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Dejar ‘amnésicas’ a las células atacantes: la gran apuesta contra el lupus

Cerco a las enfermedades autoinmunes

Dejar ‘amnésicas’ a las células atacantes: la gran apuesta contra el lupus

| Istock.

Millones de personas padecen enfermedades autoinmunes como el lupus o el reumatismo. El sistema inmunitario, que tiene memoria de elefante, se empeña en atacar su organismo una y otra vez en lugar de protegerlo. Los científicos quieren enseñar a estas células a olvidar...

Miércoles, 27 de Marzo 2024

Tiempo de lectura: 6 min

Yo me levanto y me tengo que sentar otra vez. Desayuno y descanso de nuevo. El día a día es muy malo. ¿Medicinas? De todo. Cortisona, que es lo que mejor me va; calmantes, hasta seis diarios… ¡Y que no se te olviden! Si un día no los tomas, no puedes caminar 200 metros sin sentarte. Tu vida es llevar una pastilla en el bolsillo». Amparo Quejido padece lupus desde los 18 años y nos contaba así su dolencia. Es uno de los tres millones de españoles que sufre una enfermedad autoinmune, pero para ella se abre ahora una esperanza: las terapias CAR-T.

Las enfermedades autoinmunes son un grupo de afecciones en las que el sistema inmunitario se altera y ataca a órganos del propio cuerpo. En la actualidad se conocen más de cien, y los últimos estudios epidemiológicos estiman que el diez por ciento de la población mundial padece alguna de ellas. El lupus, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide o la diabetes de tipo 1 son las afecciones más comunes, pero cada vez se conocen más y el fallo del sistema es el mismo para todas: las células que se supone que nos tienen que ayudar comienzan a considerar como enemigo lo que, en realidad, deberían defender.

En las enfermedades autoinmunes es como si al sistema le hubieran colado una 'fake news'. Las terapias CAR-T buscan evitar que se transmita

El sistema inmune funciona como un ejército. O, más bien, como dos. Y ambos cooperan para protegernos de los agresores externos y mantener la integridad del organismo. El sistema innato actúa como un muro. Es la primera línea de defensa del cuerpo, la trinchera. La tos, la piel o las mucosas son algunas de sus divisiones. El segundo, el sistema adaptativo, es casi más fascinante porque lo recuerda todo. Es el que tiene memoria y, gracias a ella, las defensas pueden responder de forma rápida y eficaz en contactos posteriores con un agente infeccioso y evitar la enfermedad.

Una vez que se ha quedado con la cara de la sustancia dañina, esta no se la vuelve a pegar… salvo que encuentre una nueva estrategia para ganar la batalla: la información falsa. Y es aquí donde está la clave de las enfermedades autoinmunes: es como si un espía apuntara a nuestros propios órganos como los verdaderos enemigos. ¿El problema añadido? Que esas 'fake news' también se almacenan y la memoria inmunológica se expande. Una y otra vez, el sistema inmune da la señal de luchar contra el supuesto adversario. Un episodio grave de inflamación sigue a otro. La enfermedad se vuelve crónica. A menos que los científicos le enseñen al sistema inmunológico a olvidar.

Tres millones de españoles, afectados por enfermedades autoinmunes

En España, un 6,39 por ciento de las personas padece alguna enfermedad autoinmune, según un estudio del Ministerio de Sanidad. Estas son algunas de las más extendidas y para las que las nuevas terapias CAR-T son más esperanzadoras

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En el campo de la inmunología se han desarrollado varios fármacos biológicos cuya misión es borrar el fuego amigo, los ataques del sistema contra el propio cuerpo. «El problema es que, al acabar con las defensas, también aumenta el riesgo de infecciones», explica el doctor Albert Selva O’Callaghan, del grupo de Enfermedades Sistémicas del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR).

El segundo frente contra el autosabotaje del cuerpo comenzó con lo que se denomina el 'reinicio inmunológico', algo así como el clásico 'apaga y vuelve a encender'. En este tratamiento se obtienen células madre de la médula ósea del paciente y después se destruye por completo su sistema inmunológico mediante quimioterapia. «Es como si lo dejaras a cero», explica Selva. A continuación se lleva a cabo un trasplante de esas células madre para regenerar un nuevo sistema inmune sin la memoria del viejo. En este caso, el problema es que actúa como una bomba atómica. Se borra todo el disco duro de la memoria inmunológica y es agresivo porque los pacientes también se pueden quedar con muy poca protección frente a los patógenos.

Neutralizar las noticias falsas

La última línea de investigación y la que más esperanza ofrece son las terapias CAR-T, convertidas ya en un aliado frente al cáncer. ¿La diferencia con lo anterior? Que aquí no se destruyen las células, sino que se reprograman. Se extraen, se modifican genéticamente en un laboratorio y se vuelven a introducir en el cuerpo con nuevas instrucciones. Lo explica Manel Juan, jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clínic de Barcelona: «Es un procedimiento que está basado en utilizar los linfocitos T del propio individuo, que tienen la capacidad de eliminar otras células. Este tratamiento ya se utiliza para eliminar células tumorales, pero ahora nos centramos en que maten a los linfocitos B».

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España, por delante. La terapia con células CAR-T, autorizada desde 2019 en España para su uso contra algunos tipos de cáncer, es la base de los ensayos actuales para tratar enfermedades autoinmunes.

Ya no queremos desactivar completamente la memoria inmunitaria, sino únicamente atacar a las células concretas que causan la enfermedad. ¿Y por qué a los linfocitos B? «En una persona sana son los encargados de fabricar los anticuerpos que nos defienden, por ejemplo contra las infecciones, o los que estimulamos con las vacunas», aclara el responsable de Enfermedades Sistémicas del Vall d'Hebron. Son los que tienen memorizados a nuestros enemigos, los que se activan cuando volvemos a entrar en contacto con un patógeno conocido. «Pero, cuando estos linfocitos B en algunas enfermedades autoinmunes fabrican anticuerpos de forma descontrolada, entonces pueden lesionar los tejidos».

Y, aunque de momento el mejor resultado de esta terapia lo tenemos en un ensayo liderado por la Universidad de Erlangen-Núremberg (Alemania) y realizado en pacientes con lupus eritematoso sistémico, el doctor Manel Juan asegura que «conceptualmente podría ser posible en todos los trastornos donde haya una mala función del sistema inmunitario». «En el futuro ya no queremos tratar la inflamación con fármacos como la cortisona, sino con sustancias de acción específica», asegura en Stern Eicke Latz, del Centro Alemán de Investigación sobre el Reumatismo. «No queremos tener que revertir información falsa mediante un reinicio inmunológico parcial, sino evitar directamente que se vuelva a transmitir».

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