Sevilla 0-2 Athletic
Nuevo año y el mismo gran AthleticJornada 19 ·
El equipo de Valverde, muy superior, se impone a un Sevilla en crisis con goles de Vesga y Paredes y ya está en puestos de ChampionsSecciones
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Sevilla 0-2 Athletic
Nuevo año y el mismo gran AthleticJornada 19 ·
El equipo de Valverde, muy superior, se impone a un Sevilla en crisis con goles de Vesga y Paredes y ya está en puestos de ChampionsEl año 2024 ha empezado para el Athletic como terminó el 2023, es decir, de la mejor manera posible. Los rojiblancos se impusieron con autoridad a un Sevilla deprimente y prolongaron su estupenda racha en la Liga, donde ya suman seis victorias y tres empates ... en las nueve últimas jornadas; estadísticas propias de un equipo en puestos de Champions. Los de Valverde volvieron a demostrar que, hoy por hoy, son uno de los equipos más en forma del campeonato. Dominaron la primera parte con mano de hierro hasta adelantarse en el marcador con un cabezazo de Vesga y en la segunda apenas tuvieron unos pocos minutos de apuro que terminaron cuando Paredes firmó el 0-2 en el minuto 75.
Fue este segundo gol, el primero del central de Arrigorriaga con el Athletic, de una factura perfecta, un remate impecable según tocaba el balón el suelo, ajustadito al poste, propio del mejor killer. Son cosas que ocurren en los equipos en racha. Todos los jugadores parecen iluminados. De repente nadie desafina, como si todos los instrumentistas se esmerasen para que la orquesta siga sonando tan bien. Los rojiblancos, de hecho, ni siquiera notaron demasiado la ausencia de Iñaki Williams, ya que Berenguer hizo un buen partido, sobre todo en los primeros 45 minutos, tanto por la banda derecha como por la izquierda.
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La primera impresión del choque no pudo ser más esperanzadora para el Athletic, que no tardó nada en marcar la diferencia ante un Sevilla paupérrimo. Desde el principio fue como ver a dos equipos en órbitas distintas. El de Valverde volaba como lleva haciéndolo toda la temporada, bien asentado, convencido de sus ideas y con un punto de efervescencia envidiable. En cuanto se adaptó al césped, muy pesado por la lluvia, lo suyo fue un monólogo.
Mientras tanto, la tropa de Quique Sánchez Flores daba pena. Sencillamente, no podía jugar peor. Ni atacaba, ni defendía, ni presionaba, ni daba una patada, ni tenía la más remota idea de lo que hacer con el balón... Sólo transmitía angustia, la propia de un equipo deshecho por una directiva y una dirección deportiva contra la que en el descanso clamó toda la hinchada del Sánchez Pizjuán. Hubo un momento, mediada la primera parte, en el que uno de los comentaristas del partido se lanzó a hacer una descripción del sistema con el que jugaba el equipo de Sánchez Flores a partir de su defensa de tres centrales, y de las variantes que tenía o intentaba aplicar el técnico. Pues bien, el hombre acabó metido en un trabalenguas gracioso.
El arranque fue bastante plomizo. Había que adaptarse al estadio del terreno de juego, a la lluvia en Sevilla, que es una maravilla, como bien decía el profesor Higgins en la traducción española de 'My fair lady'. Sin embargo, las pérdidas de los locales a poco que el Athletic presionaba y su incapacidad flagrante para dar dos pases seguidos cambiaron enseguida el decorado a favor de los visitantes. Galarreta y Vesga, que volvían al once como pareja titular, empezaron a carburar, lo mismo que Sancet, Guruzeta, Nico y Berenguer. Y cuando esto ocurre y ese despliegue va ganando en intensidad es muy complicado aguantarle el pulso al Athletic. Desde luego, no es algo al alcance de este Sevilla lastimoso, uno de los más pobres que se recuerda en su estadio, tan complicado históricamente para los bilbaínos.
A partir del minuto 20, los pupilos de Valverde empezaron a hurgar en las heridas de su rival y a poner en problemas a Dmitrovic. Primero Berenguer, luego Guruzeta y, sobre todo, Nico Williams, en una preciosa jugada con el exjugador del Torino, estuvieron cerca de abrir el marcador. Al final lo logró Vesga, en el minuto 29, con un perfecto cabezazo a pase de Ruiz de Galarreta. Es cierto que la defensa sevillista dio todas las facilidades del mundo –al vitoriano para cabecear y el eibarrés para centrar, pero esto no resta valor al hecho inusitado, incluso histórico podríamos decir, de que entre los dos medios centros del Athletic se guisan y se coman un gol tan importante.
Los rojiblancos continuaron dominando hasta el descanso, aunque no consiguieron crear ocasiones claras. Eso sí, en defensa no tenían ni el más mínimo problema. Ni llegaron a rematar en toda la primera parte los hispalenses. Todo era tan fácil que eso mismo, esa sensación de que los tres puntos estaban en el bolsillo, lo convertía en algo peligroso. Siempre hay que tener cuidado con ese espejismo y el Athletic salió en la reanudación dispuesto a dictar sentencia. Sin embargo, tras una triple ocasión desperdiciada en el minuto 46, tuvo un periodo de duda. El Sevilla se reactivó un poco, con la moral del superviviente, y el partido estuvo igualado un rato. Suso lanzó un zurdazo muy peligroso y Salas obligó a intervenir con maestría a Unai Simón en el minuto 73. En la grada creció entonces una cierta esperanza, pero el gol de Paredes las cortó de cuajo.
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