
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Decenas, si no cientos, de criptas, tumbas y panteones del cementerio de Derio han amanecido este miércoles, fiesta de Todos los Santos, con un cartelito ... con el siguiente mensaje: «Les rogamos acudan a nuestras oficinas para regularizar la situación de esta concesión». Toda una sorpresa para algunos, que han recibido, de esta manera, un apercibimiento público por no abonar el canon por la sepultura de sus seres queridos. En realidad, no es algo nuevo. Se ha hecho en otras ocasiones; la última, en 2012. No obstante, no deja de ser una cuestión polémica. Hay quien lo considera un señalamiento público por moroso; otros en cambio, lo ven lógico. De alguna manera debe el Ayuntamiento conseguir que le paguen, vienen a decir.
Fuentes municipales explican que la inmensa mayoría de casos corresponden a familias con las que se ha tratado de contactar por las vías habituales (carta, teléfono...) para regularizar la concesión porque está a punto de caducar o porque no han abonado las tasas. «Pero no hay forma de localizarles», abundan. «Igual la dirección que había apuntado ya no sirve o han cambiado de número de teléfono». Es por ello que la Administración aprovecha el día de mayor afluencia al cementerio para colgar los carteles. El caso es que en algunas zonas del camposanto casi había más placas rojas enganchadas a las lápidas que tumbas sin aviso. Las fuentes consultadas no han sabido precisar en cuántas se ha colocado el apercibimiento.
«A mí me parece bien», contesta, rotunda, Amaia Odriozola. «Si la gente no paga, algo tendrá que hacer el Ayuntamiento». Junto a ella, José Ramón disiente. «Me parece un poco llamativo, aunque supongo que la Administración entiende que es la única manera que tiene de avisar a los familiares». Apunta que, con el paso del tiempo, las tradiciones van cambiando y quizá las nuevas generaciones no dan tanta importancia a los muertos. «Igual la concesión era de un bisabuelo y ahora los jóvenes ni siquiera saben que tiene aquí una concesión».
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Es una opinión similar a la de Agurtzane y Puri Romero, que acuden a visitar la tumba de una abuela. «Así no se respeta la privacidad de la familia», consideran. «Es como si no pago la hipoteca y el banco me cuelga un cartel en la puerta. El resto no tiene por qué enterarse de la situación de cada familia», censuran.
Juan Manuel Rodríguez, en cambio, lo ve «con buenos ojos». Le ha llamado tanto la atención que lo comenta con sus familiares mientras pasean por el camposanto. «Muchas tumbas no las visita nadie en todo el año», explica. «Igual es que los familiares viven fuera y no saben que están en situación de impago», conjetura. Por eso, le parece bien la medida adoptada por el cementerio. «Hoy sí que aparece mucha gente, es lógico que pongan el cartel para que se enteren».
En cualquier caso, los notificados no tienen nada que temer. Al menos, por el momento. El plazo para abonar las tasas finaliza el 27 de marzo del año que viene. En caso de que una concesión haya caducado, el Ayuntamiento da tres meses de plazo para que la familia decida qué hacer. Si no hay respuesta, se exhuman los restos para su exhumación y traslado al osario general. El coste corre a cargo del titular de la concesión.
El cementerio de Bilbao cuenta con 20.659 concesiones, con las que Bilbao Zerbitzuak, entidad pública que gestiona el camposanto, recauda 429.203 euros al año. Las tasas están destinadas a la conservación, mantenimiento y limpieza de las zonas comunes, viales, arbolado e instalaciones generales. La limpieza y el mantenimiento de las tumbas recae en las personas titulares de la concesión.
Las licencias tienen una duración de entre 25 y 75 años, en función del tipo de si es un panteón, sepultura o nicho. La tarifa para renovar una concesión va desde los 500 euros que cuesta el nicho más básico hasta 60.000 por una sepultura en la Gran Capilla. El precio de la sepultura más habitual es de unos 13.000 euros. Las tasas anuales por limpieza, jardinería, seguridad... van desde 10 euros hasta 93.
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