Las baterías de automoción inyectarán 1.500 millones en Euskadi hasta 2025

En este cambio de paradigma, la batería eléctrica para los vehículos se ha convertido en un elemento estratégico. Una tecnología, aún muy dependiente de China, que ha provocado una cascada de anuncios de inversiones millonarias para plantas en España. Es el caso de la gigafactoría que impulsa Volkswagen en Sagunto, la que planea Innobat en Valladolid o la de Envision en Extremadura. Al calor del litio, en Euskadi también han surgido iniciativas centradas en estos elementos críticos para la automoción eléctrica. Son cinco y prevén una inversión de 1.563 millones para los próximos dos años capitaneadas por empresas como Mercedes, Gestamp, Basquevolt, Irizar, Cegasa y la participación de centros de investigación como Ikerlan, Cidetec o CiC Energigune.

El único fabricante de vehículos con una planta de producción en Euskadi, Mercedes, es el que lidera la inversión con sus nuevas instalaciones. Un total de 1.200 millones para la construcción del nuevo modelo VAN.EA, la furgoneta eléctrica bandera del constructor alemán. El proyecto ha sido reconocido en la adjudicación de fondos europeos que ha hecho el Gobierno central a través del PERTE del coche eléctrico con un 160 millones.

Impulsada por esta infraestructura crece también la que será la primera planta de ensamblaje de baterías de carácter industrial en Euskadi. Se trata de una iniciativa impulsada por Gestamp en el desarrollo de su 'battery box', el compartimento destinado a alojar las baterías en el interior del vehículo. El fabricante vasco de componentes es ya un proveedor estratégico de Mercedes y Volkswagen y contempla, según ha confirmado EL CORREO, la construcción de esta planta en el polígono alavés de Subillabide a la que destinará 26 millones. Una inversión para la que ha recibido ayudas en la segunda convocatoria del Perte del coche eléctrico. La compañía presidida por Francisco J. Riberas levantará unas instalaciones en las que se recibirán las celdas de baterías y se ensamblarán acoplándolas en las piezas del chasis del vehículo que se envíen al fabricante. La ubicación en Vitoria es estratégica para proveer a la fábrica de Mercedes de la capital alavesa y la de Volkswagen en Navarra.

Las celdas de batería en estado sólido son precisamente el elemento estrella del proyecto de la gigafactoría impulsada por el Gobierno vasco, Basquevolt. Hasta 2025 contempla 200 millones de inversión para poner en funcionamiento diversas líneas previas a la producción industrial prevista para 2027 y que supondría otros 600 millones de inversión. La compañía trabaja en un prototipo que aumentaría la autonomía del coche eléctrico en un 50% -hasta los 750 kilómetros- y contempla arrancar las primeras acciones comerciales el año que viene para ver en 2028 los primeros vehículos equipados con estas baterías.

Irizar, el fabricante de autobuses vasco, no ha parado de crecer en su división eléctrica: e-mobility. En la localidad guipuzcona de Aduna cuenta con una planta en las que, tras invertir 75 millones, están fabricando más de 300 autobuses eléctricos al año. Las instalaciones, además, emplean a más de 400 personas. Esa actividad supone una producción de 1.800 baterías anuales, según explican desde la compañía. Además, ha recibido de los fondos europeos 24 millones para un proyecto en el que cuenta con el apoyo de los centros tecnológicos Cidetec y Tecnalia para ampliar su capacidad de fabricación de baterías al que dedicará 63 millones.

En cuanto a la movilidad a menor escala, como las de motocicletas eléctricas, destaca el proyecto liderado por Cegasa, junto a la compañía de vehículos ligeros Nuuk y el centro tecnológico Ikerlan. Con 74 millones trabajan en la fabricación de baterías dentro del proyecto 'Libress' que impulsa el grupo Renault España con fondos europeos.