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Antoine Griezmann era el gran peligro. Uno de ellos. El hombre que piensa el fútbol del Atlético, lo elabora, asiste, convierte en mejores a los que le rodean y acostumbra a marcar. Es el sol y los 'colchoneros' giran a su alrededor, guiados por su ... calor y luz. Cada vez que el francés juega contra el Athletic suele hacerlo con una inspiración extraordinaria, alegre e imaginativo, encantado de meterse entre las líneas enemigas para reventarlas. Pero ayer no pudo dejar su carga mortal en los metros de la verdad ni tampoco en la zona donde fabrica el fútbol que pide Simeone. Un gran trabajo colectivo de los bilbaínos apagó la estrella del Principito, con una defensa y coberturas impecables que desactivaron a la bomba más mortífera de los atléticos.
Tampoco pudo hacer muchas cosas en el partido de Liga jugado en septiembre en San Mamés, donde volverá con el Atlético el 29 de febrero para tratar de levantar una eliminatoria que pesa una tonelada en los brazos de los del Cholo. En aquella ocasión, el Athletic pasó por encima de los 'colchoneros', fue muy superior y ganó por un corto 2-0. Los bilbaínos saltaron ayer al Metropolitano con personalidad, carácter e ideas claras, anularon a Griezmann –es como reventar los pistones y el cigüeñal del motor de un coche y dejarlo inservible–, supieron sufrir durante muchos minutos y se llevaron una victoria que vale su peso en oro. Y algo más: la confianza de su rival. Este Atlético tan duro y fiero, sobre todo en casa, les tiene miedo. Solo había que ver las caras y escuchar a los atléticos tras el choque, incluido su entrenador, para darse cuenta de que el depósito de su autoestima estaba en reserva.
Griezmann ha marcado 14 goles al Athletic en 32 partidos. No pudo hacerlo en diciembre ni tampoco anoche, bien vigilado y cubierto por el sistema defensivo rojiblanco. En los 97 minutos que duró el encuentro, el francés solo tuvo una buena ocasión pero se estrelló contra Agirrezabala. Es de lo poco que le concedió el equipo de Valverde, solidario y gremial en el esfuerzo. Incluso tuvo mala suerte en el tiempo añadido, cuando el árbitro señaló penalti sobre Morata. El 'Principito' cogió el balón para tirarlo, pero el VAR dejó sin efecto la pena máxima por un fuera de juego previo del delantero. El galo tocó la pelota 51 veces, la perdió 17 y nunca estuvo cómodo en el césped del Metropolitano.
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El Athletic ya sabe lo que tiene que hacer en el choque de vuelta en San Mamés. Ayer testó una fórmula que funciona. Supo cerrar las líneas de pase del Atlético, anuló bastante bien su sistema de tres centrales y dos carrileros –solo Lino era un quebradero de cabeza, que hizo sudar y pasarlo mal a Lekue–, montó una trama defensiva de la que no supo salir Griezmann y protegió bien los accesos a la portería de Agirrezabala. Como es lógico, sufrió mucho en la segunda parte, achicó aguas, pero aún así no concedió tanto a un equipo que se creía invencible en su estadio.
28 partidos
llevaba sin perder el Atlético en casa con un balance de 26 triunfos y 2 empates
Tenía motivos para ello. Resulta que el Atlético no perdía en el Metropolitano desde enero de 2023. Ni en la Liga, ni en la Copa, ni en la Champions. De los 28 encuentros disputados entre todas estas competiciones, los de Simeone habían ganado 26 y empatado dos, ambos contra el Getafe. Hasta que anoche llegó el Athletic y dinamitó su guarida. De nada sirvieron los antecedentes ni los casi 70.000 aficionados en las gradas, los bilbaínos profanaron el templo atlético y apuntan a la final.
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