FERNANDO GÓMEZ

¿Quién ha llevado a los niños y niñas al cole esta mañana?

En algunos colegios, como el García Rivero de Atxuri, el seguimiento de la huelga ha sido más visible y también la presencia de aitas a primera hora, que hoy van a asumir más tareas para que sus parejas reivindiquen el 8-M

EL CORREO

Viernes, 8 de marzo 2019, 10:48

En muchos hogares, el 8-M empezó ayer. Hacer del 8 de marzo una jornada reivindicativa, festiva e igualitaria requiere en algunos casos planificación y algún cambio. Para muchas mujeres este viernes es un día especial y atípico: algunas no van a ir al ... trabajo, otras van a hacer huelga de cuidados o a secundar las distintas manifestaciones y concentraciones... Entonces, ¿quién lleva a los críos al cole? Un breve paseo por Bilbao permitía ver a primera hora que en muchos colegios, sobre todo los de barrio, el panorama ha sido muy similar al de otros días. Una inmensa mayoría de madres, abuelos y abuelas apresurados se despedían de los peques en la entrada. Padres, pocos. Los de siempre y alguno más, comprometido con el 8-M. Sin embargo, en los colegios del centro, el panorama era muy distinto. Sí se veía a muchos aitas: habituales y 'no habituales'.

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En el García Rivero, de Atxuri, la presencia de padres a la hora de la entrada no es algo extraño. Y hoy, con más razón, ahí estaban. Eso sí, el patio del centro se encontraba mucho más vacío que de costumbre. «La mayor parte del profesorado hace huelga, trabajará el bedel... y poco más», comentaban las pocas familias que habían llevado a los niños y niñas al cole. En las verjas, profesoras y amatxus colocaban delantales reivindicativos. «Por las mañanas solemos venir amas y aitas por igual. Fifty-fifty. Yo traigo a mis hijos porque mi marido trabaja en Vitoria y es imposible que venga», relata Igone Asua, que acaba de aparecer con Xabi, de 12 años y Leire, de 10. Pero enseguida aclara que su jornada feminista arrancaba ya: «No voy a ir al trabajo, he quedado ahora con mis compañeras para participar en los actos. Vivo este día con ilusión y la convicción de que el mensaje de esta jornada cala en la gente. Creo que hay que apoyar este día, independientemente de que tú personalmente tengas más o menos problemas... es para apoyar a todas las demás mujeres que sí los tienen», destaca. Su hija, Leire, se ha tenido que meter en la escuela, a regañadientes. «Es que quería venir conmigo», desliza la amatxu.

Nerea aparece al filo de las nueve con sus tres hijas: Ekai, Jare y Maddi. Todas ellas pequeñitas, de 4 y 5 años, y tapándose la cabeza con la capucha para no mojarse. «En casa somos cinco chicas, dos amatxus más las niñas. En principio íbamos a organizar para hoy un día en la calle todas juntas, pero al final iremos improvisando...», explica. Según cuenta, no disponen de ningún chico en quién delegar. Para ella, hoy se verá muy claro «el hueco» que dejan las mujeres en diversos ámbitos, como en su cole. «Y ahí radica también la reivindicación», comenta Nerea, quien destaca que la necesidad de luchar por una sociedad más igualitaria «está presente siempre en casa».

Carlos Fernández también llega al cole a toda mecha con sus tres hijos: dos niñas y un niño. «No vengo porque hoy sea 8 de marzo, normalmente los traigo yo y luego los recoge su ama. Pero hoy haré jornada intensiva para venir también a buscarles y que no lo haga ella», informa. En su familia, el tema de la igualdad se trabaja día a día. «Sobre el 8-M, les decimos que las mujeres tienen que reclamar sus derechos», detalla. ¿Lo entienden los peques? «Bueno... la mayor tiene 5 años, pero algo pillan. Lo que no tienen es noción del tiempo, que hemos salido de casa a todo correr», bromea.

Dorin Dica, otro padre, también va a dedicarse hoy a las tareas domésticas. ¿Por el 8-M? «Bueno, también, pero lo hago siempre. Antes era camionero y no estaba en casa ni podía ayudar. Pero ahora trabajo de noche y estoy en casa de día. Y hago la comida, la compra, limpio... claro». No concibe que sea de otra manera. «¡Tenemos tres hijas, todos tenemos que hacer cosas! Hay mucho trabajo», aclara Dorin, que es rumano, como su mujer, Gabriela, que asiente con la cabeza. «Yo trabajo fuera, en diez casas. Por eso las tareas nos las repartimos, es lógico», apunta. Dorin y ella se despiden con un beso en la puerta del cole. Ella se va a trabajar -«que voy justa»- y él, a casa, a las tareas domésticas: «Voy a ir pensando qué hago de comer»

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Actividades del 8-M en Muxuka Haurreskola, en Barakaldo. E. C.

En Muxuka Haurreskola, en Barakaldo, los niños han ido acompañados esta mañana «principalmente por sus madres, como siempre». Ha habido padres también, claro, pero no más que otros días. Según cuenta Evelyn, la encargada, la asistencia ha sido casi completa. ¿En qué se ha notado entonces la huelga? «Ha habido madres que nos han dicho que dejaban a los niños aquí y que se iban a las manifestaciones. Y otras nos han transmitido que les gustaría haber hecho huelga, pero que no se lo podían permitir», explica. Para que los más peques disfrutasen de alguna manera de la marea morada, en Muxuka han realizado carteles y actividades para adornar su pequeño 8-M: unos corazones morados hechos con pintura y con las manitas de todos y todas.

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