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Los siete macrocentros comerciales diseminados por Bizkaia parecían ayer un páramo. Costaba encontrar clientes en las tiendas e incluso comensales en los restaurantes de las grandes superficies emplazadas en localidades que no han entrado aún en zona roja.
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Un paseo por el complejo de ... Artea, en Leioa, entre las 13.30 horas y pasadas las cuatro de la tarde resultaba desolador. No se veía un alma en Styling, que anunciaba rebajas de hasta un 50%. Solo tres clientas curioseaban en Stradivarius. La tienda de Punto Roma se encontraba vacía. Igual aspecto presentaba Sfera. En H&M más de lo mismo. Casi nadie tampoco en Levi's. Igual que en Intimissimi. En Benetton tampoco se advertía ajetreo. Solo dos clientes ojeaban unos pantalones en Tommy Hilfiger. Las dependientas de Cortefiel estaban de brazos cruzados. Una joven revisaba un modelo en La Casa de las Carcasas. Apenas había movimiento en Springfield. Unicamente Bimba&Lola se salvaba de la quema. El área de restauración era también un pozo de tristeza.
unanimidad
«Se nota que hay menos gente con esto del cierre de los municipios, y haciendo mal tiempo, pues mucho menos». En Sugoi Ramen, donde una joven pareja tiraba de yakitoris de pollo con crema de cacahuetes, la cosa estaba bastante parada para lo que suele ser habitual. En el restaurante-bar Ñam también confirmaban lo evidente: «Hay poco movimiento y no nos ha quedado más remedio que reducir personal», comentaba el encargado. La pandemia les ha obligado a recortar la plantilla y pasar de 6 a 3 trabajadores. Entre los comerciantes solo hay un deseo: que el confinamiento municipal no se prolongue más allá de tres semanas. «No sé qué va a ser si no de nosotros», se lamentaban.
Nadie, sin embargo, se llevó las manos a la cabeza por el espectacular descenso de visitantes. Todos lo daban por hecho. Estaba cantado que el confinamiento perimetral decretado el pasado viernes por el Gobierno Urkullu y que entró ayer en vigor les iba a pasar una severa factura al no poder saltar de un municipio a otro. «Deberemos tener más paciencia porque la situación se complica para todos. Dentro de lo malo, nos pilla en la época de ventas más floja del año», explicaron portavoces del centro.
En el Bilbondo de Basauri, responsables de la gerencia calculaban que el descenso de clientes a las nueve de la mañana, cuando abrió las puertas, rozaba el 50%. «El impacto económico va a ser muy negativo», asumían. Con las últimas restricciones del Gobierno vasco solo 564.892 de los 1,13 millones de vizcaínos -el 49,7% de la población- podrán acceder a alguno de los siete macrocentros.
El impacto no será igual para todos. Obviamente, los menos afectados serán los ubicados en la capital vizcaína. «La estratégica ubicación de Zubiarte nos hace pensar que la 'movilidad 0' en Bizkaia no generará un impacto negativo relevante en afluencia, pero es verdad que necesitamos a la gente de otros municipios porque hemos perdido a los turistas», advirtieron desde Zubiarte.
En el Ballonti de Portugalete, sin embargo, están convencidos de que la restricción a la movilidad generará unas consecuencias «complicadas de cuantificar por ahora» al recibir público de toda Bizkaia, «especialmente del área del Gran Bilbao e incluso de Cantabria y otras zonas limítrofes». argumentan. «El impacto va a ser inevitable, pero sin hechos reales no podemos valorarlo», explican portavoces del Max Center de Barakaldo. Carmelo Lezana, director de Comunicación de El Corte Inglés, cree que los efectos se dejaron notar ya el pasado sábado, con las rebajas de por medio. «Nuestra masa de clientes depende en gran medida de Bilbao, pero también en un porcentaje muy importante de los vecinos de la Margen Izquierda, Derecha y el Duranguesado».
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