En silla de ruedas y con demencia: «Enrique subía a Begoña a pulso porque el ascensor no llegaba a su piso»

Enrique compaginaba su tiempo cuidando a su esposa y sacando a la calle a su perra Baltza, que también ha perecido en el incendio. Los paseos diarios con su mascota le servían para no perder el pulso al barrio. «Le llamamos el omnipresente, porque salía siempre que podía», recuerda una joven vecina con una sonrisa bañada de tristeza.

El virulento incendio se ha desatado sobre las 8 de la mañana en el número 28 de la calle Labayru de Bilbao, muy cerca de la Plaza de toros de Vista Alegre. El fuego ha devorado un primer piso, en el que residía la pareja, y ha afectado a la segunda planta. Enrique logró salir por la ventana gracias a la ayuda de un operario que pasaba por la zona y no dudó en colocar una escalera que portaba en su furgoneta para ayudar al vecino. Begoña, impedida, falleció tras sufrir una parada cardíaca de la que los servicios sanitarios intentaron sin éxito reanimarla.

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Una cruel forma de interrumpir la hasta ahora tranquila jubilación de Enrique, este casi octogenario -tiene 78 años- que había sido dueño de una imprenta no muy lejos de donde vivía con su esposa. Un duro golpe porque el hombre, muy querido en el barrio, se desvivía por su mujer. «Hasta cargaba con Begoña por las escaleras a pulso cuando tenían que salir porque el ascensor no llegaba a su piso», recuerda Iker Sáez de Guinoa, uno de sus vecinos.

«Estaba cuidándola siempre», dice Bego, otra vecina del inmueble afectado. «El pobre tiene que estar...», se interrumpe por la pena. Toda una vida juntos rota por un trágico incendio del que todavía se desconocen sus causas.