Houston, una oportunidad para Rahm de solucionar el problema

Uno piensa en Houston y se le viene rápidamente a la cabeza la célebre coletilla de 'Tenemos un problema' de los astronautas del accidentado viaje del Apolo 13. Pues bien, Rahm tiene ante sí una oportunidad de oro para dejar atrás el bache sufrido en los dos grandes –en el Masters no pasó del puesto 45– y volver a surfear la ola de los Scheffler y Schauffele, últimos ganadores en 'majors', pero también de los DeChambeau o Morikawa, jugadores en óptimo estado de forma y siempre candidatos. Una gran semana en la ciudad más poblada (2,3 millones) del estado de Texas –que no la capital, que es Austin– devolvería la confianza que el vizcaíno parece haber perdido en su juego a tenor de sus últimas comparecencias en los torneos importantes.

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«Es la primera vez que me pasa venir jugando bien y que no me salgan las cosas», lamentaba el de Barrika ante este periódico al caer eliminado en el PGA. Contrariado, no encontraba explicación a lo que le sucedió en Louisville. En números, su tarjeta sobre par le hubiese valido para pasar el corte un 99% de las veces, pero, por tercera vez en toda la historia de los 'majors', la barrera se elevó hasta el -1. Los récords cayeron uno tras otro en Valhalla, el temeroso campo diseñado por la leyenda Jack Nicklaus que al final no fue tan feroz. Las buenas condiciones para la práctica del golf en este rincón de Kentucky elevaron la victoria al brutal -21 que firmó Xander Schauffele para conquistar su primer grande. Rahm quedó lejos, muy lejos.

En estas tres semanas habrá tenido que darle muchas vueltas a lo que le sucedió. Necesita respuestas tras encadenar dos 'majors' por debajo de sus posibilidades. Por ello desea encontrarlas de regreso en el LIV, donde en los siete torneos disputados ha sido el único en terminar siempre entre los diez primeros. También lidera la estadística de birdies conseguidos, con 110 tras 21 vueltas, una media de 5,24. Y es segundo en el ránking general con 98.17 puntos, solo por detrás del chileno Joaquín Niemann (134.40), vencedor en Mayakoba y Yeda. Además, a su Legión XIII apenas la superan los Crushers de Bryson DeChambeau.

Por contra, no ha podido estrenar su palmarés. Tiene hambre de victorias. Tampoco sumar puntos para la clasificación mundial, ese baremo que una vez que el circuito árabe ha desistido en su lucha para que sus campeonatos computen, cada día que pasa tiene menos sentido fijarse en él. No obstante, Rahm es séptimo ahora. Tras el PGA perdió dos puestos, lo que le ha catapultado fuera del top-6 casi cinco años después.

Ahora se encontrará con un campo, el Golf Club de Houston, que ya conoce. Allí finalizó en décima posición en el Abierto de 2017, con apenas 22 años. Con -9, realizó once golpes menos que el ganador, Russel Henley. Su amigo Phil Mickelson venció en 2011. También lo hicieron otros comparecientes esta semana como Paul Casey, Anthony Kim, Ian Poulter y Matt Jones. Ya sin las siglas del PGA, será la primera vez que sus hoyos cuenten con las del LIV.

Rahm, que tradicionalmente siempre ha preferido no competir la semana previa a los 'majors', debutará este viernes a partir de las 19.15 horas en España, siete menos en Houston. El vizcaíno empezará su partido desde el hoyo 3 junto a dos ases como el sudafricano Dean Burmester y Dustin Johnson. Ambos ya saben lo que es ganar un título este 2024. El de Carolina del Sur se estrenó en Las Vegas en febrero, mientras que el jugador nacido en Zimbaue lo hizo en Miami en abril justo antes del Masters de Augusta. Imposible mejor aliciente para que Rahm empiece con buen pie en el camino a su primer trofeo en el LIV, lo que sería la mejor puesta en escena para el US Open.