Las condiciones de Greta Thunberg para su entrevista en 'Salvados'

Antes de la emisión del programa, el presentador acudía a 'Zapeando' para contar la intrahistoria de la entrevista. «Nos pidió muy pocas cosas, solo dos condiciones: no tener un intérprete ni nadie que hiciera la traducción simultáneamente, la entrevista tenía que hacerse en inglés. Y que fuese en una casa que estuviera cerca de la suya; no quería estar en un sitio público y llegó en bicicleta ella sola, con nadie de su familia».

La cita entre Gonzo y Greta tuvo lugar en Suecia y duró dos días. Después de conocerla en persona, el presentador cambió su punto de vista sobre lo que opinaba de ella: «Es una tía bastante sonriente y tiene un sentido del humor que me sorprendió. Es una sueca que dice que le aburre más Ikea que una tarde con políticos». Sobre este tema también conversaron.

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«Escuchar lo que dicen los políticos por lo menos tiene algo de interés, aunque Ikea tiene su parte divertida porque puedes meterte por las habitaciones». Unas imágenes de Putin, Trump y Bolsonaro criticándole provocaron muecas en el rostro de la entrevistada. «Hay mucha gente a la que no le gusto», aceptaba y para los presidentes ruso, americano y brasileño también tenía discurso. «Es gracioso. Ellos dicen que condenan a los que utilizan a los adolescentes en su propio beneficio, pero son ellos quienes los usan. Es contradictorio. Es divertido».

Los gobernantes no salieron bien parados en la entrevista. «Los políticos dicen que les interesa el cambio climático, pero no se refleja en sus actos», acusaba la activista, que reconocía que muchos políticos la llaman a sus despachos porque les interesa hacerse una foto a su lado. «Acepto la invitación porque no puedes decir que no están haciendo nada, que no se preocupan, sin haber hablado con ellos, sin haberlo intentado», aclaraba. Con todo, esas reuniones pomposas que se organizan cada cierto tiempo para debatir sobre el tema parece que tampoco convencen a Greta. «Las conferencias de la ONU sobre el cambio climático y las grandes cumbres, tal y como son ahora, no creo que aporten un avance en cuanto a la emergencia climática. Porque no tenemos presión del exterior y se siguen usando medios antiguos, intentando crear vacíos legales y demás. Aun así seguimos asistiendo porque son una oportunidad para movilizar a la población», contaba. Y remataba: «Hay países que solo van de manera simbólica, porque si no van les reprocharían que no les importa. Entonces van y fingen que les importa».