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Está claro que los ciberdelincuentes son cada vez más ingeniosos. Su capacidad de inventiva parece no tener fin. La última estafa que está haciendo estragos en Internet es la de la maleta. Entre otras cosas, porque apela al valor de la amistad y es muy ... fácil caer en la trampa. Porque, ¿quién no hace cualquier cosa por ayudar a un colega en apuros?
El 'modus operandi' de esta estafa no puede ser más sencillo. El timador usa las reses sociales y las aplicaciones de mensajería de su víctima para hacerse pasar por uno de sus amigos o familiares que en esos momentos se encuentra en el extranjero, tal y como relata la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) en su página web. Después, a través de esos mismos canales de comunicación, suplanta su personalidad de este ser querido para contarle que le han retenido la maleta o que ha perdido el vuelo con su equipaje facturado dentro del avión.
El resultado siempre es el mismo independientemente del tipo de historia: pedirle dinero a través de una transferencia a una cuenta bancaria bajo el concepto 'coste de aduana'. La única forma de recuperar su equipaje. En ocasiones, el timador llega incluso a llamar a su víctima haciéndose pasar por un agente de aduana.
Información relacionada
Para evitar caer en esta ciberestafa, la Oficina de Seguridad del Internauta recomienda que antes de realizar cualquier pago, se compruebe realmente que se trata de un amigo o familiar suyo en problemas. Si no es así, se insta a bloquear a esta persona que trata de suplantar la personalidad de su ser querido de inmediato, además de denunciar el caso ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Si se ha realizado la transferencia bancaria, se debe contactar cuanto antes con la entidad para informarle de lo sucedido y así poder recuperar el dinero. Si se ha facilitado al ciberdelincuente datos personales, se aconseja navegar periódicamente por la web para comprobar si alguien ha suplantado nuestra identidad en algún servicio online con el objetivo de llevar a cabo acciones maliciosas bajo nuestro nombre.
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