Baskonia 68 - 76 Bayern

La trainera del Baskonia encalla sin timonel

Sólo que el descosido cuadro vitoriano acentúa, en su caso, el sufrimiento que a tantos afecta por sus enormes dificultades para generar ventajas en media cancha. Segundos consumidos en botes estériles para depender del acierto a última hora.

Una pena. El grupo alavés sin hilvanar ha ganado cinco de sus ocho partidos oficiales, pero por quinta vez en el amanecer de este curso incierto se ha dejado engullir holgadas rentas a mordiscos. Al menos superó con cierto aplomo los epílogos de Granada, Berlín y Zaragoza. Y ha cedido los dos duelos europeos después de enseñar la popa de su embarcación a los oponentes en el Fernando Buesa Arena, aquel horno donde antes se fundían las esperanzas rivales. Ahora los adversarios confían en la dilatación del reloj, conscientes de que los compromisos se le hacen demasiado largos a un Baskonia de pulso tembloroso e inestable que clama por alguien que desatasque los embotellamientos y ordene el tráfico.

El desenlace de ayer, en realidad casi el último tercio completo, desveló a una trainera azulgrana sin timonel. Desde luego que Sedekerskis no se merecía tal apagón monumental después de encarrilar una trabajada y presunta victoria. Tadas sube en el escalafón castrense. Soldado de primera con el mariscal Dusko Ivanovic, arrestado durante la segunda etapa alavesa de Neven Spahija, capitán por fin de acuerdo a su veteranía en el club y candidato a general a través de los hechos consumados. Su tercer cuarto, en el que contribuyó a la causa local con todo, bien que debía de depararle un triunfo. Ayudado por su valioso escudero Marinkovic, el escolta que recorta ya el protagonismo a Howard, estiraba la ventaja azulgrana hasta la decena (62-52, minuto 28).

Al cuadro de Peñarroya le faltan ahora mismo el poso y el pulso para mantener con cierta calma las diferencias a favor. Si de la entidad vitoriana dependiera ya se habría dirigido a la Euroliga para recortar los partidos a media hora. Que la propina reglamentaria se le da fatal. Desde esa renta, nunca cómoda frente al Bayern de Pablo Laso que mostró más cuajo en el cinco contra otros tantos, el parcial de 6-24 fue la consecuencia de una caída a plomo. Un fundido absoluto de la pantalla que dejó a los espectadores a oscuras, sólo iluminados por la linterna del más solvente conjunto bávaro.

No se ha cumplido ni un mes de esta campaña y hay margen para revertir las carencias estructurales del equipo. Una plantilla bien reforzada por dentro que padece el enorme cráter deportivo, no económico, que abrió Thompson en verano con su vuelo al sector europeo de Estambul. McIntyre se muestra como una pieza muy aprovechable como segundo base o 'combo' moderno por sus dotes de rematador en entradas verticales. Mientras el Baskonia pudo correr, él nutrió las ilusiones locales lanzando la caballería al galope en potentes incursiones hasta debajo del aro. Pero en ataque estático cambia los gozos por las sombras. En cuanto el ritmo decayó, Laso propuso a sus hombres que le flotaran.

¿Mannion? Algunos destellos que esbozan la calidad que pregonan quienes le conocen. Y mucha zozobra, hasta el momento, en la tarea de sostener las riendas de un grupo tan importante como el azulgrana. Alguna conexión esporádica con los pívots, un triple por aquí, penetraciones sin saber cómo terminarlas y demasiados pases que terminan en posesiones contrarias. Inseguro.

Lástima que la severa carencia estructural en la dirección deje en un segundo plano los apuntes de mejoría a cargo de Diop o la fiabilidad de Costello. Pero resulta muy difícil escribir una obra completa sin que alguien ponga orden en el índice y el prólogo del libro.