El reducido mercado del baloncesto profesional teje caminos cruzados. Dusko Ivanovic empezó la segunda de sus tres etapas en el banquillo del Baskonia (2008) para sustituir a Neven Spahija, con quien el club azulgrana había conquistado el segundo de sus cuatro títulos de la ACB. ... Ahora, el técnico croata releva al montenegrino en esta senda de ida y vuelta, trece años después de aquel retorno ya pactado del mariscal para restituir la disciplina castrense a un grupo que el club consideraba demasiado suelto fuera de la cancha. Fruto de la causalidad ambos se reparten el póker de Ligas domésticas –a razón de tres y una– que la entidad luce en las vitrinas del Fernando Buesa Arena.
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Era una cuestión de tiempo que la sesión clínica de los médicos liderados por Josean Querejeta decidiese meter al enfermo grave en el quirófano de las urgencias. La espiral derrotista de un cuadro carente de baloncesto y con la autoestima a la altura de la planta baja acabaría, tarde o temprano, en una intervención quirúrgica. Un bisturí que hurgase en el menor número de órganos posible. Algo que, en la elevada competencia, siempre separa al entrenador del cuerpo restante. Nunca sucede que el cirujano opte por reducir –según el concepto deportivo– a varios jugadores incapaces de cuajar en el injerto colectivo.
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El deporte profesional a estas cotas vive del presente y apenas repara en las glorias del pasado, aquellas que se depositan en las brumas del medio olvido. Se va el mismo técnico que a lo largo de casi once temporadas ha metido tres Ligas y otras tantas Copas en la sala de trofeos, incluida la inolvidable ACB de la burbuja valenciana en formato de píldoras efervescentes (junio de la pandemia de 2020). Ahora sólo había ojos para el triste deambular de un conjunto con siete incorporaciones estivales, problemas sobre el parqué de rango mayor y objeto de tundas inclementes. Sobre todo, en los recintos de esta Euroliga que levanta el listón de la exigencia física a límites muy alejados de un plantel poco canchero. Un defecto insólito en el club del carácter como eslogan.
cirugía
un compromiso corto
La entidad de Zurbano acude de nuevo a las reposiciones. Tres eras de Dusko, otras tantas de Velimir Perasovic, dos con Pedro Martínez a la cabeza y la segunda de Spahija. Después de diecinueve encuentros oficiales, el panel azulgrana 'luce' un pobre balance de 7-12, con 68 puntos de media a favor en la ACB y pintadas de cara continentales en El Pireo, Kazán, San Petersburgo, Barcelona y contra Milán, Maccabi o Real Madrid en el torneo doméstico. Marcadores sonrojantes como consecuencia de una parálisis estructural, antepenúltimo en la Euroliga a dos triunfos del octavo y undécimo de la ACB. Hasta la Copa, el título fetiche del club, peligra a siete jornadas de un corte que requerirá cinco triunfos. El comodín de la organización se gastó cuando la patronal nombró sede a Granada para dejar con la baba colgando a Vitoria, Pamplona y Burgos.
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Por supuesto que el preparador nacido en Bijelo Polje tiene su cuota alícuota de responsabilidad en el derrumbe de un bloque desarmado. Como igual suena a injusticia plena situar los evidentes males azulgranas en la única columna del 'debe' de Ivanovic. Muy probablemente el entrenador es el primer decepcionado con el flojo rendimiento de una plantilla ilusionante en verano y bajo el mínimo radar de las previsiones en cuanto voló el primer cuero anaranjado al aire. Empezando por el globo pinchado de Baldwin, falto de clarividencia en el puesto de base y tampoco decisivo como escolta, y siguiendo por Marinkovic (etéreo como en Valencia) o el liviano poder dentro de las zonas de la batería interior renovada. Desde la limitación de Knoko a las desconexiones de Enoch (joven de talento inmaduro) y el déficit fisico en Europa de Costello, un 'cuatro y medio' de clase intermitente.
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Todo ello se ha traducido casi dos meses después en taras como el jeroglífico sin resolver en media pista ante la falta de automatismos, abuso del bote, escasez de pases, debilidad en el rebote defensivo que concedía hasta terceras opciones de tiro a los contrarios, la pérdida de los pívots en los contactos aéreos y la ausencia de Peters que priva al equipo de una pieza relevante. El pecado capital trasciende las carencias del juego porque afecta a la falta de rebeldía contra las adversidades: parciales demoledores, ataque gripado y una defensa que de feroz sólo mantenía el eco de un pretérito perfecto.
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carácter
«El peor momento»
Se va Dusko sin encontrar el interruptor que alumbrara a un equipo sumido en la penumbra. Como también queda la impresión de que, aun hallándolo, tampoco el mecanismo iba a funcionar. Durante el último mes se ha visto a un mariscal abatido como nunca, desmoralizado –«es el peor momento de mi trayectoria»- ante una fundición sin la energía vital. La que se encomienda ahora a la mano izquierda de Neven en otra reposición otoñal.
Habitualmente los clubes, también el Baskonia, recurren a las fórmulas ya establecidas casi de 'copia y pega' y a los textos cortos cuando llega la hora del divorcio con sus entrenadores respectivos. Tal vez por la incuestionable relevancia de Dusko Ivanovic –tres etapas y siete títulos durante once campañas en el banquillo de Zurbano– la nota oficial de la entidad azulgrana se extendió ayer más de lo normal y alternó los agradecimientos emocionales con la desnuda radiografía de unas sensaciones y sus correspondientes marcadores adversos casi inauditos.
La directiva azulgrana destituye al técnico montenegrino «por la mala racha de resultados e imagen del equipo», agradece «el trabajo, el esfuerzo y la implicación constantes» del ya exentrenador» y resalta «lo que ha significado y siempre significará en Vitoria». Algo de palo y ración mayor de zanahoria antes del restañar de los truenos. «El conjunto –continúa el comunicado oficial– no ofrece el rendimiento que se presupone a la plantilla ni la actitud de lucha constante que ha caracterizado siempre a este club». Es por ello, según la gerencia alavesa, que los rectores se sienten obligados a «tomar decisiones para variar urgentemente el rumbo y recuperar la competitividad».
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