Otro jornada negro en el Pirineo oscense. Una montañera navarra de 54 años, vecina de Tafalla, ha fallecido este lunes por un golpe en la cabeza con una piedra que se produjo después de que se cayese caer en las cercanías del refugio de Góriz, en el término municipal de Fanlo y encuadrado en el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido.
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Según la Guardia Civil, los servicios de emergencias han recibido el aviso sobre las dos de la tarde. Fue entonces cuando se movilizaron el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de Boltaña, la Unidad Aérea de Benasque y personal médico del 061.Una vez sobrevolada la zona, consiguieron localizar el cuerpo sin vida de la víctima, que fue examinado en el lugar por los profesionales sanitarios.
Solo pudieron certificar su muerte. El cadáver ha sido evacuado y transportado hasta la helisuperficie de Boltaña, desde donde se ha trasladado al Instituto de Medicina Legal de Zaragoza para que se realiza la correspondiente autopsia.
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Félix Montero
La semana pasada el Pirineo aragonés se cobró la vida de otro montañero navarro de 40 años. El varón perdió la vida en Bierge, cuando sus compañeros lo dejaron solo mientras realizaban barranquismo. Con la nueva víctima de este lunes, ya son 13 las personas fallecidas en el Pirineo desde el 1 de junio. En lo que va de año, la cifra asciende a 26. De seguirse esta tendencia, se podrían alcanzar los 31 fallecidos de 2010, el curso más negro de este siglo.
Este alarmante repunte ha obligado al Gobierno de Aragón a intensificar las campañas para frenar los accidentes y anunciar «acciones inminentes» tras reunirse con la Federación Aragonesa de Montañismo. El Pirineo oscense, muy concurridos por los montañeros vascos, cuenta con las cumbres más altas de toda la cordillera. El subteniente jefe del Grupo Especial de Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil en Huesca, Jesús Guillén, explicó a este periódico que no existe un solo factor que explique este aumento de los accidentes, sino que se debe a una combinación de causas.
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Eso sí, matizaba que este año sí que se ha dado una situación que no ocurría los anteriores. Una inesperada nevada a mediados de mayo rebajó la cota de nieve hasta los 1.600 metros y tiñó de blanco todos los macizos de la cordillera, lo que provoca que a más de 2.000 metros de altitud se puedan encontrar capas de nieve de más de un metro. «A los montañistas les falta información y se encuentran situaciones de riesgo sin el material necesario para afrontarlas». Los rescates este año en la zona han aumentado un 15%.
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