La fe de De Ridder mueve montañas
Final de infarto ·
El belga recicla un mal triple de Smith y lo convierte en un dos más uno para dar una victoria agónica al Surne en la cancha del Obradoiro (77-78)Secciones
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Final de infarto ·
El belga recicla un mal triple de Smith y lo convierte en un dos más uno para dar una victoria agónica al Surne en la cancha del Obradoiro (77-78)Thijs de Ridder, un joven de 20 años, apareció de la nada para reciclar un mal triple de Adam Smith, convertirlo en un dos más uno y dar la victoria al Bilbao Basket ante el Obradoiro. Han hecho falta más de nueve meses para que ... los hombres de negro acaben con la mala racha de 12 derrotas seguidas lejos de Miribilla y se anoten un triunfo reparador en un partido agónico, mil veces perdido y rescatado otras tantas, resuelto este miércoles en el suspiro final con el desparpajo belga –un rebote, una bandeja y un tiro libre convertidos a falta de 34 segundos para la conclusión del choque– y una defensa coral hecha de fe. Los gallegos dispusieron de dos posesiones para ganar, pero tiraron con balas de fogueo que rebotaron contra el blindaje visitante. El Surne conservó su exigua ventaja después de remar un mundo y acabar en tierra firme.
Vaya por delante que el Bilbao Basket entró en el partido con algunas unidades de potencia menos debido al estado físico de la plantilla. Sacha Killeya-Jones fue baja de última hora por un problema en la espalda, mientras que Andersson y Renfroe apretaron los dientes y jugaron sin estar en perfecto estado de revista. El sueco se pasó horas vomitando víctima de una gastroenteritis y el americano arrastraba un golpe –recuerdo del baskonista Costello– que le impedía funcionar con normalidad. Con este panorama, los hombres de negro saltaron al parqué del Fontes do Sar comprometidos con la búsqueda del triunfo. A Tsalmpouris le tocaba vestirse de 'cinco' y a Pantzar asumir más responsabilidad y minutos. Dos pérdidas inciales de Adam Smith provocaron una indigestión momentánea, que luego la 'mano invisible' se encargó de endulzar con varias bandejas de muchos quilates generadas a partir de ese primer paso suyo indefendible.
Monbus Obradoiro
Eric Washington (13), Jordan Howard (24), Thomas Scrubb (8), Tinkle (2) y Rubén Guerrero (3) –equipo titular- Pustovyi (13), Álex Suárez (3), Blazevic (5), Pol Figueras (2) y Muñoz (4).
77
-
78
Surne Bilbao Basket
Adam Smith (13), Denzel Andersson (9), Pantzar (5), Xavi Rabaseda (5) y Hilnason (14) –equipo titular- Álex Reyes (6), Renfroe (4), Tsalmpouris (7), De Ridder (5) y Kullamae (10).
Árbitros Antonio Conde, Alberto Sánchez Sixto y Vicente Martínez.
Incidencias encuentro correspondiente a la segunda jornada de la liga Endesa disputado en el pabellón Multiusos Fontes do Sar ante unos 4.000 espectadores.
Andersson, Hlinason y el propio Smith se encargaron de dar la primera ventaja a los vizcaínos. El partido se movía en márgenes muy estrechos, algo muy habitual cuando el Surne compite en la cancha santiaguesa, con los dos equipos abonados a un baloncesto rápido y no exento de errores. El ritmo era alto y casi no había tiempo material de parar y respirar, de ahí cuatro pérdidas del Surne en el período inicial. El apellido Howard volvió a martirizar a los bilbaínos. Jordan, el hermano del baskonista Markus, hizo los primeros 11 puntos del Obradoiro y acabó con 24. Desde cerca, desde lejos, desde su casa, torcido, recto... No había manera de defenderle. Hlinason trabajaba como un coloso –14 puntos, siete rebotes y 21 de valoración–, Kullamae apareció con un triple y Renfroe con un tiro de dos para cerrar los primeros diez minutos dos arriba (16-18).
Segundos de infarto
No había dudas de que tocaba sudar cada posesión. El Bilbao Basket dio un pasito adelante y empezó a manejar pequeñas ventajas de tres y cinco puntos (28-33), con Smith cada vez más entonado en sus penetraciones –eso sí, calamitoso desde el triple con un 1 de 6– y un Andersson comprometido con la causa en la pintura y fuera de ella. Ejemplar el sueco, generoso y peleón, aún sin estar al cien por cien sacaba petróleo de donde solo había roca. La pareja Blazevic-Pustovyi daba problemas al Surne, con un ucraniano mandón. Los vizcaínos se fueron al descanso uno arriba (40-41) después de que Howard metiese una de tres más torcido que la Torre de Pisa.
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Lo que traía por la calle de amargura a los bilbaínos era el rebote ofensivo. Segundas y terceras oportunidades, caramelos para Howard, Washington, Pustovyi y compañía. El Obradoiro amenazó con marcharse al ponerse siete arriba (63-56) y seis en la recta final (73-67), pero los hombres de negro se colgaron de Hlinason y luego de De Ridder para volver de entre los muertos y dar la puntilla a los gallegos. El belga cogió primero un rebote para que anotara Rabaseda y luego otro tras la chufa de Smith para firmar aquel salvador dos más uno.
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Quedaban 34 segundos. Equipo en bonus. Washington falló un triple y el balón salió por la línea de fondo. Los árbitros se lo dieron al Surne. 'Challenge' del técnico rival. Corrigieron su decisión y se lo devolvieron al Monbus. Siete segundos. Tiempo muerto. «¡No quiero faltas tontas!», gritó Ponsarnau. Defendieron con todo los bilbaínos. Falló Trinkle y la victoria cayó en el zurrón negro. Un triunfo que es oro puro para el estado de ánimo.
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