Landa será operado el lunes y confía en ir a los Juegos y la Vuelta

Durante largos periodos de su carrera deportiva, Landa ha sido más un paciente que un ciclista. Tras ser ingresado el miércoles en el hospital de Riccione, los médicos italianos se sorprendieron al repasar el historial de fracturas del corredor alavés: en cuatro ocasiones la clavícula, tres vértebras, las costillas... El príncipe de Baréin, Nasser Bin Hamed, puso a su disposición un avión medicalizado para trasladarle a Vitoria. Los trámites burocráticos ralentizaron el proceso, hasta que el vuelo salió a primera hora de la tarde. Landa llegó a tiempo para ver el final de la etapa que ganó su compañero Mader, el joven suizo a quien él había hecho hueco en la alineación del Giro.

Landa venía de una «mala noche». De dolor y frustración. De no creer casi lo que le había pasado otra vez. Durante su breve estancia en el hospital italiano recibió un aluvión de mensajes de «cariño». Más emoción. Más rabia por tanto infortunio. «Ya en el hospital de Vitoria. Quiero dar las gracias a todos por vuestras muestras de cariño, os aseguro que intentaré devolver tanto afecto. Gracias en especial al príncipe Nasser Bin Hamed y al equipo Bahrain por el cariño y el trato que me han dado», escribió el corredor en su cuenta de Twitter. El apoyo de amigos y rivales le ayudaba a sobrellevar el golpe moral.

El relato de la caída sigue aclarándose. Los corredores del Bahrain iban agrupados en torno a su líder. Pero hay cosas incontrolables. Al llegar a la mediana situada a 4 kilómetros de la meta de Cattolica y señalizada por un miembro de seguridad del Giro, el pelotón se abrió en dos. Joe Dombrowski pareció dudar. A la derecha o a la izquierda. Eligió en el último momento y tiró por la derecha. Pero se dio con el operario que alertaba del peligro banderín en mano. Salió despedido justo hacia donde circulaba Landa, que no pudo hacer nada. El alavés, a más de 55 kilómetros por hora, se golpeó de lleno contra el suelo y se rompió entre gritos de dolor. Tuvo que retirarse. Ayer tampoco salieron Dombrowski, con conmoción cerebral, y Bidart, con una clavícula fracturada.

Landa, de nuevo, tiene que iniciar una rehabilitación en el momento en que mejor estaba. Todos los planes rotos y la agria sensación de una gran oportunidad perdida. Mantiene su punto de mira en los Juegos Olímpicos y la Vuelta. Ahora, lo primero será establecer cuanto antes el daño físico que sufre -las fracturas en las costillas, muy dolorosas, complican a corto plazo el reinicio de los entrenamientos- y fijar los plazos para el regreso a la actividad. El traumatólogo Mikel Sánchez, que también operó a Joseba Beloki tras su caída en el Tour, marcará los tiempos.

Cada vez hay más accidentes y más graves. Tom Dumoulin, que anunció este jueves que volverá a competir a partir del 6 de junio en la Vuelta a Suiza tras cuatro meses alejado de forma voluntaria de las carreras, se dañó una rodilla en el Giro de 2019 y perdió cilindrada. Ha sufrido, además, el efecto colateral del hundimiento psicológico. Chris Froome se estrelló contra un muro mientras reconocía la contrarreloj del Dauphiné 2019 y no ha vuelto a ser el mismo. Remco Evenepoel voló hace nueve meses por un barranco del Giro de Lombardía, se rompió la pelvis y acaba de regresar tras una dura recuperación. El belga sí parece ya cerca de su mejor nivel.

Landa comienza ahora su retorno. El lunes pasará por el quirófano para unir su clavícula izquierda. A las costillas tendrá que darles tiempo para que suelden. Aunque aún es pronto para fijar una ruta de regreso, lo más probable es que esté al menos tres semanas inactivo. Si sólo es eso, los Juegos Olímpicos y la Vuelta estarán a su alcance.