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David S. Olabarri
Sábado, 24 de febrero 2018, 01:03
La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, defendió ayer el dispositivo especial de seguridad que se estableció para el partido del jueves entre el Athletic y el Spartak de Moscú. La representante del Ejecutivo autonómico insistió en que los incidentes que protagonizaron los radicales de ambos equipos fueron resueltos de forma rápida y con «proporcionalidad» por la Ertzaintza en el entorno de San Mamés y subrayó, en este sentido, que los ultras de los dos equipos estuvieron «controlados» por la Policía autonómica. También estuvieron bajo vigilancia policial los hinchas más peligrosos del Athletic -enfatizó la consejera frente a las críticas por la forma en la que actuaron estos últimos- y prueba de ello, dijo, fue el decomiso de diversas armas y objetos contundentes que portaban algunos individuos en las horas previas al encuentro de la Europa League. En todo caso, Beltrán de Heredia sí reconoció que, «a nivel general», durante «toda la semana» se había puesto el «foco» exclusivamente en los rusos, cuando debería haberse puesto en los hinchas «violentos» de los dos equipos.
Beltrán de Heredia realizó estas reflexiones durante una conversación con EL CORREO, que se produjo apenas una hora después de que la consejera visitase en Ermua junto al lehendakari Iñigo Urkullu la capilla ardiente por Inocencio Alonso, el ertzaina de 51 años, padre de dos hijos, que falleció el jueves de un infarto tras intervenir en los graves altercados que se produjeron en la explanada de San Mamés. Visiblemente emocionada, la representante del Ejecutivo autonómico confesó que se trata de un «día triste y duro» -como también lo fue la noche del jueves en el hospital de Basurto, cuando estuvo acompañando a la familia del agente-, pero también quiso destacar la «profesionalidad» mostrada por la Ertzaintza.
La investigación
La titular del Departamento de Seguridad reconoció que la muerte de Inocencio ha causado una profunda conmoción en el seno de la Ertzaintza. Y también un evidente enfado entre amplios sectores de la Policía vasca, que recalcan que la muerte de su compañero «no debería haberse producido». Ayer, por ejemplo, los principales sindicatos reclamaron responsabilidades políticas porque entienden que el dispositivo fue «claramente insuficiente» y porque consideran que no se controló lo suficiente a los radicales del Athletic, a los que señalan directamente como causantes de gran parte de los disturbios que se vienen produciendo en Bilbao desde hace varios años en los partidos del conjunto rojiblanco. El secretario general de Erne, Roberto Seijo, señaló a estos últimos como «responsables directos» del fallecimiento por «ejercer la violencia mediante convocatorias que incitan a la misma». El dirigente de Esan -central a la que estaba afiliado Inocencio- pidió al Athletic que expulse a estos individuos «de una vez por todas».
Muchos de los ertzainas que participaron en el operativo manejan una percepción similar. De hecho, destacan varios datos que, a su juicio, «refuerza» esta versión. Por un lado, insisten en que las únicas «armas» fueron incautadas a simpatizantes rojiblancos. Por la mañana se interceptó en la zona de Bilbao la Vieja un coche que tenía el maletero lleno de piedras y, además, uno de sus ocupantes había arrojado una porra extensible. Ya por la tarde, poco antes del partido, la Ertzaintza requisó a un grupo de personas porras extensibles, barras metálicas, puños americanos y material pirotécnico.
También recuerdan, en este sentido, que durante los incidentes los únicos que portaron armas y bengalas fueron los radicales vascos -los ultras rusos lanzaban botellas- y no entienden, en este contexto, que no estuviesen más controlados desde que abandonaron la concentración que tenían autorizada en Sabino Arana para dirigirse a la zona de Ingenieros, donde varias patrullas de la Ertzaintza habían interceptado a varias decenas de sus compañeros. Y señalan que cinco de los 9 detenidos eran vascos.
La titular del Departamento de Seguridad insiste, en este sentido, que es difícil evitar incidentes cuando se juntan dos grupos que tienen la «misma intención» de enfrentarse, con independencia de quién fuese el que encendiese la «chispa». Beltrán de Heredia reflexionó sobre el «foco» que se había puesto «durante toda la semana» sobre los visitantes rusos cuando la atención debía haberse dirigido a los «violentos» de ambos equipos. De hecho, la consejera recordó que los altercados protagonizados por los ultras locales han sido una «constante» en los últimos años y no sólo en los partidos europeos del Athletic. Por ejemplo, citó los enfrentamientos, las «quedadas», que se produjeron entre aficionados del Alavés y del Racing. «Esos grupos existen y están haciendo muchísimo daño al fútbol», enfatizó Beltrán de Heredia que, en todo caso, quiso destacar que estos grupos son «una minoría» que perjudican a los que sólo acuden a «disfrutar de un partido del fútbol».
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