A Iñaki Rikarte (Vitoria, 1981) le hemos visto como actor de reparto en películas como 'Lasa y Zabala', 'Igelak' y 'Operación Concha'. Ahora acaba de terminar su participación en el rodaje de 'El hijo del acordeonista', basada en la novela de Bernardo Atxaga. En 'Soka', ... dirigida por Fernando Bernués, de Tanttaka Teatroa, daba vida a profesor de gimnasia que encuentra el cuerpo de un alumno suyo de once años ahorcado con una cuerda de entrenamiento. Un papel por el que estaba nominada al Max como mejor actor de teatro, aunque el premio que se ha llevado a casa es el de mejor obra teatral al ser el responsable de la puesta en escena de 'Solitudes. La obra de máscaras de Kulunka Teatro aborda la soledad de la vejez y la incomunicación familiar. Y todo sin que los actores, que llevan el rostro oculto con máscaras, pronuncien una sola línea de diálogo.
- ¿Cómo se dirige una obra de teatro de máscaras?
- La característica fundamental de 'Solitudes' es que es un espectáculo de máscaras y sin texto. La dificultad estriba en que ideamos las historias a medida que montamos la función, es decir, es un trabajo de creación total. Vamos descubriendo lo que queremos contar, aunque haya unas directrices previas. En los ensayos vamos sabiendo qué es lo que podemos contar con palabras y volviéndonos locos para eliminarlas después. Hablamos mucho para hacer un espectáculo sin palabras. Discutimos para encontrar al público, que para nosotros en fundamental. Él es el verdadero dramaturgo, el que tiene que entender y el que pone rostro y emociones a estas máscaras rígidas.
- Los espectadores se meten tanto en la historia que creen que los actores llevan máscaras con distintas expresiones, pero es siempre la misma.
- Esa es la magia que tiene la máscara. En el fondo, la magia del teatro, porque los espectadores queremos ver lo que proyectamos encima del escenario.
- 'Solitudes' habla de la soledad de la vejez y de la incomunicación en el seno de la familia, temas universales.
- Está claro que la vejez no está de moda. Hicimos un espectáculo anterior, 'André y Dorine', que hablaba de la relación entre una pareja de ancianos aquejados de alzhéimer. En 'Solitudes' no solo se trata de la soledad de un anciano, sino de lo que le ocurre a la familia entera.
- Es usted muy multidisciplinar: actúa, escribe, dirige... No es muy habitual. ¿En qué faceta se siente más cómodo?
- Yo creo que es más habitual de lo que parece. Siempre sigo que en el fondo la esencia es la misma y consiste en ponerse en la piel del otro e imaginar. Cuando escribes tienes que ponerte en la piel de cada personaje que creas y cuando actúas y diriges, lo mismo. Las tras facetas me satisfacen, aunque seguramente cuando hago una cosa pienso que estoy haciendo otra. Es una manera de quitarme responsabilidad, estoy actuando aquí y a la vez pensando en un texto que preparo...
- También estaba nominado en los Max como mejor actor por 'Soka', una obra sobre el acoso. (El premio recayó en Nacho Sánches por 'Iván y los perros').
- El acoso es un tema terrible. Mikel Gurrea ha partido para escribir de una paradoja, y es que a veces puede ocurrir que denunciando el acoso nos convirtamos en acosadores. En estos momentos no es muy políticamente correcto, pero hay que decirlo. A menudo, las buenas obras se cimentan sobre paradojas. El teatro es el espacio donde veamos nuestras carencias como sociedad. Es difícil tener razón y ser razonable, pero en eso estamos.
- Este año coinciden muchas obras de temática social en los Max. ¿Eso quiere decir algo?
- No lo sé. Desde luego que esa inquietud existe entre los creadores, pero los premios no dejan de ser la opinión de un jurado, habría que preguntárselo a ellos.
- Triunfo del teatro vasco en los Max. ¿Es casualidad o el fruto de un trabajo bien hecho?
- Me preguntaron lo mismo el otro día. Yo la verdad es que no tengo una visión de cómo está el teatro vasco en este momento. No sé si las cosas están bien o si es casualidad que tres compañías vascas hayan estado nominada al Max al mejor espectáculo teatral. Pienso que esto de los premios es algo muy subjetivo, hay categorías personales y el teatro es un arte colectivo en el que es muy difícil discernir dónde acaba el talento de uno y empieza el del compañero.
- ¿Prefiere el cine, la televisión o el teatro?
- Yo me considero bastante teatrero, vengo del mundo del teatro. Es lo que he estudiado y mis incursiones en el cine y la televisión han sido bastante esporádicas.
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