Un equipo que brilla en defensa pero se pierde en ataque

Igor Barcia

Lunes, 7 de abril 2025, 00:31 | Actualizado 00:42h.

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Los últimos encuentros de Liga están acentuando la imagen de un Athletic a dos velocidades, de dos caras bien diferenciadas. En el lado positivo de la balanza tenemos a un equipo que se está convirtiendo en una roca a nivel defensivo, cada vez más sólido y convencido a la hora de frenar al rival de turno y minimizar sus virtudes. En el debe, el Athletic se está alejando de la portería rival, cada vez le cuesta más generar peligro y su producción goleadora se ha reducido notablemente. Los datos del último mes y medio son el fiel reflejo de lo que sucedió anoche en el Estadio de la Cerámica. En los cino partidos de Liga más recientes, el Athletic ha marcado dos goles y ha recibido otros tantos. Lleva dos partidos empatando a cero y, como se vio anoche ante el Villarreal, es tan contundente a nivel defensivo como incapaz a la hora de superar a la retaguardia rival.

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Al Athletic le salen las cuentas

Así hemos narrado el partido

Ante el equipo de Marcelino García Toral, el Athletic empezó el duelo superado por la presión adelantada del Villarreal. El equipo castellonense jugó a lo que le gusta jugar a los rojiblancos y el Athletic sufrió muchísimo hasta que las fuerzas se equilibraron y pudo respirar. Aun así, la primera parte se disputó casi siempre en campo bilbaíno y ahí los de Valverde echaron mano de una de las virtudes que explican la privilegiada clasificación que el equipo mantiene en la Liga. Liderada de nuevo por Dani Vivián, la defensa rojiblanca volvió a encargarse de mantener al Athletic en el partido. Que llegara al descanso intacto, sin sufrir daños, fue un ejemplo de intensidad, concentración y esfuerzo defensivo que acarreó algún daño colateral como la lesión de Yuri Berchiche, al que los esfuerzos acumulados pasaron factura. Un problema al que se le sumó la baja de Paredes en la segunda parte, también fundido por el esfuerzo realizado durante todo el partido para tapar huecos.

La excelencia defensiva da paso a las carencias en el otro lado del campo. El Athletic ofreció anoche un partido muy pobre a nivel ofensivo, también motivado por esa presión del Villarreal que le obligó a estar más pendiente de juntar líneas en la primera parte. Pero a los rojiblancos les costó mucho salir a la contra y sobre todo tuvo muchos problemas para desbordar por las bandas. Ni Iñaki ni Nico Williams tuvieron su mejor noche, casi siempre bien marcados por sus pares, y en la única ocasión clara en la que ambos se encontraron, llegó un clamoroso fallo de Iñaki en el minuto 40, cuando el balón enviado por su hermano se le escurrió entre las piernas cuando se disponía a batir al guardameta del Villarreal. La explosividad de ambos es aire fresco para el Athletic y ayer apenas tuvieron incidencia en el desarrollo del encuentro. De hecho, Valverde retiró a Nico para dar entrada a Berenguer en la última media hora de partido.

Valverde mantuvo a Sancet en el banquillo pese a estar recuperado de su lesión y apostó por esa labor oscura que realiza Unai Gómez cada vez que ocupa la media punta del ataque rojiblanco. El de Bermeo juega una hora sin freno, con una misión que empieza cuando el Athletic pierde el balón. Entonces es cuando Unai Gómez aparece para liderar la presión rojiblanca, ayer mucho más descoordinada que en otros partidos y casi siempre bien superada por el Villarreal. Unai Gómez no dejó de correr durante el tiempo que estuvo en el terreno de juego, pero apenas tuvo incidencia cuando se trata de armar las acciones de ataque. Sin duda, el Athletic echa de menos la presencia de un Sancet en su mejor versión.

En ese problema ofensivo que se está encontrando el Athletic en estos seis últimos encuentros de Liga tiene mucho que ver el escaso acierto goleador que están encontrando tanto Guruzeta como Maroan, los dos jugadores que se alternan en el puesto de 9. En 2025, ambos han aportado un gol cada uno, aunque no hay que olvidar que Maroan llegó en el mercado de invierno al Athletic procedente del Barakaldo.

Pero Guruzeta está muy lejos del rendimiento del pasado curso cuando peleó por el trofeo Zarra al mejor anotador nacional. El donostiarra terminó con 14 goles, 13 de los cuales había anotado a estas alturas de temporada. Ahora lleva 6 y anoche volvió a trabajar sin ningún acierto de cara a portería, y tampoco Maroan encontró el camino hacia el gol.