Hoy, esta disciplina milenaria está en el centro de una acalorada polémica: los nacionalistas hindúes la han convertido en su bandera y aseguran que cura todo tipo de males, hasta el cáncer. Los científicos y los médicos del país han puesto el grito en el
cielo.
Sita Kumar tuvo que elegir entre el láser y el ghee, y lo tuvo claro. En el hospital de Benarés, sección de Ayurveda, a la paciente le colocan alrededor de los ojos un 'churro' hecho con una pasta de harina de lentejas. Su función es formar un receptáculo para el ghee. Con mucho cuidado, el ayudante vierte esta especie de mantequilla caliente sobre los ojos. La paciente apenas ve con el ojo izquierdo. «Tiene un ojo vago –dice el ayurveda–. También podemos curar la miopía. Solo hace falta paciencia».
Estas sanguijuelas se usan para los eccemas. Cada paciente tiene sus propios ejemplares, que se aplican en varias sesiones. El término 'ayurveda' procede del sánscrito y está formado por ayus ('vida') y veda ('ciencia'). Se basa en textos de cinco mil años de antigüedad. Según esta teoría, el cuerpo está formado por agua, fuego, tierra, aire y éter. Su proporción varía entre las personas y determina el metabolismo y el temperamento. En todos los organismos actúan tres energías. Si se produce un desequilibrio entre ellas, la persona enferma.
Un médico trata una fístula anal con un método al que se atribuyen dos mil años de antigüedad. El personaje más polémico del renacer del ayurveda es Baba Ramdev, amigo íntimo del primer ministro Modi. Ramdev presume de poder «curar por completo la hepatitis, la artritis y el cáncer». También dice que 'cura' la homosexualidad. Y, por supuesto, comercializó un medicamento para la covid: un pack de pastillas, un jarabe y un espray nasal, por siete euros. Eso sí, él se trató la covid con medicina moderna.
Un grupo de ayurvedas muestra un cajón de madera lleno de bombillas, la variante actualizada del tratamiento tradicional por fuego, usado para tratar inflamaciones articulares con calor. La medicina ayurvédica experimentó un auge en 2014, cuando el nacionalista hindú Narendra Modi llegó al poder y creó el Ministerio de Ayurveda, Yoga y Homeopatía. Era una medida «económicamente rentable», dijo. Porque la medicina ayurvédica sale muy barata. Los médicos piden aparatos de rayos X, modernos tomógrafos y costosos quirófanos; a los ayurvédicos les basta con friegas con manteca y cajones para sudar.
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