75 aniversario de la independencia de la India

Cómo el imperio británico perdió la joya de la Corona

No hubo guerra ni revolución, pero sí un largo proceso de resistencia pacífica y de no colaboración con las autoridades coloniales británicas. La estrategia de Gandhi dio resultado y la India alcanzó en 1947 su ansiada independencia, hace 75 años.

Jueves, 13 de Octubre 2022

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Cuando suene la hora de la medianoche, mientras el mundo duerma, India despertará a la vida y a la libertad». Jawaharlal Nehru, primer ministro del nuevo país, pronunció estas palabras ante el Parlamento y arrancó una atronadora salva de aplausos. Era el 15 de agosto

de 1947. Ese día significó para la India el inicio de su ansiada soberanía; para el resto del mundo fue el principio del fin de la época colonial.

La India culminó su proceso de independencia hace ahora 75 años. Pero para llegar a ese día, el país tuvo que vivir casi cuatro décadas de lucha política y de un laborioso trabajo de construcción de un sentimiento de unidad nacional que contrastaba con la tradicional fragmentación del país, acentuada por los casi dos siglos de ocupación británica.


1857

El 'Motín Indio' frente a la Compañía de las Indias Orientales.
La independencia de la India fue, en realidad, un proceso de 90 años de lucha. La primera revuelta contra los británicos la protagonizan los cipayos, soldados indios en el Ejército colonial. La revuelta provoca que la India pase a ser gobernada por la Corona en vez de por la Compañía de las Indias Orientales.

La miríada de lenguas, religiones, castas, reinos y provincias que definía el país (y que aún hoy pervive) marcó la conquista británica y los años posteriores a la independencia. A la llegada de los europeos, a finales del siglo XV, la India era un mosaico próspero y lleno de riquezas, gobernado por los emperadores mogoles de Delhi. La Compañía Británica de las Indias Orientales se asentó en el noreste, en Bengala, a comienzos del siglo XVII y logró del emperador mogol el derecho a comerciar en todo el país en 1615, tras su victoria sobre los portugueses. El comercio de bienes de lujo y especias era lucrativo, pero en Gran Bretaña empezó a cobrar fuerza un nuevo término: 'imperio'. En pocas palabras: para qué disfrutar de una pequeña parte de la riqueza de la India si se podía tener todo. La ocasión la brindó el debilitamiento de la autoridad mogola y la tradicional división política del país. Desde su base en Bengala, los británicos comenzaron en 1757 una serie de guerras que concluyeron con la conquista y absorción de los muchos estados semiindependientes indios. A los indios de a pie no les importó mucho; simplemente, cambiaron unos señores por otros. A los gobernantes y élites comerciantes y terratenientes, tampoco, pues las nuevas autoridades les aseguraron sus privilegios de toda la vida.

Los británicos ocupaban los mejores empleos y en sus clubes se prohibía la entrada a perros e indios. Era solo cuestión de tiempo que los colonizados se hartaran

La administración colonial británica tuvo un carácter paternalista. Por un lado, convirtió a la India en un país exportador de materias primas e importador de los bienes de la metrópoli. Y por otro, consideraba a los indios como unos niños inocentes incapaces de gobernarse y lastrados por una cultura que les impedía acceder a los beneficios de la modernidad.


1919

Matanza de Amristar.
Un comandante británico ordena disparar contra la multitud que celebra una fiesta religiosa convertida en una solicitud de autonomía para la región de Punyab. Se producen 379 muertos y más de mil heridos.

Durante su tutela, los británicos extendieron el ferrocarril, crearon universidades para las élites nativas y abrieron su ejército a los indios, aunque relegándolos a un papel secundario. Pero como colonizadores se reservaron los mejores empleos y cargos, y se pasaron las tardes bebiendo ginebra y jugando al polo en sus clubes, donde los carteles prohibían la entrada a perros e indios. Era cuestión de tiempo que los 'niños' se hartaran.


1930

Marcha de la sal.
Gandhi (en la imagen) protagoniza esta marcha para protestar por los impuestos que gravan este producto de primera necesidad. En Calcuta se produce una gran algarada que concluye con más de cien mil indios detenidos.

La primera revuelta se produjo en 1857. Los cipayos, los soldados indios del Ejército británico, se alzaron contra sus superiores. La rebelión fue aplastada sin miramientos, pero provocó el desmantelamiento de la Compañía Británica de las Indias Occidentales y que la India pasase a ser administrada directamente por la Corona, con la promesa de tratar por igual a todos sus súbditos. Pero eso no se lo creyó ni la propia reina Victoria.

Aquella primera rebelión despertó el orgullo indio y la demanda de libertades políticas y sociales. Miles de indios se habían formado en las universidades británicas y aprendido los principios del liberalismo inglés, y ahora querían verlos aplicados. También pedían respeto hacia sus costumbres ancestrales: no querían que nadie de fuera les dijera lo que estaba bien y lo que no. Y, por encima de todo, querían recuperar esa difusa conciencia de identidad india que se superponía a la variedad étnica y religiosa del país.

Los primeros movimientos nacionalistas arrancaron a finales del siglo XIX y dieron pie a la fundación del Congreso Nacional Indio, en 1885. Sin embargo, era un movimiento mayoritariamente hindú que no supo atraerse a las masas musulmanas. También era un movimiento intelectual y de las clases altas que no conectó con el pueblo hasta la aparición de una figura histórica, Mahatma Gandhi.


1939

Entrar en una guerra que no era suya.
El virrey Lord Linlithgow declara la entrada de la India en la Segunda Guerra Mundial sin consultar a los indios, que habían logrado en 1935 una Ley del Gobierno de la India que les daba cierta autonomía. La situación provoca un enorme descontento.

Educado en Gran Bretaña, trabajó como abogado de los comerciantes indios en los territorios británicos de Suráfrica. Allí se hizo consciente de la discriminación racial y el trato abusivo que recibían los trabajadores, y ensayó sus tácticas de resistencia no violenta. Comprobó que tenían éxito y que también podían utilizarse en la India. Regresó a su país en 1915 y lo recorrió de un extremo a otro para conocer la situación real de sus gentes y llevarles la llama del autogobierno. Vestía un sencillo khadi blanco y hablaba como ellos. Cuando encabezó una protesta de los agricultores de Bihar, que reclamaban el derecho a cultivar lo que necesitaban para sobrevivir y no productos para la exportación, se ganó el título de Mahatma, alma grande. Con el pueblo en el bolsillo, Gandhi pasó a su siguiente objetivo: la independencia.

Gandhi ensayó sus tácticas de resistencia no violenta en Suráfrica, donde trabajó como abogado de los comerciantes indios y conoció la discriminación racial

Su estrategia era sencilla pero difícil de contrarrestar por las autoridades coloniales: boicoteo a las instituciones de enseñanza británicas y a los productos de la metrópoli, renuncia a cualquier cargo en el Gobierno colonial, negativa a pagar impuestos y, sobre todo, la no violencia. Los sucesivos virreyes británicos tomaron todo tipo de medidas para frenarla, pero ninguna tuvo éxito. Y las masivas detenciones de activistas indios, hasta cien mil entre 1930 y 1931, no hicieron más que avivar la llama.

La Ley del Gobierno de la India, de 1935, definía una estructura federal para el país y establecía electorados separados para asegurar la representatividad de todas las minorías. En las elecciones, el Congreso Nacional Indio se asentó como la fuerza política mayoritaria.

Mientras, los británicos daban una de cal y otra de arena. En 1939, el virrey Lord Linlithgow anunció la entrada de este país en la Segunda Guerra Mundial sin tener en cuenta a los dirigentes indios. El malestar por esta decisión unilateral se tradujo en la campaña definitiva de Gandhi: Abandonen la India. Hubo huelgas y detenciones masivas. Y algo quedó ya muy claro: no habría vuelta atrás.


1947

Llega el gran día.
El 15 de agosto, la Unión India proclama su independencia. El día anterior lo había hecho Pakistán, de mayoría musulmana. En la imagen, Lord Mountbatten entrega una espada a Nehru en el acto de traspaso de poderes.

Gran Bretaña ganó la Segunda Guerra Mundial, pero quedó agotada por el esfuerzo. No le quedaban fuerzas para mantener su régimen colonial en un país convulso. La propuesta de la Liga Musulmana de partir en dos la India y crear un Estado musulmán en el norte desencadenó los primeros enfrentamientos religiosos con miles de muertos. Los británicos decidieron acelerar la entrega del poder y aceptar la propuesta. El 15 de agosto de 1947, el país se declaró independiente en medio del entusiasmo popular. «Jai Hind» (victoria para la India) fue el grito más escuchado. Casi todas las provincias se incorporaron pacíficamente a la Unión India. Mientras, en el norte, nacía el musulmán Pakistán, la tierra de los puros, con unas reivindicaciones fronterizas que persisten en la actualidad. La definitiva Constitución se promulgó en 1949 y al año siguiente se proclamó la República de la India. El Imperio británico se vio privado de su joya emblemática. El largo viaje hacia la libertad había terminado para este país y comenzaba una etapa plagada de retos, muchos de los cuales siguen sin resolverse en este siglo XXI.



Protagonistas de ayer y hoy

M. Gandhi. Alentó la deso­bediencia civil

El padre de la nación defendió una India unida al margen de religiones y etnias. Vivió para ver la independencia, pero fue asesinado en 1948 por un radical hindú. Sus cenizas se arrojaron al Ganges, el río sagrado de una India que vio independiente, pero no unida.

J. Nehru. Consolidó la democracia

Seguidor de Gandhi, de corte socialista, fue elegido presidente del Congreso Nacional Indio en 1930. Fue el primero de los 16 primeros ministros que ha tenido hasta hoy la India independiente. Sus objetivos: consolidar la democracia y lograr un desarrollo económico dirigido por el Estado.

M. Alí Jinnah. Dirigió un Estado musulmán

En la Liga Musulmana desde 1913, luchó por los electorados separados y la reserva de escaños para los musulmanes. No compartía la estrategia de Gandhi. En los 40, abogó por un Estado musulmán independiente, proclamado como Pakistán el 14 de agosto de 1947, y del que fue gobernador general hasta su muerte un año después.

L. Mountbatten. El último virrey en la India

Bisnieto de la reina Victoria, el almirante Louis Mountbatten sucedió a Lord Wavell como virrey de la India en 1946 y sería el último en cubrir tal cargo. Después ocupó varios puestos en el Ejército británico hasta su muerte en un atentado del IRA irlandés en 1979.

Pratibha Patil

60 años después de alcanzar la independencia, la India eligió en 2007 a su primera presidenta. La abogada Pratibha Patil, ex gobernadora del Estado de Rajastán y miembro del Partido del Congreso, presidió el país hasta 2012.

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