Tragedia en Valencia

Los frentes abiertos de los vecinos del edificio de Valencia calcinado: ¿Dónde voy ahora? ¿Qué hago con la documentación? ¿Y las ayudas?

Algunos de los residentes han comenzado a reunirse entre ellos para establecer un plan de acción, defender sus intereses y gestionar tanto las ayudas públicas como las indemnizaciones procedentes de las compañías aseguradoras. Hay varios dilemas encima de la mesa, principalmente por la variedad de perfiles que existe entre los damnificados: propietarios que residían en las torres calcinadas, inquilinos y arrendadores. Sin olvidar a aquellos que simplemente adquirieron una plaza del parking subterráneo. Por cierto, este sábado empezaron a sacar los vehículos allí estacionados.

José Luis Mas, quien pertenece al primer grupo, ha tomado la iniciativa de impulsar una asociación de damnificados que abrace a todos, aunque han surgido discrepancias durante los cónclaves iniciales. Con el dolor de las pérdidas apretando, la tensión resulta inevitable. Estos son algunos de los frentes abiertos.

Con los nervios todavía a flor de piel, lospropietarios y los arrendatarios de los pisos siniestrados de Campanar se han reunido este sábado tras el minuto de silencio para comenzar a unirse en el largo camino de tramitaciones y papeleos que tendrán que hacer a partir de ahora. Han mantenido una primera toma de contacto con el objetivo de acordar las primeras medidas, ya que tienen que poner en marcha diferentes gestiones con los seguros y también con los bancos para ver cómo quedan las hipotecas. «Lo que pedimos es no caer en el olvido», ha explicado Miguel Cervera, uno de los damnificados del incendio junto a su mujer:

«Para los afectados está siendo muy duro y con nuestras edades más todavía porque cuando eres joven se remonta mejor. Hemos perdido los recuerdos, la casa y lo que es peor, algunos la vida. Los muertos ya no se recuperan y lo material se soluciona», explica este hombre. El incendio da paso a numerosas incógnitas. Ana María Vela es otra de las afectadas: «Queremos ver cómo nos unimos porque no digo que los bancos nos perdonen toda la deuda, pero sí que nos den ayudas especiales. También hemos hablado con la concejala de Hacienda para que ellos también hablen con los bancos».

El viernes, José Luis Mas, de 67 años, anunció el propósito de crear la plataforma. «Vamos a intentar hacer una asociación todos los vecinos. No para ir contra nadie, sino para estar unidos e intentar que esto no se olvide. Esto no debería haber ocurrido», afirmó este pensionista que trabajó como médico de SAMU. Este sábado, después de los primeros movimientos, se muestra decepcionado. Tenía otras expectativas cuando dio el paso.

«Hemos tenido una reunión en el Ateneo Mercantil. Y ha sido desastroso. Hasta con malas formas, estoy muy deprimido con este tema. La hemos convocado entre dos o tres personas pero sin ningún ánimo de protagonismo. Mi objetivo era crear una asociación de damnificados en la que entraran los propietarios, los inquilinos y los trabajadores. Julián, el conserje al que se tiene como un héroe, se ha quedado sin trabajo», destaca José Luis, quien considera que hace falta una mayor unión de cara a las próximas fechas: «Estoy muy defraudado. Hay gente que tiene unos objetivos en la comunidad y que piensa sólo en los propietarios. Hay ayudas que desde mi punto de vista no deben llegar sólo a propietarios, sino también a inquilinos». No se refiere a las indemnizaciones que negociarán con las aseguradoras, sino a las donaciones que pueden llegar próximamente.

«Si hay una donación de cualquier sitio, esta debe ir a una cuenta montada por una asociación de damnificados que haga llegar eso a todos, tanto inquilinos como propietarios. No estoy hablando del seguro de la finca, sino de donativos que está dando la gente. Hay gente que se está reuniendo para recaudar. Estamos todavía en mantillas, pero hay mucha gente que se ha puesto en contacto conmigo y quiere donar dinero y contribuir», concluye José Luis.

A la tarde, se produjo otro encuentro de propietarios en el hall del hotel al que también han sido invitados responsables del Ayuntamiento de Valencia. El presidente saliente de la comunidad de vecinos, Emilio Verdejo, ha explicado que la cobertura de los seguros no se conocerá «hasta que los profesionales decidan si el edificio está en ruina o no». Además, hay que limar asperezas entre los afectados: «Llevamos un poquito de lío porque había mucho inquilino. Os podéis imaginar el desastre, pero bueno, poquito a poquito».

Este sábado, los vecinos afectados por el incendio de Campanar han podido recuperar las únicas pertenencias que han sobrevivido al incendio: los vehículos. Por la mañana, los damnificados recibieron la confirmación de que los automóviles se encontraban en buen estado, ya que las llamas no habían alcanzado al parking subterráneo. Un amplio aparcamiento de tres plantas que se ha salvado del devastador fuego.

Desde el viernes, algunos vecinos ya entendían que los coches no habían sufrido grandes daños gracias a la información que les transmitía el sistema de wifi de su vehículo. La duda radicaba en cómo podían haberse visto afectados por el agua de la intervención de lo bomberos y por el humo. Este sábado por la mañana ha llegado la confirmación de que los automóviles se encontraban en buenas condiciones. Y esta tarde, algunos vecinos ya han podido acudir a las torres para, con las pertinentes medidas de seguridad, retirarlos del parking.

124 vecinos afectados están realojados en los hoteles Valencia Palace y Primus. Las habitaciones fueron reservadas de entrada hasta el próximo jueves, pero sólo se trata de una fecha estimada. Los hoteles se comprometen a buscar soluciones si se supera ese plazo. En cualquier caso, el Ayuntamiento confía en que, a lo largo de la semana que viene, queden completamente acondicionadas las 131 viviendas que ha ofrecido en Safranar. Se trata de una finca de nueva construcción que adquirió recientemente el Consistorio para, en un principio, destinarla al alquiler asequible. Merced a la colaboración de varias empresas, los pisos se están terminando de amueblar. Ya contaban con electrodomésticos.

«Eso da una cierta tranquilidad. Por lo menos hay algo concreto. No son sólo palabras. Nos han dicho que la idea es que esté la semana que viene, hay que confiar en que lo hagan. En poco tiempo están haciendo muchas cosas», comenta uno de los vecinos, Ricardo Sampieri. En Tabacalera, los damnificados facilitan sus datos para inscribirse en una lista que se tendrá en cuenta para la asignación de las viviendas.

El Ayuntamiento ha habilitado un punto donde personal funcionario especializado se ocupa de gestionar los primeros trámites de urgencia. Abre las puertas a las 8:30 horas. La comisaría de la Policía Nacional ubicada en la calle Hospital ha reservado un horario vespertino para atender a todos los afectados que necesiten resolver trámites relacionados con el DNI y el pasaporte.

«En el primero indicamos el grupo familiar afectado y todo lo que necesitamos para ponernos al día en cuanto a documentación y seguro. Allí hay abogados que, si lo deseas, te ofrecen consulta gratis para asesorar sobre lo que podemos lograr con los seguros. Nos piden información y número de cuenta para cuando vayan a empezar a aportar la ayuda económica», comenta Ricardo Sampieri.

Sin embargo, hay casos excepcionales que generan incertidumbre. Uno de ellos es, por ejemplo, el de Sergio Sinevich. Es bielorruso y se salvó junto a su mujer y sus dos hijos. Han perdido el pasaporte y todavía desconocen cómo podrán recuperarlo.

«Ahora no sé lo que podemos hacer. Vamos a pensar. Somos de Bielorrusia y todos los documentos estaban en casa, pasaporte, tarjetas... No sé qué podemos hacer con el pasaporte. No podemos obtener el pasaporte fuera de Bielorrusia. La Policía me ha dicho que hable con la embajada de Bielorrusia en Madrid. A final del año pasado el presidente de Bielorrusia dijo que no se puede hacer pasaportes fuera del país», lamenta.

Sergio y su familia llegaron a Campanar en septiembre de 2022. Se encontraban en régimen de alquiler. Tienen dos hijos pequeños. Evitaron el fuego por un cúmulo de circunstancias, aunque han perdido a su mascota: «Yo estaba con mi hija en su entrenamiento de tenis y mi mujer normalmente el jueves está en casa con mi hijo, pero este día mi hijo tenía un cumpleaños de amigos. A las 17:00 mi mujer entró en casa para dar de comer a nuestro perro. Y a las 17:10 salió. Y a las 17:30 una amiga llamó a mi mujer para decirle que el edificio se quemaba. Ella corrió y a las 17:50 ella quiso entrar en casa para recuperar al perro pero la policía le dijo que no podía. Nuestros hijos están muy tristes porque no tenemos casa, no tenemos perro... Para nosotros el perro era como un hermano».