Nuñez y Paredes, una conexión central

Es el segundo gol de Paredes en lo que va de temporada, tercero en sus 61 partidos oficiales disputados con el Athletic. Marcó hace un par de semanas en Las Palmas, justo cuando los rojiblancos achicaban agua con uno menos por la expulsión de Jauregizar, y anoche salió al rescate para sumar un punto en el estreno europeo del equipo. Él también tuvo su bautismo de fuego al igual que diez de sus compañeros que saltaron al Olímpico de Roma, debutantes en un torneo continental con la camiseta del conjunto bilbaíno. No pudo celebrarlo mejor el defensa al convertirse en el primer león en hacer diana en el Viejo Continente después de seis años y medio de espera, desde que lo hiciera Iñaki Williams el 15 de marzo de 2018 contra el Olympique de Marsella.

Ni Paredes ni Vivián estuvieron finos en el gol de Dovbyk -tampoco es justo cargarles con toda la culpa porque la acción venía de una pérdida previa y les pilló descolocados y corriendo hacia atrás- y el destino les reservó un final de partido dispar. El campeón de Europa tuvo que abandonar el terreno de juego con el pómulo izquierdo cortado tras un choque con N'Dicka, mientras que el de Arrigorriaga se vistió de justiciero para sumar el primer punto en la nueva Europa League. Abrir la competición fuera de casa sin perder y en un campo complicado es una buena manera de iniciar el camino.

En realidad, los tres centrales del Athletic presentes anoche en Roma estuvieron implicados en el tanto del empate. Vivián, con la brecha y ensangrentado, tuvo que marcharse y dejó su sitio a Nuñez. Movimiento involuntario que propició el cambio. El portugalujo entró en el minuto 80 y poco después apareció de la nada en el segundo palo de la portería defendida por Svilar para servir el gol en bandeja a Paredes. Berenguer sacó un libre directo con música y el defensa cedido por el Celta pilló las espaldas a dos futbolistas de la Roma y sirvió el pase de cabeza. Cayó en el corazón del área pequeña, donde el de Arrigorriaga se abrió camino entre Cristante, Mancini y N'Dicka, 'verdugo' del vitoriano, y puso el 1-1. No sabía ni cómo celebrarlo, perseguido por sus compañeros, rebosante de felicidad por lo conseguido.

Porque solo media hora antes estuvo a punto de convertirse en el protagonista negativo del duelo. De villano a héroe. Justo cuando iba a recibir la pelota se cayó y el argentino Matías Soulé se relamió. Recogió el regalo, se fue hacia la portería del Athletic, recortó a Vivián y remató buscando el segundo y la sentencia. Agirrezabala se lo negó con una buena parada y salvó a los rojiblancos, también a Paredes, quien se redimió de la mejor forma posible. Acabó el choque con una sonrisa, felicitado por todos sus compañeros, además de con 12 recuperaciones, cinco despejes y un 84% de efectividad en los pases (37/44). Tocó la pelota 54 veces, una de ellas de forma decisiva.

A Nuñez le bastó con ocho toques para poner el encuentro patas arriba. Antes de la asistencia dio siete pases, seis de ellos buenos, y en el momento de la verdad conectó con Paredes. Midió bien el salto y puso el balón justo donde esperaba el empate. Fue la tercera diana de Paredes -su estreno anotador lo tuvo en enero contra el Sevilla en el Pizjuán-, la que valió para sumar. Los cambios dieron otro aire al equipo, sobre todo Berenguer y Nico, que sopló a favor en toda la segunda parte y trajo justicia en forma de un gol fabricado entre un extremo y dos centrales.