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Tomás Ondarra
El hundimiento del vapor Ereaga

El hundimiento del vapor Ereaga

Tiempo de historias ·

Torpedeado por un submarino alemán el 4 de junio de 1917, fue uno de los cinco barcos que perdió la Compañía Marítima del Nervión en la Gran Guerra

Lunes, 21 de noviembre 2022, 15:20

Nada. «No hemos logrado salvar nada, ni ropas ni documentos», le contaba un anónimo tripulante del Ereaga al reportero de 'El Noticiero Bilbaino', que recogió su declaración en la primera página del lunes 4 de junio de 1917, en una crónica titulada «Los submarinos: el vapor Ereaga torpedeado». Otros periódicos fueron menos neutros, como el barcelonés 'La Publicidad', que tituló su información sobre el hundimiento del carguero bilbaíno con un contundente «Los piratas en acción».

La indignación era comprensible: la pérdida del Ereaga fue la número 51 de las registradas por la marina mercante española hasta aquel momento de la Gran Guerra. El conflicto se cerraría con 97 barcos perdidos. 378 muertos y 204.609 toneladas en total. El mayor «buque hundido fue el Pagasarri, 5.600 toneladas, y el menor el velero Julita, de 45 toneladas. La pérdida más lamentable -134 muertos y 25 náufragos- fue la del trasatlántico Carlos de Eizaguirre, pérdida completamente 'atípica', pues fue la única en el Atlántico sur y por mina a la deriva», según precisa el capitán de navío José María Blanco Núñez en su artículo 'Pérdidas de la marina mercante española durante la Primera Guerra Mundial'.

Estos números fueron el reverso tenebroso de las brillantes cifras que registraron las navieras españolas, y en especial las vascas, durante la guerra, en la que España fue neutral. Los beneficios obtenidos por las navieras bilbaínas «en esta coyuntura fueron extraordinarios por su cuantía absoluta y su importancia relativa. Entre 1917 y 1919, por ejemplo, los dividendos repartidos por las compañías navieras representaron algo más del 60% de todos los dividendos repartidos por las sociedades anónimas de la plaza de Bilbao. Los beneficios obtenidos en los años de 1914 a 1920, casi 1.000 millones de pesetas, fueron superiores, en un 25%, a todo el capital invertido en la creación de nuevas sociedades mercantiles en estos mismos años», escribe el historiador Jesús María Valdaliso en 'Guerras, riesgo y beneficios: las compañías navieras bilbaínas durante las dos guerras mundiales del siglo XX'. «Los años de la I Guerra Mundial podrían ser calificados como la 'edad de platino' para la flota mercante bilbaína, algo que también tuvo su reflejo en la Bolsa, donde las cotizaciones de los valores navieros se dispararon», añade.

El Ereaga pertenecía a la Compañía Marítima del Nervión, constituida el 16 de mayo de 1907, una de esas empresas que supieron aprovechar la coyuntura, provechosa pero también muy arriesgada. «Entre 1917 y 1918, la CMN perdió cinco unidades y más de 11.000 toneladas de registro bruto, todas ellas hundidas por submarinos alemanes, lo que suponía el 56% del tonelaje propiedad de la compañía antes del estallido del conflicto», apunta Valdivielso.

«Una terrible detonación»

El hundimiento del Ereaga se produjo la madrugada del sábado 2 de junio. «Salimos de Inglaterra con 3.000 toneladas de carbón, formando convoy con cuatro buques ingleses que iban en cabeza; detrás seguían el noruego Skarpsno y el Ereaga», contaba el marinero al que logró entrevistar 'El Noticiero' cuando llegó a Bilbao con sus compañeros: el capitán y otros 20 tripulantes. «Al llegar a la altura de Bayona -serían las cinco menos cuarto de la mañana- surgió un submarino y, sin dar tiempo casi ni a ser visto, atacó a los últimos buques, entre los que estaba el Ereaga».

El vapor bilbaíno fue alcanzado por un torpedo -aunque otros relatos aseguran que se trató de un cañonazo-, «porque oímos una terrible detonación que hizo levantar el buque de popa». En el puente había «tripulantes que fueron a parar a la proa. Todos nos arrojamos al agua y esto nos salvó, pues el Ereaga se hundió en unos cinco minutos». El submarino también atacó al buque noruego, y luego desapareció.

Algunos periódicos, como 'El Liberal', publicaron que el Ereaga fue defendido y su tripulación rescatada por uno de los otros barcos, que iban artillados. Pero, según el marinero al que entrevistó 'El Noticiero', «los buques que iban en cabeza dieron toda máquina y escaparon. Nosotros nos sostuvimos nadando algunas horas, hasta que unos buques patrulleros nos recogieron y nos llevaron a Arcachon, en donde desembarcamos, yendo a Bayona, donde el cónsul nos atendió y nos pasaportó para San Sebastián».

«Aseguran los tripulantes del vapor Ereaga que los cuatro armados ingleses no lucharon con el submarino ni dispararon un solo cañonazo. Lo único que hicieron fue forzar la máquina en unión de otro buque noruego y huir precipitadamente», dijo 'El Pueblo Vasco'. Se corrió la voz de que dos marineros del Ereaga habían muerto, «pero esta noticia no pudo ser comprobada». Hubo dos heridos que, acompañados por el capitán, Juan Bilbao, fueron trasladados al hospital civil de Basurto con heridas de pronóstico reservado. Detalló 'El Liberal' que fueron «el primer maquinista don José Suárez, de 37 años, casado, natural de el Ferrol y domiciliado en el desierto de Erandio»; y «Abdón Echavarría, de 29 años, soltero, domiciliado en el desierto de Baracaldo».

La reacción del Gobierno español fue asegurar que «redactará la correspondiente nota protesta», como recogió con cierto retintín la pensa bilbaína.

El submarino

El SM UC-72 fue un submarino minador tipo UC II de la Marina Imperial Alemana botado el 12 de agosto de 1916. Hundió 41 barcos y dañó otros 2. Españoles, además del Ereaga, acabó con 2 veleros de pesca, el Mamelena IX y el Mamelena XII, causando 9 muertes. Fue hundido por una mina el 24 de agosto de 1917.

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