La clave del éxito de la gente genial Actriz Paz Vega: «Yo ya había trabajado con Almodóvar, Medem... Y, de repente, llegas a Hollywood y no eres nadie»

Hollywood, Italia, Brasil... Paz Vega es una de las actrices españolas más internacionales. Ante el estreno de su nueva película, ‘A todo tren 2’, una comedia producida por Santiago Segura, hablamos con ella sobre las claves del éxito de su carrera... y las dificultades que ha tenido que superar.

Martes, 03 de Enero 2023, 15:19h

Tiempo de lectura: 4 min

XLSemanal. 'Chica Almodóvar', estrella de Hollywood y madre de tres hijos… ¿Qué requiere más talento?

Paz Vega. Lo más difícil es la crianza porque ser madre va sin guion. En el cine tú vas preparada, sales estupenda y todo es perfecto, pero ser madre es muy complicado. Tienes que improvisar y te pegas un hostión cada día [se ríe].

XL. ¿Y qué tal la vida de una actriz en España después de haber vivido en la meca del cine?

P.V. Estoy encantada porque me he encontrado un Madrid muy vibrante. Yo creo que, con la pandemia, lo hemos pasado todos tan mal que ahora nos sentimos liberados y hacemos mucha vida en la calle. Lo único malo que veo en España es la crispación política.

XL. Tampoco es que Estados Unidos sea Disneylandia.

P.V. Yo me fui justo cuando Trump llegó al poder, así que solo te puedo hablar de la época Obama, y yo estuve bien. Sí es cierto que he vuelto a ciudades como Nueva York y se nota la decadencia.

XL. ¿Algún consejo para los nuevos talentos que se quieren abrir un hueco en Hollywood?

P.V. La clave está en el esfuerzo. Cuando algún compañero me dice que se quiere ir un mes a probar en Los Ángeles, yo pienso que eso de la suerte no existe. Tienes que hacer muchos castings, enfrentarte a muchos rechazos y asumirlos. Porque yo me fui a Estados Unidos cuando aquí nadie me decía que no.

XL. Importante el baño de humildad.

P.V. Claro. Que yo ya había trabajado con Pedro Almodóvar, con Julio Medem, en películas taquilleras… Y, de repente, llegas allí y no eres nadie. Y hay que tener paciencia.

XL. Y eso que para su primer papel la llamaron directamente.

P.V. Claro, si no, yo jamás me hubiera ido a Hollywood. Fue con la película Spanglish y luego tuve la suerte de que me volvieran a llamar. Entonces fue cuando me planteé que si quería trabajar allí tenía que quedarme a vivir. Y lo que hice es tratar de integrarme. Cuando tú llegas de fuera, tienes que demostrar el doscientos por cien y eso se hace trabajando y trabajando.

«Eso de la suerte no existe. La clave está en el esfuerzo»

XL. De los grandes talentos con los que ha actuado, ¿cuál destacaría?

P.V. Es difícil, pero quizá Morgan Freeman o Nicole Kidman. Su rigurosidad, su saber estar, su sentido del humor…

XL. Pero también se ha topado con algunos monstruos, como Harvey Weinstein.

P.V. Lo bueno es que yo siempre he tenido la capacidad de quitarme a la gente tóxica de encima. Tengo un radar. Desde la primera vez que lo conocí en Madrid, vi que era un señor muy extraño y que desprendía un hedor feo. Había algo feroz en su mirada.

XL. ¿Qué pasó?

P.V. Él pidió conocerme y alguien nos presentó, pero yo enseguida me levanté y me fui. A Weinstein se lo veía venir.

XL. ¿Y qué pensó cuando salieron a la luz sus agresiones sexuales?

P.V. Pues lo peor es que ya se sabía. Era un secreto a voces. Durante mucho tiempo se han permitido ciertas licencias a ciertos señores porque era lo normal. Por eso, el movimiento #MeToo ha sido tan importante, porque ahora mucha gente es capaz de reconocer como acoso esas cosas que antes se consideraban normales.

XL. ¿Ha vivido algo parecido en España?

P.V. Nunca he tenido la sensación de que alguien quisiera algo más. Sí he vivido momentos incómodos con algunos directores con respecto a lo que querían de mis personajes.

XL. ¿A qué se refiere?

P.V. Cosas como que en el guion ponga que mi personaje llega a casa y se pone cómoda. Para mí, eso significa que me quito los zapatos, pero para el director puede interpretarse como que mi personaje se quita la camiseta y va sin sujetador.

XL. ¿Y usted qué hacía?

P.V. Siempre he salido vencedora porque desde el principio los he cortado. Afortunadamente, las cosas han cambiado. A veces incluso demasiado porque se ha llegado a cierta tontería. Ahora hay un coordinador en el set de escenas de sexo. A mí me hace gracia porque pienso: «¿Me vas a decir a mí cómo tengo que enfrentarme a una escena?». Pero a lo mejor es que yo me lo he tomado siempre con mucha naturalidad.

XL. Pues fíjese cómo ha debido de ser el tema para que la industria haya tenido que llegar a ese punto…

P.V. También es verdad y esa es otra lectura. Lo bueno es que ahora hay un acuerdo en contrato donde se coordina que todo lo que tenga que ver con esas escenas será de mutuo acuerdo.

XL. ¿Se nota cuando dirige una mujer, como en A todo tren 2

P.V. Inés de León es maravillosa. Recuerdo que había un par de chistes en la película que a mí, como mujer, me chirriaban, lo hablé con ella y me dijo: «Perfecto, lo quitamos, esto no puede ir». No sé qué habría pasado si se lo hubiera comentado a un hombre, pero está claro que esta película está hecha por mujeres y muchas se van a identificar con ella.

XL. Sobre todo por su monólogo de madres 'imperfectitas'…

P.V. Eso es. Esas madres, como mi personaje, que son capaces de hacer de todo con tal de que su cagada no llegue al grupo de WhatsApp del cole [se ríe]. ¡Que nosotras también tenemos derecho a equivocarnos!

XL. ¿También usted ha sentido esa culpa universal que dan con el carné de madre?

P.V. Por supuesto. Y, cada vez que tengo un trabajo y debo salir de mi casa, la culpa me invade a todos los niveles y lloro en el hotel. Porque me he perdido mucho de mis hijos, mucho. Primeros dientes, primeros pasos, hospitales, reuniones...

XL. Y el productor, Santiago Segura, ha conseguido convertir todo eso en comedia y taquillazo.

P.V. Y para eso hay que tener talento y una mente privilegiada. Él ve los huecos y busca su nicho. Y eso es lo que ha hecho con el cine familiar en este país.

MÁS DE XLSEMANAL