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José Miguel García, nuevo primer ejecutivo de Euskaltel. E. C.
El Parlamento pide al Gobierno y a Kutxabank que intervengan si peligra el arraigo de Euskaltel

El Parlamento pide al Gobierno y a Kutxabank que intervengan si peligra el arraigo de Euskaltel

Urge al Ejecutivo a no dilatar más la creación del fondo para tomar participaciones en empresas cotizadas que anunció en 2017

Manu Alvarez

Bilbao

Jueves, 6 de junio 2019

El Parlamento vasco aprobó ayer un texto respaldado por los votos de PNV, PSE y PP, en el que se insta al Gobierno vasco, pero también a Kutxabank y a sus propietarios – las fundaciones BBK, Kutxa y Vital–, a adoptar medidas para garantizar el arraigo de Euskaltel. Una compañía que nació del impulso de la Administración vasca y que en estos momentos ha pasado a estar controlada por el fondo de capital riesgo británico Zegona, entre cuyos objetivos jamás está perpetuarse en sus inversiones sino mejorar la rentabilidad para vender con posterioridad.

La resolución se aprobó apenas un día después del vuelco en la cúpula directiva de la operadora telefónica vasca, una vez que Zegona haya impuesto un cambio de rumbo que ha recibido el respaldo de otros accionistas de referencia de la sociedad, como sucede con la Corporación Alba y Kutxabank, segundo socio en importancia de la compañía. Pese a todo, los portavoces de PNV y PSE aseguraron que no se aprecia un riesgo inmediato en Euskaltel, ya que sus estatutos recogen que un cambio de sede requiere del respaldo del 75% del accionariado.

Todos los recursos

El texto aprobado por la Cámara de Vitoria insta al Ejecutivo de coalición PNV-PSE a que «utilice todos los recursos a su alcance para que esta empresa tenga el máximo nivel de arraigo en el territorio vasco», con el objetivo de mantener el empleo y el desarrollo económico de la comunidad autónoma. Pero también pide a «Kutxabank y a las tres fundaciones bancarias propietarias del banco, teniendo como objetivo un modelo productivo sólido saludable y sostenible en el País Vasco», que desarrollen «una política de inversiones significativa y sostenible en las empresas estratégicas, para garantizar su vinculación al territorio y asegurar la permanencia de su capacidad de decisión en el País Vasco». Por último, el texto recoge una demanda del PP vasco para que el Fondo de Inversiones Estratégicas, destinado a tomar participaciones en empresas cotizadas y anunciado por el gabinete de Iñigo Urkullu a finales de 2017, se convierta por fin en realidad. El Parlamento pide al Gobierno que lo haga, como máximo, en el tercer trimestre de este año.

El portavoz del PNV en la Cámara, Luis Javier Tellería, aclaró que la petición al Gobierno incluye que, si es necesario, «utilice la presión institucional e incluso la toma de participaciones» para garantizar que no hay una deslocalización de la empresa. En síntesis, no parece una exigencia de acción inmediata sino únicamente en el caso de que haya evidencias –no sospechas, como existen en estos momentos– de que el futuro del cuartel general de la empresa corre peligro.

El debate en el Parlamento se suscitó como consecuencia de una iniciativa de EH Bildu, que reclamaba una acción urgente y decidida del Gobierno vasco para tomar el control accionarial de la operadora de telecomunicaciones, ante el riesgo de que a medio plazo se genere una deslocalización de la compañía. El portavoz de esta formación, Iker Casanova, se expresó en términos extraordinariamente duros en relación a la «culpabilidad» del presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, y del de Euskaltel, Alberto García Erauzkin –ambos se han negado a acudir a la Cámara a explicar la estrategia que han seguido en la empresa–, al tiempo que calificó como «robo» lo sucedido con la firma de telecomunicaciones. Además, aseguró que, según fuentes internas de la propia compañía, «se están haciendo ya estudios sobre reducciones de plantilla, venta de la red de fibra y también sobre la venta de la sede». EH Bildu reclamó que el Gobierno vasco adquiera el 15% de las acciones de Euskaltel para garantizar una influencia suficiente.

El nombramiento de José Miguel García como primer ejecutivo de Euskaltel ya ha conseguido, al menos, uno de los primeros efectos que buscaban todos los accionistas con el 'movimiento de árbol' que se ha producido en la cúpula de la compañía. Esto es, sacarla de la aparente atonía que vivía en la Bolsa, con un mercado financiero que perdía la confianza en el futuro de Euskaltel poco a poco. En la sesión bursátil de ayer, los títulos de la operadora vasca de telecomunicaciones se revalorizaron un 3,04%, tras haber mantenido un buen tono desde el arranque de la jornada, ya extendida la noticia del cambio en el equipo directivo. Las acciones se situaron en los 7,8 euros. Una cifra que, pese a todo, está aún muy lejos de los 9,50 euros por título que fue el precio fijado para la salida a Bolsa. También es el precio que muchos de los accionistas actuales –no es el caso de Kutxabank, ya que su participación viene desde el origen de la sociedad– tienen como referencia para calcular sus minusvalías. Con esa cotización, Euskaltel vale en estos momentos en el mercado bursátil algo más de 1.400 millones de euros.

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