Asturias da por controlados todos los incendios gracias a la lluvia

La ola de incendios aparentemente provocados ha dejado desde el jueves casi 400 vecinos desalojados y decenas de casas devoradas por las llamas, así como cortes de carreteras y de líneas ferroviarias, clases suspendidas y parajes de gran valor paisajístico completamente arrasados. Durante estos tres días de dura batalla contra las llamas, han llegado a contabilizarse 135 fuegos. 95 se registraban a primera hora de la mañana, según el parte del Servicio de Emergencias de Asturias. «En estos momentos es difícil calcular, pero podemos estar en las 11.000 hectáreas quemadas», ha señalado Barbón, que este sábado se ha reunido con los alcaldes de los municipios afectados.

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Nada más terminar, ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha vuelto a insitir en el origen humano de este desastre. «Asturias no arde, la queman. Es muy diferente. Es una acción terrorista», ha lamentado al tiempo que ha advertido que «por suerte no ha habido muertes, pero se pusieron en riesgo cientos de vidas. Estos terroristas pagarán con la cárcel».

Se trata de una auténtica catástrofe a las puertas de la Semana Santa en una comunidad muy visitada en estas fechas. La situación sigue siendo de extrema gravedad yel Gobierno regional solicitará la declaración de zona catastrófica. El concejo de Valdés es, sentenció, «el más castigado», con unos daños que «según dijo el alcalde, llorando, suponen ir 25 años atrás». Oscar Pérez, el alcalde de este concejo, ha publicado este sábado una impactante fotografía en su perfil de Instagram en la que se aprecian cómo los montes que rodean a las casas de varias pedanías han quedado totalmente calcinados.

La actuación extraordinaria de los efectivos del ejército no fue suficiente para conseguir controlar las llamas. La virulencia de los incendios, alimentados por las fuertes rachas de viento sur que arreciaron en la comunidad durante toda la jornada, complicaron las tareas de extinción. Sobre todo, en la zona de Valdés, que quedó aislada; Luarca, completamente cercada por las llamas y el monte Naranco, en Oviedo. Sin embargo, anoche se confirmaba que se producía alguna mejora, ya que se conseguía controlar las llamas en este pulmón verde de la capital asturiana muy conocido por su iglesia prerrománica, que por fortuna no se ha visto afectada. Anoche la UME abandonó el Naranco.

La esperanza es que este sábado el viento amainase y comenzara a llover. Esa «lluvia bendita», como la llaman los bomberos, tan bienvenida. Todos tienen una estrategia clara: el tamaño de los incendios impide atacarlos de frente, por lo que desde el jueves la prioridad es salvar vidas, en primer lugar, y preservar las viviendas cuando es posible. «Para que la gente lo entienda, es lo más parecido a la pandemia. No podemos jugar al ataque, estamos a la defensiva. A esas 375 personas que han sido desplazadas les hemos salvado la vida», aseguraba ayer el presidente del Principado.

Barbón no se anduvo ayer con remilgos y mostró su convencimiento de que detrás de las llamas están «terroristas» que han «actuado de forma coordinada». El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que el viernes por la tarde visitó el puesto de mando avanzado que coordina el operativo, ubicado en Navelgas, en el concejo de Tineo, una de las zonas más afectadas en el occidente, aseguró que investigaciones sobre la autoría de los fuegos «están iniciadas» y, en caso de determinar que han sido provocados, «sus responsables van a responder ante los tribunales».

Sin embargo, también achacó a los efectos del cambio climático esta propagación descontrolada de las llamas. Por otro lado, el ministro ha dicho que si se cumplen los requisitos para la declaración de zona catastrófica, el Ejecutivo central «va a respaldar a todos los afectados desde el primer momento».

El último comunicado del Servicio de Emergencias de Asturias, destacaba que permanecen cerradas al tráfico las carreteras: AS-351 Almuñas-Merás; AS-366 Brieves-Merás; y CO-4 Covadonga-Los Lagos.

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