Miren, la 'Grace Kelly vizcaína' que se casó con un vestido inspirado en el Hollywood clásico

Miren confió en el modisto portugalujo Eder Aurre para su gran día. «Soy admiradora suya desde que le descubrí en los desfiles de La Encartada hace unos años. Me encantan sus diseños y su estilo encaja muy bien conmigo», indica. La novia optó por un vestido con silueta clásica, escote bañera y espalda descubierta confeccionado en Mikado de seda con cola de metro y medio. Además, lució una sobrefalda de pliegues de dos metros y medio de largo que se quitó al final del día para bailar cómodamente. El proceso de creación fue rodado: «Le enseñé diferentes ideas y le expliqué que quería una tela simple, sin nada; un diseño inspirado en el estilo de Hollywood de los años cincuenta. Lo captó al instante».

El traje 'bridal' traza paralelismos con los estilismos que lucieron estrellas de aquella época, como Audrey Hepburn, Marilyn Monroe o Elizabeth Taylor. Una tendencia que ha cogido fuerza hoy en día gracias a rostros conocidos como la 'influencer' Lucía Bárcena, la cantante Ariana Grande o Carlota Casiragui, hija de la princesa Carolina de Mónaco, que también optaron para su gran día por diseños clásicos.

Miren completó el look nupcial con accesorios que iban en consonancia con aquella estética elegante de los años 50: unos stilettos cerrados de la marca 'Lodi' y una diadema de rejilla desmontable de 'Tocó Tocados'. «Este complemento lo tenía en mente mucho antes que el vestido, e incluso de saber que me iba a casar», reconoce. En el último momento, optó por unos pendientes de la marca 'Acus' que también lució para la boda en el juzgado. «Estaba indecisa, dudaba entre otro modelo que compré en Madrid. Le pregunté a Eder su opinión mientras me vestía y le hice caso», asegura. Esta vizcaína, que se define como una mujer muy detallista, también lució una pulsera pleateda con un brillantito de la firma Aristocrazy que le sirvió para crear vínculos con su madre, María José: «Le regalé el mismo modelo, el suyo en dorado, antes de empezar a prepararme. Somos la noche y el día».

Miren despertó el día de su boda -uno de los pocos soleados de este verano-, en el hotel rural 'La Casona de Suesa', situado en Cantabria. «Como venía gente de fuera, decidimos alojarnos todos allí desde el viernes hasta el domingo», cuenta. Tras un desayuno con los invitados, todos en pijama, la novia comenzó a prepararse. La maquilladora Maider Martínez fue la encargada de acicalar su rostro. «Le hice un maquillaje estilo años 20. Conseguí una base muy natural y luminosa; le apliqué eyeliner en los ojos, marcamos la ceja y le puse pestañas postizas. Para los labios, optamos por el infalible rojo oscuro», concreta. Después, se puso en manos de la estilista Amaia Lauzirika, que recogió su melena en una coleta baja ondulada con raya en medio. Acto seguido, el diseñador Eder Aurre la vistió. «No me podía creer que él estuviera ahí. Se convirtió en mi hada madrina», admite. Por último, Udane Irastorza le entregó el ramo de rosas blancas que había elaborado para ella. Un día perfecto gracias a la 'wedding planner' Pachamama.

Javi, el tío de Jon, fue el encargado de llevarla en coche a la finca cántabra 'La Huerta de Cubas', donde se celebró la ceremonia y el convite. «En un principio, íbamos a hacer la boda en otro lugar, pero tras el cambio de fecha, no nos ofrecían un día que nos cuadrase. Le pregunté a Pepe, responsable del catering de nuestra boda, 'Finca San Juan', con qué restaurantes trabajaba. Se alinearon los astros. En 'La Huerta de Cubas' tenían un hueco libre el 28 de agosto», cuenta. A las 13.30 horas, Miren cruzó del brazo de su padre, Josu, el pasillo hacía el 'altar' vestida de blanco bajo la atenta mirada de los 120 invitados.

Se trató de una ceremonia breve y amena presidida por Leire, la hermana del novio. «Se dedica a la organización de eventos y fue quién planificó la boda. Suele hablar en público, pero estaba muy emocionada. Le temblaba tanto el pulso que no podía leer el discurso», recuerda entre risas. Uno de los momentos más emotivos llegó cuando Saioa y Esti, las mejores amigas de Miren, pronunciaron unas sentidas palabras. «Me suelen decir que soy de hierro, pero consiguieron sacarme alguna lagrimilla».

Miren prescindió de un segundo vestido. «Tenía otro por si no estaba cómoda, pero no lo usé. Lo único que hice fue quitarme la sobrefalda», explica. Tras el 'sí quiero' de los novios, vino el cóctel, que tuvo lugar en otro espacio de la finca, en concreto, en unas pasarelas de madera entre árboles. Después, los recién casados e invitados comieron y bailaron hasta las dos de la madrugada al ritmo del grupo musical 'Gou Music'. «Mi objetivo es que la gente disfrutara; y creo que lo cumplimos», asegura Miren todavía emocionada.