Esta arquitecta española, afincada en Milán, ha logrado triunfar en todo el mundo. Guiada por la curiosidad, siempre está dispuesta a poner patas arriba cualquier proceso técnico o material que se le ponga por delante. Su creatividad parte del mismo lugar: la memoria emocional, pero no para usarla como un ancla, sino para viajar hacia el futuro.
«Cuando era pequeña, mi madre me regaló una casa de muñecas supermordena en la que yo me pasaba horas jugando. De alguna manera, el trabajo para mí es eso mismo; no es que sea un juego, pero sí una pasión. Se me pasan las horas volando... Mi familia y mi trabajo están muy relacionados, no hay una gran transición entre ellos, pues trabajo con mi marido. Él tiene la última palabra para unas cosas y yo, para otras».
«Me pidieron una silla que fuera versátil. Que se pudiera usar en distintos ambientes, que pudiera tener cuatro patas o a la que se le pudieran añadir ruedas... Las sillas hay que mirarlas desde atrás, porque en realidad viven alrededor de la mesa, así que cuando las ves ¡no es por delante!».
«Para mí, el miedo es como la duda, no quiero estar cerca de nadie que no tenga miedo, ¡me horrorizan! La gente que es valiente es la que sabe enfrentarse a su miedo, sus dudas y preocupaciones. Experimentar, tener miedo, todo eso es bueno».
«Estamos en una especie de limbo, y la verdad es que los limbos son buenísimos porque te sirven para pensar, como el purgatorio. Siempre pensé que el purgatorio era el espacio más interesante porque, en el fondo, lo del cielo me da un poco de risa. El cielo es un poco para tontos y el purgatorio está lleno de gente interesante».
«Pienso e imagino en todas partes, incluso haciendo tareas tontas, como cuando estoy cocinando. Dicen que el cerebro hace las mejores conexiones cuando está en este tipo de tareas, y es así. Sé hacer croché. Y coso mucho. Pero no solamente yo; en mi estudio cosen los arquitectos. Aquí se cose, como se grapa o como se encola».
Sentarse, un placer ancestral
La diseñadora lo reinventa con sus creaciones sin dejar de mirar al pasado.