Allendesalazar, ministro de Hacienda, fotografiado en su despacho por Manuel Compañy.

Manuel Allendesalazar, el único vasco que ha sido presidente del Gobierno (y dos veces)

Parlamentario eficaz y ministro en varias ocasiones, el guerniqués destacó en cuestiones técnicas, especialmente las relacionadas con Hacienda

Miércoles, 15 de marzo 2023, 16:36

El 13 de marzo de 1923, hace 100 años, murió Manuel Allendesalazar, natural de Gernika. Es el único vasco que ha llegado a presidente de Gobierno desde que existe el puesto, creado hace un par de siglos. Lo fue dos veces, en 1919-20 y ... en 1921. Además, desempeñó importantísimos cargos.

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Los Allendesalazar fueron una destacada familia bilbaína ya en el XVII. Algunos de sus miembros fueron priores del Consulado y Casa de Contratación, responsabilidad que solía corresponder a los principales comerciantes: estaban entre los más destacados en la primera mitad del XVIII, aunque después perdieron importancia. Sin embargo, poseían ya varios mayorazgos, con propiedades en las zonas rurales. Dos Allendesalazar fueron diputados generales de Vizcaya, en 1724 y 1726. Algunos cursaron carreras militares, en el ejército y en la marina. Uno de ellos recibió en 1800 el título de conde de Montefuerte. Fue el abuelo del que llegó a presidente de Gobierno. Entre 1839 y 1870 su padre estuvo de forma continua en las Juntas Generales de Gernika representando a Lumo, donde tenían raigambre los Allendesalazar, enlazados con varias familias notables de Bizkaia.

En la calle Correo de Bilbao, esquina Víctor, la llamada Casa Jaspe luce el escudo de los Allendesalazar y Gortázar. Era el palacio de los Allendesalazar, representación del prestigio de la familia. Tenían también casa en Gernika, llamada palacio de Monteforte y palacio Alegría, que lleva el escudo familiar y acoge hoy al museo de Euskal Herria.

Manuel Allendesalazar nació en 1856 en Gernika. Su madre era Ángela Muñoz de Salazar, de una familia andaluza, también con título aristocrático. En su infancia Manuel vivió los inviernos en Granada, en la casa solariega de su familia materna, y los veranos en el palacio Alegría de Gernika. Sus primeros estudios los realizó al parecer en el Instituto de Bilbao. Preparó su ingreso en la Facultad de Derecho en la Universidad de Oñate, que funcionaba como un centro católico de estudios superiores. Se licenció en Madrid, en Derecho Administrativo. Cursó después la carrera de ingeniero agrónomo, que terminó en 1979. Dos años después obtuvo la cátedra de Legislación y Formación de Proyectos en el Instituto Agrícola Alfonso XII-Escuela General de Agricultura. Tenía una sólida preparación.

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Comenzó su vida política en 1884, como diputado en Cortes por el distrito de Markina. Desde 1882 era diputado por Gernika su hermano Ángel (archivero, jurista e historiador), lo que seguramente explica que Manuel se presentase por el distrito vecino. Ángel y Manuel fueron en 1834 los diputados por Gernika y Markina. Ángel murió en 1885, pero Manuel siguió en el distrito de Markina, donde habría arraigado, contando ya con grupos de apoyo. A Manuel le citaba la prensa como «independiente» (su hermano representaba a los liberales fusionistas). Era la forma de enmascarar su alineamiento conservador. Por entonces, tras la abolición de los fueros, era un lugar común que los conservadores de Cánovas no tenían apoyos en las provincias vascas, lo que era una verdad a medias.

Perjudicado por la compra de votos

Manuel Allendesalazar fue diputado por Markina en 1884, 1886, 1889 y 1891. Las tres primeras elecciones fueron con sufragio censitario. La llegada de sufragio universal en 1890 le resultaría fatal. No por perder apoyos en su distrito, pues al parecer los mantuvo (sobre todo en Ondarroa) gracias a la gestión de proyectos que requerían influencias políticas, sino por los cambios en el funcionamiento electoral. En 1891 los nuevos empresarios vizcaínos (en primer lugar, Chávarri y Martínez Rivas) empezaron a pujar por las elecciones, con fortísimos desembolsos de dinero para comprar el voto. La élite política anterior, que no podía competir en esos términos pese a su buena posición económica, perdió terreno electoral. En 1893 se presentó en el distrito de Markina el naviero Martínez Rodas, apoyado por Víctor Chávarri. La víspera de las elecciones Allendesalazar se retiró, por la imposibilidad de competir.

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Allendesalazar tuvo por entonces algún cargo político, de la mano de Cánovas. Unos años después volvió a las Cortes, pues en 1898 y 1899 fue elegido senador por la provincia de Lérida: la exportación de candidatos fue frecuente en Vizcaya, en donde no había tantos puestos como aspirantes. Desde 1900, Allendesalazar, bien situado políticamente, fue nombrado senador vitalicio. Parlamentario eficaz, destacó en cuestiones técnicas, especialmente las relacionadas con Hacienda.

Fue ministro varias veces, en las carteras consideradas más importantes. Empezó en 1900, con 44 años, en Hacienda, cuando se llevaba a cabo al arreglo de las cuentas del Estado tras el desbarajuste de las guerras coloniales, una operación que se saldó con éxito. Fue también ministro de Instrucción Pública, Gobernación, Estado y Fomento. Estaba, así, entre los políticos más destacados de la Restauración. Se le atribuyeron algunas iniciativas importantes, como la lucha contra las «carteras ministeriales, las construidas para contentar a los diputados. Eran muchísimas, de racionalidad discutible y conservación sin asegurar, pues estaban fuera del plan nacional de carreteras.

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En 1900 fue alcalde de Madrid durante unos meses y gobernador del Banco de España en 1904-05 y 1919. También ostentó entre 1909 y 1919 el cargo de consejero de la Compañía Arrendataria de Tabacos, siendo el gerente entre 1913 y 1919.

Allendesalazar no era uno de los principales líderes, como Maura o Dato, pero estaba en la primera línea de la política, destacando por su reivindicación de la unión de los conservadores. Llegó a presidente de gobierno en momentos críticos.

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«Nunca aspiré a ser jefe»

En diciembre 1919 presidió una unión parlamentaria (la coalición incluía conservadores, mauristas y liberales) con el objetivo de elaborar un presupuesto, lo que no se conseguía desde 1914. Logró un presupuesto, que fue para 1920-21 y enderezó algo la marcha de las finanzas públicas. El gobierno no pudo resistir después, por las tensiones entre los distintos grupos que lo componían. En marzo de 1920 Dato, el jefe de conservadores, formó un gobierno monocolor. Ese verano Allendesalazar lo pasó en Gernika, con algún problema de salud. En septiembre le dieron un homenaje, a convocatoria del Centro Vasco-españolista de Guernica, con el apoyo de la Liga de Acción Monárquica. Participaron los principales líderes vizcaínos de la derecha monárquica (Gandarias, Aznar, Balparda, Lequerica, Bergé, etc.). En su discurso Allendesalazar - «nunca aspiré a ser jefe»- hizo profesión de fe monárquica y declaró su compromiso con los problemas vizcaínos y su disposición a colaborar en la renovación del Concierto Económico defendiendo los intereses locales.

Allendesalazar volvió a formar gobierno, unos meses después. Fue en marzo de 1921, tras el asesinato de Dato. Le tocó un momento particularmente difícil. De forma interina, Allendesalazar se hizo cargo las carteras de Marina y de Fomento. Con un gobierno íntegramente conservador, hubo de lidiar con los graves problemas sociales que se planteaban en Barcelona. Sin embargo, la quiebra se derivó de la penetración militar en Marruecos. En julio se produjo el desastre de Annual. Cuando logró recuperar algún control del entorno de Melilla, Allendesalazar dimitió. En agosto formó gobierno Maura. En su momento el ministro de Hacienda, Cambó, le consultó para la formación del Consejos Superior Bancario.

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El desastre de Annual pesó como una losa en la imagen del último gobierno de Allendesalazar. Fue exonerado cuando se investigaron la responsabilidad del desastre, pero, según dijeron, las sospechas de negligencia le ocasionaron la pesadumbre moral que agravó su enfermedad. Sus funerales fueron una sentida manifestación de duelo, a la que asistieron autoridades vizcaínas y las personalidades políticas más importantes.

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