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Gaizka Garitano considera que no hay que rasgarse las vestiduras por la derrota sufrida este domingo en el Benito Villamarín. Vale, el Athletic perdió ante un Betis y un Joaquín que en 20 minutos anotó tres goles, pero este tropiezo no debe suponer una revolución ... de cara al futuro. Además, realzó la capacidad de sus futbolistas para rearmarse, recomponerse y mantenerse con vida hasta el final. Eso sí, los atroces 1.200 segundos iniciales no solo se produjeron por la calidad del futbolista del Puerto de Santa María y sus compañeros. Lo reconoció el técnico de Derio: «Sabíamos que el peligro del Betis estaba en la banda izquierda, y no hemos hecho lo que habíamos hablado desde el principio. Hemos tenido desajustes», aceptó en varios tramos de su rueda de prensa.
Esas faltas de acoplamiento penalizaron a los vizcaínos, propietarios de una de las defensas más sólidas de la competición. Pero este domingo no eran los mismos. «Nos han marcado tres goles las tres primeras veces que han llegado. Hemos estado menos intensos, nos creaban dudas con la presión. No hemos sido el Athletic de otras veces. Y a partir de ahí se ha complicado. En 20-25 minutos, entre su calidad, las pérdidas, y el poco equilibrio que hemos tenido... Ni nos han avisado, porque otra veces te avisan, pero no ha sido el caso». Eso sí, destacó que la formación vizcaína, estuvo «viva» hasta los últimos instantes del encuentro.
Daba vueltas Garitano, una y otra vez, a las causas de una desconexión que trituró la buena trayectoria de su escuadra desde finales de octubre. «Hemos estado desajustados en la presión, y con un poco menos de intensidad que otras veces, sumado a las pérdidas de balón y a la calidad que tienen ellos. Después de un 3-0, acabar como hemos acabado ha sido el mal menor», aceptó el entrenador deriotarra que mandó un mensaje a sus futbolistas durante el descanso. Que rebobinaran y encontraran esos aspectos que les habían permitido sumar tres victorias consecutivas. «En una situación de éstas es cuando tienes que ver al equipo. Con un momento malo, es cuando tienes que unirte, no rendirte. Por eso, en la segunda parte hemos tenido más seguridad defensiva, equilibrio y nos ha permitido estar en el partido y luchar hasta el último minuto», aplaudió.
Y realizó un llamamiento a la calma, a la tranquilidad, a pesar de la derrota. Ya lo dejó claro hace diez días: «Ni antes éramos tan malos ni ahora tan buenos». Pues bien, este domingo trazó una línea similar. «Hemos perdido en un campo complicado, pero tampoco nos podemos volver locos. Analizaremos el partido, tenemos que corregir algunas cosas, pero no vamos a volvernos locos ni cambiar mil cosas porque el equipo está bien», defendió el técnico a unos días de recibir al Eibar.
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