancipación se hace imposible, especialmente en una comunidad como Euskadi, donde la vivienda tiene un altísimo coste. El alquiler medio supera los 1.000 euros, sobre todo en ciudades como Bilbao.

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El contraste es tremendo con las pensiones. Los nuevos jubilados vascos cobran en la actualidad cerca de 1.700 euros. Es otro indicador más que refleja la dificil situación de los jóvenes y la inviabilidad del sistema.

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