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Forma parte de un club muy exclusivo en el deporte español, el de los pioneros. Talentos que surgieron a contracorriente, en especialidades en las que nunca se había destacado hasta que ellos escalaron hasta lo más alto. Javier Fernández pertenece a esa nómina de deportistas ... de leyenda, en la que aparecen Severiano Ballesteros, Ángel Nieto, Manolo Santana, Fernando Alonso, Blanca Fernández Ochoa y Carolina Marín, gracias a sus dos Mundiales y sus siete Europeos de patinaje sobre hielo. «No es fácil ser pionero en este país, pero he logrado dar visibilidad a mi deporte», afirma el madrileño en su visita a Bilbao para promocionar el espectáculo 'Revolution on Ice' que llegará al Bilbao Arena el 14 de diciembre, y con el que sigue impulsando su deporte.
- Ha elegido una buena manera de seguir llegando a los aficionados...
- Y sobre todo a muchas personas que no han visto nunca patinaje. Con este espectáculo accedemos a diferentes grupos y todas las críticas que hemos recibido hasta ahora han sido positivas.
- Ahora tiene una responsabilidad diferente. ¿Qué pesa más preparar una competición o tener que llenar un pabellón con un espectáculo como el que presenta?
- Son responsabilidades diferentes. Y son trabajos diferentes. Cuando quieres ser campeón del mundo es una presión personal, ahora engloba mucho más. Tener que meter 10.000 personas y hacer la promoción, buscar las ayudas... En mi mano está intentar expandirlo y que la gente lo conozca, pero que luego venga ya no está al alcance de mi mano. Es una presión diferente.
- ¿La satisfacción también es diferente?
- Sí. Que se llene un pabellón con un espectáculo que has creado es una satisfacción enorme, porque piensas que antes este deporte apenas existía en España y ahora estamos vendiendo un espectáculo que la base es el patinaje. Y vienen diez mil personas.
- También tiene la responsabilidad de seguir siendo la imagen de este deporte.
- Es cierto, porque con mi trayectoria me he convertido, por decirlo de alguna manera, en el icono del patinaje en España. Quiero seguir promoviendo mi deporte, ayudando a los deportistas y a la Federación para que siga adelante y que haya otros que puedan alcanzar lo que he logrado yo. Yo sé que soy el icono y tengo algo que hacer, ayudar a que la base crezca.
- ¿Hay riesgo de que el patinaje retroceda sin usted en competición?
- Espero que no, tenemos un buen equipo a nivel internacional. Trabajo nuestro es que no quede en el olvido lo que he hecho, que la gente vea patinaje.
- Para usted sería un golpe duro que su deporte vuelva al olvido.
- Sería muy duro para mí que la gente se olvidara del patinaje. Yo en el futuro quiero tener una escuela, dar clases, pero tardaré un tiempo porque estoy muy atareado. Dentro de 4 o 5 años igual me relajo y me centro en la escuela.
- ¿Uno de sus grandes logros es el reconocimiento general?
- Sí, haber tenido visibilidad, que los niños y niñas sepan quién es Javier Fernández y me reconozcan. También saber que muchas de las personas que empiezan a patinar lo hacen porque me han visto, que los niños te digan que quieren patinar porque quieren ser como tú. Es una gran satisfacción, la verdad. Ves que has aportado algo.
- No es fácil lograr eso en España.
- En este país no es fácil ser pionero, pero te tienes que abrir camino entre los grandes deportistas que tiene España. Es un país difícil, pero una vez que te abres ese camino captas la atención de la gente. Me preguntan si no tengo envidia del fútbol, pero es que yo contra el fútbol no puedo ni pretendo pelear. A mí me ha tocado abrir camino, iniciar esa trayectoria desde el patinaje para hacerme un hueco, y el hecho de haberlo logrado me gusta mucho. Además, en España estamos en una etapa muy bonita, porque ha habido una explosión del deporte minoritaro, hemos salido unos cuantos a la vez y hemos hecho fuerza. Desde Carolina Marín, Mireia Belmonte, Sandra Sánchez... Estamos ahí y hemos demostrado que en España hay más variedad en el deporte.
- Pasó de ser un desconocido a una celebridad, con recepciones de todos los colores cuando fue campeón del mundo. ¿Qué hizo para no perder el norte?
- Yo creo que depende de la manera de ser cada uno. Me podía haber ido un poco, pero la persona que es natural y cercana tiene muy difícil perderse. Siempre he tratado de mantenerme como soy.
- Cuando echa la vista atrás y ve el recorrido desde aquel niño que empezó en Majadahonda porque su hermana Laura patinaba, ¿que ve?
- No me hubiera esperado ser todo lo que he sido. Ahora cuando miras atrás ves que ha sido una carrera muy larga, muy dura, con mucho trabajo, pero ha sido muy bonita y he logrado muchas de las cosas que ni había imaginado.
-Y por las que peleó mucho, porque hubo malos momentos...
- Se pasan malos momentos, por supuesto. Hay que ser cabezón, es cierto, pero en cualquier ámbito pasas malos momentos. La diferencia es que en mi caso he estado mucho tiempo solo y no tienes ese apoyo que puedes necesitar. Estás lejos de casa y se hace un poco más complicado. Estamos hablando de entrenamientos duros, sacrificados, donde tienes que estar concentrado las 24 horas del día y siempre al cien por cien. Exige mucho.
- ¿Ahora tiene que seguir entrenando para mantenerse en forma?
- Sigo entrenando pero esporádicamente. Depende del trabajo que tenga que hacer, bien una exhibición o bien 'Revolution on Ice'. Entreno durante un tiempo para preparar las coreografías.
- ¿Y cuándo ve uno que ha llegado la hora de irse?
- Yo lo decidí antes de los Juegos de Pyeongchang'18. Había llegado el momento y tenía que escoger una fecha. Había que buscar un futuro, intentar seguir ligado a mi deporte, pero dejar la competición. Sabía que en los Juegos no iba a ser porque no quería ponerme una presión extra diciendo que me retiraba allí, así que decidí que sería en el siguiente Europeo, el que se celebró en Bielorrusia en enero (y que supuso su séptimo oro).
- ¿Por qué lo decidió?
- Era cansancio general. Yo sabía que forzando la máquina podía seguir un año más, pero ya habían aparecido patinadores jóvenes con mucha fuerza y yo veía que cada vez me costaba más, así que había que ser inteligente y valorar. ¿Me renta o no me renta seguir un año más? Lo valoré y vi que era el momento adecuado. Y también había que pensar si tenía encarrilado el futuro, si tenía proyectos para mantenerme ocupado o no. Y como los tenía, decidí dar el paso.
- Y no tuvo que enfrentarse al vértigo que supone afrontar una nueva vida tras el deporte...
- Cierto, yo no he tenido que enfrentarme a esa situación de incertidumbre, de qué haré cuando deje el deporte, porque he sido más precavido y tenía el camino preparado. Tampoco era un camino liso, tenía sus piedras a superar, porque cuando dejas algo cuesta adaptarse a la nueva vida, y me ha costado. Hay momentos de mi vida a los que todavía deberé adaptarme, porque desde los seis años me he dedicado a este deporte, primero en comperticion y ahora en espectáculo. Son cambios que cuestan.
Reconocimiento: «Uno de mis grandes logros es que las niñas y niños sepan quién es Javier Fernández»
La despedida: «Sabía que forzando la máquina podía seguir un año más, pero lo valoré y vi que era el momento»
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