«Queremos que la prevención sea un rasgo distintivo de la cultura vasca»

Mendia aprovechó la ocasión para anunciar que el proyecto de ley de Presupuestos de la comunidad autónoma vasca para el año 2024, entregado ayer en el Parlamento de Vitoria, contempla una dotación de «más de 18 millones de euros» con la que Osalan dará «un salto cuantitativo y cualitativo». «Vamos a trabajar para que la prevención llegue a cada trabajador dentro de la empresa, pero también fuera, y muy especialmente para que cale entre los jóvenes, para que cuando piensen en su futura profesión además de las condiciones salariales valoren las laborales y tengan en cuenta si son saludables», señaló.

Entre las novedades que el organismo pondrá en marcha para lograr este objetivo, la consejera destacó «el diseño de un sistema de alertas que llegue a la población». «Nos parece un buen inicio comenzar con las relacionadas con los fenómenos meteorológicos extremos. Son cada vez más frecuentes y nuestro sistema preventivo se debe adaptar. Osalan completará a partir de ahora los avisos que ya envía a los servicios de prevención recordando la forma de evitar riesgos», explicó.

Esa «mayor ambición» fue también destacada por Elena Pérez Barredo, viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social, que insistió después en la necesidad de cambiar el enfoque desde el que se aborda la salud en el entorno laboral. «Las administraciones públicas empezamos hace muchos años con una visión muy intuitiva, actuando cuando ya había sucedido el accidente a través de pensiones e indemnizaciones. El siguiente paso fue asumir una función de vigilancia y control con la imposición de normas y sanciones. Pero ahora tenemos que ir un paso más allá; en una sociedad avanzada las administraciones tienen que tener una función preventiva, tienen que ayudar a evitar que se produzca el accidente o la enfermedad», explicó.

«Estamos en el trabajo aproximadamente un tercio de nuestra vida, así que lo que ocurre en él es importante. La salud que ganamos o perdemos es importante», añadió. «Tener un trabajo digno y con derechos ayuda a tener una buena salud y nos permite tener un propósito social y una vida razonablemente independiente. Pero también puede ser un determinante negativo si no sabemos cómo debemos protegerla», concluyó.