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Les confieso que gran parte de este artículo fue escrito antes de que el Baskonia tomara la decisión de despedir a Dusko Ivanovic para conceder las riendas del equipo a Neven Spahija. En lo sustancial, no cambio coma alguna de lo escrito ante uno de ... los momentos más complejos de la entidad en los últimos tiempos.
La etapa moderna del Baskonia inicia un momento que sin duda será histórico. Titulo así esta larga trayectoria del club para que nadie olvide que se inició con el equipo ya instalado en la élite del baloncesto europeo. El largo camino de éxitos ha tenido momentos decisivos para conseguir estar en lo más alto de la élite continental. El primero fue la gran visión de futuro apostando por convertir la Plaza del Mercado, propiedad de la Diputación, en el Buesa Arena. No fue fácil, el Ayuntamiento se posicionó en contra y las relaciones entre el club y los rectores capitalinos se fracturaron. El tiempo demostró que la instalación sería el mejor garante del crecimiento. La segunda apuesta consistió en una inquebrantable adhesión a la Euroliga. El decidido apoyo a Jordi Bertomeu en su consolidación proporcionó al club el derecho a ser uno de los socios fundadores del torneo, garantizándose una larga permanencia. No era suficiente para asegurarse el futuro económico y el Baskonia no dudó en aceptar el ofrecimiento de la Diputación, otra vez compañera de viaje del club, y se hizo cargo del Alavés. Supongo que los políticos del momento, hartos de gestores fallidos en Mendizorroza, lo ofrecieron para quitarse el lío económico de cada año.
Ahora llega la Universidad. Tal y como ocurrió con el Buesa, cuesta comprender el valor de su creación. Para mí, no cabe duda de que es la garantía de un futuro económicamente posible. El tiempo demostrará lo que supone tan laborioso logro para la ciudad.
Desde esta situación institucional, me resulta incomprensible ver cómo los gestores de un ente tan triunfador tienen abandonado el corazón de su proyecto, el Baskonia. A los rectores deportivos del club ni se les oye ni se espera demasiado de ellos. Se escucha un murmullo en el que culpan al ya destituido Ivanovic de la confección de la plantilla. Si es cierto, el club está muy lejos de ser dirigido por buenos profesionales. Jamás un puesto tan volátil como el de entrenador puede ser responsable del futuro deportivo de la entidad. Si no es así, qué esperaban para ofrecerle un apoyo pleno e incuestionable. Mientras, Ivanovic, desde la honestidad que tanto admiro, callaba, sin decir una palabra sobre el trasiego de jugadores o la lentitud en la toma de decisiones, tan alejada de la tradición Baskonia, en la que las soluciones llegaban antes que los problemas. Los rectores deportivos silban mirando al techo. ¡Digan algo, critiquen, multen, estimulen! Que nos muestren que están ahí.
La posible pérdida de la temporada no es nada grave, sí lo es la falta de proyecto. Si ya no es con Ivanovic y sí con Neven Spahija, dejen de esconderse y denle calor. Estén muy atentos a los mercados, copien por dónde va la construcción de los equipos. Quizás el mejor ejemplo de falta de visión sean los cambios realizados en el juego interior de la temporada pasada a la actual, difícil de comprender. Los éxitos empresariales deben verse acompañados por un buen departamento de desarrollo deportivo.
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