Cómo llegó a Europa esa pequeña piedra semipreciosa llamada 'cornalina'? ¿Su hallazgo en una tumba vikinga supone que estos guerreros alcanzaron las costas del subcontinente indio? La arqueóloga noruega Cat Jarman, autora de Los reyes del río (Ático de los Libros), ha
investigado el viaje de esa misteriosa gema desde donde fue tallada, la ciudad india de Guyarat, hasta las islas británicas. Su investigación demuestra que, más allá de Europa occidental, los vikingos remontaron el río Dniéper hasta el mar Negro para alcanzar el mar Caspio, tejiendo una poderosa red comercial y humana que unió Europa y Asia.
En sus viajes, los vikingos suecos comerciaron con grandes reinos, combatieron como formidables guerreros e incluso fundaron una dinastía, la de los Varegos. Los relatos de cronistas árabes y la Crónica de Néstor, escrita por el monje homónimo hacia el 900, describen los asentamientos de los escandinavos en las cercanías de Nóvgorod (hoy, Federación Rusa) y en Kiev (Ucrania), donde un príncipe nórdico llamado Oleg de Nóvgorod fundó la Rus de Kiev en torno al año 882. El nuevo Estado prosperó gracias al control que ejercían sus guerreros en la ruta comercial que unía el mar Báltico con el mar Negro y los lejanos territorios de Oriente. Las sagas islandesas escritas en los siglos XII y XIII ofrecen relatos de los viajes de los vikingos a Estambul, la capital del Imperio bizantino, y a Bagdad, la ciudad más grande del mundo en su época. Pero no citan ninguna expedición nórdica a la India. Según las pruebas disponibles, Bagdad es el lugar más lejano hacia el sureste al que llegaron los vikingos. Es probable que los guerreros escandinavos obtuvieran piedras semipreciosas en la capital abasí.
También que la cornalina descubierta en el Reino Unido fuera adquirida por uno de esos guerreros escandinavos y que la transportase al campamento de Repton, un gran asentamiento vikingo de Inglaterra. Otra hipótesis posible la aporta un documento del siglo XII, cuyo texto desvela que un obispo inglés viajó en esa época a la India y regresó a su país sano y salvo cargado de «piedras exóticas y semipreciosas». No sería extraño que entre ellas estuviera la cornalina de Repton.
Su pericia naval los llevó a internarse en territorios lejanos e ignotos. Por ejemplo, el mapa de Vinland, datado en 1440, mostraba el litoral exacto de una parte de la costa norteamericana y de Groenlandia
La mayoría de expertos del mundo académico cree que ese mapa es una hábil falsificación realizada en el siglo XX, basada en documentos portugueses del siglo XVI y llevada a cabo por un erudito en cartografía antigua.
Pero sigue vigente la idea de que los vikingos fueron los primeros en llegar a América. En torno al año 1000, el vikingo Leif Eriksson desembarcó en Vinland (Terranova), en la costa nordeste de Norteamérica. Si no aparecen pruebas arqueológicas más antiguas, Leif seguirá siendo considerado el primer europeo que llegó al Nuevo Mundo.
En 1954, unos arqueólogos que trabajaban en un yacimiento vikingo de Suecia desenterraron un buda de bronce esculpido en Cachemira en torno al siglo V.
El gran crecimiento demográfico que se produjo en Escandinavia a finales del siglo VIII propició que los vikingos colonizaran vastos territorios más allá de sus fronteras.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión