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Ainhoa Lasuen
Sábado, 24 de febrero 2018
La entrada de la iglesia parroquial Santiago Apóstol de Ermua se llenó ayer de coronas de flores. En el templo no cabían los familiares, compañeros, amigos y vecinos que se acercaron para despedir a Inocencio Alonso, 'Ino', el ertzaina fallecido el jueves durante ... los altercados entre hinchas ultras antes del partido de la Europa League entre el Athletic y el Spartak de Moscú en San Mamés . Todos acudieron a honrar a un «buen hombre». Así le definieron: «Buen hijo, buen padre, buen hermano, buen compañero». El párroco de Ermua, Alex Alonso, ofició el funeral.
El adiós a 'Ino' fue multitudinario. Allí estaban su familia, sus amigos, sus vecinos de Ermua. Y muchas autoridades. Entre otros, acudieron el exlehendakari Patxi López; la consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefanía Beltrán de Heredia; los consejeros del Gobierno vasco Iñaki Arriola y Jesús María Zubiaga; parlamentarios; junteros; el presidente del Athletic, Josu Urrutia; el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto; el alcalde de Ermua, Carlos Totorika, junto con todos los miembros de la corporación local y altos cargos de la Ertzaintza y los Mossos de Esquadra.
La emoción acompañó la entrada del féretro en la iglesia. Lo portaban sus compañeros en la brigada, seguidos de toda la familia de Inocencio Alonso. Una hilera de agentes de la policía autónoma les hizo pasillo. Pegados a ellos estaba también una multitud de ermuarras, tanto en el momento de la entrada como en la salida de la iglesia. Y allí flotaba el silencio, presente como testigo del dolor durante toda la ceremonia. Sólo lo interrumpió el intenso aplauso con que fue recibido y despedido el ertzaina fallecido.
Durante la ceremonia, el párroco hizo referencia en varias ocasiones al origen de la familia de 'Ino', con raíces en Zamora y Orense, y recordó el carácter jovial y alegre del agente ermuarra. Como ejemplo de ese sello personal tan optimista, citó que Inocencio Alonso eligió como frase en su estado del Whashapp la siguiente: 'Cada día más feliz'.
Esa felicidad se truncó el pasado jueves justo antes de un partido de fútbol, un acontecimiento hecho para la diversión y no para la tragedia. El párroco no olvidó criticar «los valores que estamos aportando, la agresividad, el fanatismo y la cerrazón que van junto a la belleza del deporte». «Cuesta entender -agregó- que 'Ino', amante del Athletic, haya dejado su vida allí, en la puerta de San Mamés». Alonso era hincha del conjunto rojiblanco, un vecino más de Ermua que sacaba la bandera de su equipo al balcón cada día de partido. Y que disfrutaba con las victorias de su Athletic. Durante su intervención, el párrroco dijo que era una despedida dolorosa «pero esperanzada porque 'Ino' nos deja su mirada llena de honestidad y ganas de hacer el bien».
La portavoz de la familia, Estrella, leyó además un pequeño mensaje en el que destacó la facilidad que tenía Inocencio Alonso para contagiar su bondad, su alegría y su sonrisa. «Buen hijo, buen padre, buen hermano, buen compañero», definió. Con esa breve pero profunda semblanza del agente fallecido levantó un aplauso que compuso una emotiva banda sonora a un momento cargado de sentimientos y recuerdos. «'Ino' era un cacho de pan. Nadie puede decir nada malo de él. Su nombre le iba perfecto». Inocencio.
ermua. Muchos compañeros de Inocencio Alonso quisieron acompañar a su familia en el funeral. La entrada de la iglesia parroquial Santiago Apóstol, en Ermua, estaba repleta de agentes de la Ertzaintza, acompañados por varios cargos de los Mossos de Esquadra, que de este modo rindieron homenaje al ertzaina ermuarra fallecido durante los altercados entre hinchas ultras el jueves antes del partido Athletic-Spartak de Moscú.
Entre los presentes se encontraba un agente con el que ‘Ino’ Alonso compartió veinte años en la Unidad Antidisturbios de la Brigada Móvil de la Ertzaintza. «Era una persona muy sana, de carácter afable. Era fantástico, muy buen compañero. Es que no le he visto ningún día raro» recordaba. Destacó su facilidad de trato: «Era alucinante, se ponía a hablar con cualquiera y en cinco minutos se abría y caía bien a todo el mundo».
De Inocencio Alonso, sus compañeros destacan también su experiencia. «La situación de San Mamés no le pillaba de nuevo. Llevaba veinte años conmigo trabajando en la misma unidad. Sabemos lo que hay. El único pequeño consuelo, si se puede llamar así, es que falleció de muerte natural. Se desvaneció y murió por parada cardíaca. No fue por una agresión».
Este ertzaina quiso enviar un mensaje a la familia:_«Sólo puedo decirles que ha dejado muchos amigos y que pueden estar orgullosos de su labor, que no es fácil, e ir con la cabeza muy alta porque nadie puede decir ninguna mala palabra sobre ‘Ino’. Era un trozo de pan. Verle actuar era como ver a alguien separar a dos niños de las orejas, sin ninguna malicia».
Otro compañero recordó que mañana se cumplen 28 años desde que ingresaron en la academia de Arkaute. «Solíamos compartir coche. Iba encantado. Hay que tener en cuenta que cuando nosotros entramos era por vocación, ya que había atentados. Tenías que tenermo muy claro», indicó.
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