Athletic 2-2 Getafe
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Athletic 2-2 Getafe
El Athletic sólo empata, pero compite a lo grandeNo es fácil saber cuáles fueron las primeras palabras que Valverde dedicó a sus jugadores en los vestuarios al acabar el partido. Puestos a especular, uno apostaría a que la primera fue 'enhorabuena'. En principio, no parece la más pertinente tras un empate en casa ... contra un equipo de la parte media-baja de la tabla, pero realmente lo era. Aunque no pudieron lograr su tercera victoria consecutiva, los rojiblancos compitieron con grandeza y ratificaron la buena línea en la que se encuentran. Otra cosa son las circunstancias del fútbol, sus elementos imprevisibles, como la expulsión que se autoprovocó Oihan Sancet al final de la primera parte y que condicionó por completo la segunda.
El Getafe acabó aprovechando su ventaja numérica tras el descanso, pero le costó lo suyo. Dios y ayuda. Se lo impidió un Athletic cuyo estado de ánimo efervescente tiene encantada a su afición. Los rojiblancos fueron capaces de volver a ponerse en ventaja después de que los azulones igualaran en el minuto 50 el 1-0 que había firmado Berchiche en los compases iniciales. Lo hicieron con un golazo soberbio del mejor Iñaki Williams que ha conocido este club, pero Latasa acabó empatando en el minuto 82 con un gran cabezazo. No se mereció el Getafe la igualada, pero lo cierto es que su comportamiento durante el partido –al final el resultado siempre marca las intenciones de los equipos– no fue recriminable. No fueron este miércoles los de Bordalás el 'gang del chicharrón', ciertamente. Eso sí, como la cabra siempre tira al monte, en el descuento el técnico alicantino acabó ordenando a uno de sus pupilos una trampa para perder tiempo que acabó en tangana, en su expulsión y en unos airados y reprobables cánticos desde la grada
Athletic
Unai Simón; De Marcos, Dani Vivian; Aitor Paredes (Yeray Álvarez 46'), Yuri Berchiche; Mikel Vesga (Dani García 65'), Ander Herrera (Beñat Prados 82'); Iñaki Williams, Oihan Sancet, Álex Berenguer (Muniain 85'); y Gorka Guruzeta (Raúl García 65').
2
-
2
Getafe
David Soria; Juan Iglesias (Carmona 77'), Domingos Duarte, Gastón Álvarez, Fabrizio Angileri (Latasa 65'), Diego Rico; Mauro Arambarri (Djené 77'), Nemanja Maksimovic (Jaime Mata 85'), Carles Aleñá (Óscar Rodríguez 65'); Mason Greenwood y Borja Mayoral.
Goles 1-0 (7') Yuri; 1-1 (50') Gastón Álvarez; 2-1 (63') Iñaki Williams; 2-2 (83') Latasa
Árbitro Diaz de Mera Escuderos (Castilla La Mancha). Amonestó a los locales Aitor Paredes, Gorka Guruzeta, Yeray Álvarez e Iñaki Williams; y a los visitantes Damián Suárez, Fabrizio Angileri, Óscar Rodríguez, Djené y Omar Alderete. Expulsó, con roja directa, a Oihan Sancet (45') y a José Bordalas (90')
Los equipos de Bordalás provocan tal sugestión por su mala fama que los más aprensivos esperaban que el choque comenzara directamente con un tiroteo y varios heridos. No fue así en absoluto. Es más, a los cinco minutos, todas las previsiones de sufrir a un Getafe amurallado, tirando aceite hirviendo desde las almenas y perdiendo todo el tiempo del mundo se vinieron abajo de la mejor forma posible para el Athletic. Berchiche se sacó un obús en una falta al borde del área y David Soria no tuvo fuerza en las manos como para neutralizarlo. Los rojiblancos podían decir que ya habían hecho el primer trabajo importante contra cualquier equipo de Bordalás, que no es otro que obligarles a jugar al fútbol y no sólo a destruirlo.
Vuelta de Herrera
El Athletic interpretó bien la situación creada y se mostró como el grupo sólido y con las ideas claras que se está viendo esta temporada desde el decepcionante estreno ante el Real Madrid. Valverde optó por Herrera en lugar de Dani García como sustituto de Ruiz de Galarreta. Fue una relativa sorpresa, ya que el exjugador del PSG sólo había disputado nueve minutos en los últimos cuatro partidos y el Getafe es un rival pétreo al que hay que enfrentarse estando muy bien rodado.
Es muy probable que la apuesta del técnico rojiblanco tuviera que ver con su voluntad de mantener el perfil del acompañante de Vesga, de sustituir a 'Galaxy' por un futbolista de características semejantes y no muy diferentes, de manera que el juego del equipo no se resintiera con ningún cambio que pudiera alterar su estilo. Y acertó. Aunque es cierto que Herrera tardó en entrar en juego, acabó jugando bien y el Athletic se sintió tan a gusto como en otros partidos. Dentro de lo a gusto que se puede sentir alguien jugando contra el Getafe, se entiende. Los rojiblancos dominaron, se defendieron con solidez –Unai Simón sólo tuvo que intervenir y lo hizo de forma providencial para desviar un remate a bocajarro de Mayoral– y tuvieron un par de buenas ocasiones. Una fue de De Marcos, tras un jugada coral con Herrera y Williams, y otra de Guruzeta, pasada la media hora, en un gran disparo cruzado que se fue al poste.
Tras esta jugada, Díaz de Mera se hizo presente en San Mamés con una de esas decisiones de expediente X con las que a veces nos sorprenden los árbitros. El balón quedó en posesión del Athletic después de desviarlo la madera y el colegiado manchego vio en el suelo a un futbolista azulón. Mandó parar el juego y hete aquí que, cuando lo mandó reanudar, lo hizo con un bote neutral a favor del Getafe. A San Mamés se lo llevan los demonios y con razón. No fue bueno para los locales el protagonismo que adquirió Díaz de Mera, pero lo cierto es que nada se le puede reprochar en la decisión, ya en los últimos segundos de la primera parte, de expulsar a Oihan Sancet. Al navarro, que ya se ganó en Pamplona una roja muy tonta, no se le ocurrió otra cosa que saltar y levantar el pie en plan karateka hasta rozar la cara de Rico.
La segunda parte parecía, pues, encaminada a ser un puro ejercicio de supervivencia del Athletic. Yeray entró al campo sustituyendo a Paredes, que arrastraba una amarilla desde el minuto 2, y el equipo plegó velas. Cuando el Getafe empató tras un córner y un cabezazo que se envenenó tras tocar en Williams, hubo razones para temerse lo peor y acordarse de la bobada de Sancet, un futbolista cuyas luces no parecen estar en proporción a su talento. Los de Valverde, sin embargo, demostraron una personalidad extraordinaria para no encerrarse y buscar también ellos la victoria pese a su inferioridad. Merecieron conseguirla porque la suya fue una actitud de equipo grande. Y mereció firmarla Iñaki Williams con su soberbio golazo.
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