Berridos que ya son ‘palabras’
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Berridos que ya son ‘palabras’
Viernes, 05 de Abril 2024, 10:22h
Tiempo de lectura: 7 min
Qué quieren decir los bebés cuando lloran? ¿Y cuándo deberían preocuparse los padres? Hace cuatro años, la profesora de Antropología Lingüística Kathleen Wermke, de 63 años, revolucionó el mundo de la ciencia con su estudio sobre el llanto de los recién nacidos. Según sus investigaciones, los bebés durante los últimos meses de gestación registran la musicalidad de la lengua materna y luego, tras el parto, la reproducen con su llanto. El resultado es que un bebé francés no llora igual que uno africano. Ahora ha llegado a nuevas revelaciones.
XLSemanal. ¿Cuál es su sonido de bebé favorito?
Kathleen Wermke. Cuando empiezan a articular sonidos: cuando dicen «gr, gr» o «pf, pf».
XL. Son como los sonidos de un extraño lenguaje.
K.W. Desde el punto de vista lingüístico, el lenguaje comienza con el primer sonido que usa el niño para describir algo específico. Por ejemplo, si dice «uh, uh» para referirse a la leche. Pero el camino hasta ahí ha estado a oscuras para la ciencia. De hecho, el llanto se ignora en el estudio temprano del lenguaje.
XL. Quizá porque se ve como algo negativo.
K.W. Sí, muchos padres creen que expresa un sufrimiento y hacen lo posible para pararlo. Pero el llanto es el primer sonido del bebé. Las primeras palabras no surgen de la nada; necesitan meses, y el camino hacia el lenguaje pasa por el llanto. Expresa mensajes emocionales, similares a la música. Por eso prefiero llamar canciones a los sonidos de bebés.
XL. Los bebés lloran desde el principio con el tono típico de cada idioma, como demostró.
K.W. Sí, algunos de mis estudiantes de doctorado quisieron investigar esas diferencias. Viajaron a Japón, Suecia, Francia... y grabaron los sonidos de los recién nacidos. Demostramos que el llanto tiene características típicas desde edades muy tempranas.
XL. ¿Que son...?
K.W. Los bebés japoneses y suecos lloran de forma más melódica que los alemanes, y eso concuerda con sus lenguas maternas. Los bebés oyen estas melodías en el útero y nosotros las encontramos en los sonidos de su llanto.
XL. ¿Ha hallado también diferencias entre niños y niñas?
K.W. Absolutamente. Pero no tienen nada que ver con el género, sino con las hormonas sexuales. En los primeros seis meses de vida aumentan la testosterona y el estradiol. Cuanto mayor es la proporción de la hormona sexual femenina estradiol, más complejas son las melodías. En uno de nuestros estudios había niños que tenían niveles altos de estradiol y cantaban muy bien. Y estos niños que sonaban más melodiosos, a los seis meses, se expresaron de forma más variada que el resto. El efecto dura: a los dos años y medio, los que producen melodías de llanto muy complejas cuando son bebés obtienen mejores resultados en las pruebas de comprensión del lenguaje y hablan mejor.
XL. ¿Los bebés que lloran mucho se convierten en personas con mayor habilidad verbal?
K.W. No. Lo importante es la calidad, no la cantidad de los sonidos: cuanto más modulados, más dotados lingüísticamente. Se trata de un hallazgo fiable, una prueba de lenguaje muy temprana, por así decirlo. Pero, por supuesto, los niños que no suenan tan variados también alcanzan un nivel de lenguaje decente.
XL. ¿El lenguaje y los sonidos contruyen vínculos?
K.W. También se crean a través de los olores y el tacto. Un suéter en la cuna que huele a mamá o a papá calma al bebé. Pero las posibilidades de expresar sentimientos con sonidos son, por supuesto, más diversas. La capacidad de conectar a través de la voz es la base de toda la cultura humana. Ese 'vínculo vocal' es la fuerza impulsora que hay detrás de la adquisición de un idioma. El objetivo principal de los recién nacidos no es hablar. Quieren pertenecer.
XL. ¿Qué piensa cuando en el tren un bebé grita sin parar?
K.W. Analizo la estructura, los patrones recurrentes. Si llora de forma melodiosa o balbucea, a veces pregunto cuántos años tiene y lo comparo con mi modelo de desarrollo. Y también presto atención a llantos de muy alta frecuencia o que suenan inusuales.
XL. ¿Por qué?
K.W. Los gritos estridentes y monótonos pueden ser un signo de sordera. Varios trastornos del cerebro se reflejan en la producción de sonido.
XL. Usted hizo grabar el primer llanto de su hija en el paritorio.
K.W. Eso fue en 1982 y nadie había pensado en algo así. Mi marido llevaba una grabadora, y nos turnábamos para registrar el llanto de los primeros días de vida.
XL. ¿Hasta qué edad la grabó?
K.W. Documenté todas sus maravillosas vocalizaciones cada vez que tuve tiempo. Lo mismo hice con mi segunda hija y luego con mis nietos. Mi investigación siempre fue un proyecto familiar.
XL. ¿Qué sucede si se ignora el llanto de un niño?
K.W. El bebé llora cada vez más y al final, exhausto, se queda dormido. Pero no se debería llegar tan lejos. No estoy por ello a favor de 'entrenarlo' de esta manera para que se duerma. Gritar es parte del repertorio sonoro normal; siempre es un mensaje. También a nosotros nos gusta que nos consuelen. Los bebés lloran porque necesitan cercanía.
XL. ¿Esto también se aplica a los bebés llorones?
K.W. No uso esa palabra. Esos bebés a menudo no pueden autorregularse ni calmarse de una manera apropiada para su desarrollo. Comprender mejor su llanto podría ayudarlos.
XL. ¿Y cómo lo hacemos? No es fácil quedarte plantado escuchando los berridos.
K.W. Es cierto, pero escuchar al bebé ayuda. Se trata de que nosotros, los adultos, intentemos entender lo que quiere expresar. Las madres no siempre deben llevar al bebé a su pecho y detener los mensajes vocales con la comida. A veces un niño solo reclama tranquilidad. Los bebés suelen estar sobreestimulados. Lo mejor: radio apagada, televisión apagada. Para los bebés, el pitido de alta frecuencia del televisor es como el tinnitus para nosotros.
XL. ¿Qué influencia tiene en el desarrollo del lenguaje que los bebés se encuentren con muchos niños ruidosos en las guarderías?
K.W. Las voces de los otros niños son buenas, estimulan su propia producción de sonidos. Realizamos un experimento con bebés que pensábamos que podrían, desde una perspectiva médica, tener dificultades con el lenguaje en el futuro. Les pusimos sonidos de bebés un poco mayores que mezclamos con música de clavecín. Eso estimuló su vocalización.
XL. Muchos padres se preocupan si su hijo de un año y medio no dice ni palabra.
K.W. El desarrollo del lenguaje viene acompañado de una maduración del cerebro. Para algunos niños este proceso comienza antes que para otros, es normal. Pero, si un niño experimenta frialdad emocional o no puede oír bien, le resultará más difícil aprender a hablar.
XL. ¿Qué consejo les da a los padres que quieren ayudar a sus hijos a aprender a hablar?
K.W. Debes comportarte con el mayor cariño posible y responder a los sonidos que hacen tus hijos en todas sus variaciones. Puedes cantar tú mismo, pero debes evitar la sobrecarga sensorial. La mayoría de los padres sabe intuitivamente todo esto. Mi consejo: acepten que el camino hacia el lenguaje comienza con la melodía y el ritmo del llanto. Es una magia que repiten todos los bebés del mundo.
XL. ¿La adquisición del habla por parte de un bebé es como la evolución del lenguaje del ser humano vista en cámara rápida?
K.W. Definitivamente. El desarrollo infantil es nuestra mejor oportunidad para comprender cómo los humanos llegaron a hablar. Cuando los bebés balbucean o gimen, se parece al canto de nuestros antepasados de hace millones de años. Cuando se sentaban junto al fuego, puede que sonaran un poco como una guardería.
XL. Los bebés pueden aprender todos los idiomas del mundo y reconocen una lengua como extranjera al poco de nacer. ¿Cómo puede ser?
K.W. La huella en la lengua materna comienza durante el embarazo porque el feto oye la voz de la madre, y esa capacidad es universal. Y dependiendo del idioma que escuche principalmente el bebé se desarrollará el vocabulario, la gramática y la sintaxis. Esta habilidad es innata. El idioma primigenio, que a menudo se busca, no se encuentra en una gramática o una estructura sintáctica original, como suponen muchos lingüistas. El idioma primigenio reside en el canto de todos los bebés del mundo.