Los ovarios envejecen cinco veces más rápido que cualquier otro órgano del cuerpo, por lo que representan un campo de estudio ideal para investigar sobre la longevidad. Desvelar por qué parecen estar estrechamente relacionados con la salud es el objetivo de varios estudios como el
que está llevando a cabo Jennifer Garrison, profesora adjunta del Instituto Buck de Investigación sobre el Envejecimiento de Novato (California).
La experta lleva desde 2018 tratando de averiguar la fórmula para prolongar los años reproductivos de una persona, y posiblemente su vida, con un método que parece infalible: retrasar la menopausia. Hasta ahora ya se conocía que las mujeres con menopausia tardía eran más longevas, ya que el propio proceso de la menopausia es una forma de envejecimiento que aumenta el riesgo de muchas otras afecciones como la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares y, como se ha demostrado recientemente, también el alzhéimer. Así, cuanto más tarde llegue, mejor.
Sin embargo, Garrison ha abierto una nueva vía de investigación que podría tener implicaciones para el envejecimiento tanto femenino como masculino. «Si podemos entender lo que ocurre en el ovario, es probable que eso nos diga algo sobre el envejecimiento en el resto del cuerpo y también podría darnos una idea de cómo intervenir», asegura la investigadora en un artículo para Wired.
El punto de partida lo encontró en un estudio con dieciséis mil mujeres que descubrió que una menopausia más tardía aumentaba las probabilidades de vivir hasta los 90 años. Aladdin Shadyab, autor del estudio, explicaba que «los resultados determinaron que las mujeres cuya primera menstruación fue a los 12 años o más, que experimentaron la menopausia a partir de los 50 y que habían tenido más de 40 años reproductivos habían aumentado las probabilidades de vivir hasta los 90».
Pero ¿por qué envejecen los ovarios? De momento, y aunque parezca increíble, no existe una respuesta. «No tenemos muchos conocimientos básicos porque esta área ha sido ignorada por la comunidad de investigación biomédica durante mucho tiempo», asegura Garrison. Pero las cosas están cambiando... Una de las investigaciones más destacadas en este terreno, pionera en su género, tiene lugar en la Universidad de Columbia, donde un grupo de investigadores trata de averiguar si el fármaco conocido como rapamicina puede rejuvenecer los ovarios.
Liderado por la profesora de genética Yousin Suh, si el estudio da los resultados esperados, podría tener amplias implicaciones para ayudar a reducir los dolores de la menopausia y prolongar la vida de personas de cualquier género, con un fármaco barato que se toma una vez a la semana. Los científicos ya han demostrado que la rapamicina puede alargar la vida y mejorar la salud de moscas, ratones y gusanos.
La fecundidad de las hormigas esconde también claves del envejecimiento. Normalmente existe una relación negativa entre la edad y la capacidad reproductiva, pero en el caso de las hormigas no. Dentro de una misma colonia están las reinas y las trabajadoras. «Las primeras tienden a ser mucho más longevas que las obreras y son extremadamente fecundas. Algunas pueden poner huevos toda su vida, durante 30 años», explica la bióloga Ingrid Fetter Pruneda, que dirige un estudio en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de México. Lo que diferencia esos dos tipos de hormigas es el fenotipo. Comparten el mismo genoma, pero no las características físicas y bioquímicas. «Buscamos qué mecanismos celulares tienen estos insectos que les permiten mantener esa fecundidad», concluye.
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