El virus vuelve a llenar los hospitales de Euskadi con cifras solo vistas en la primera ola

En concreto, un total de 938. De ellos, 796 en camas convencionales y 142 en cuidados intensivos. Aunque la correlación entre infecciones e ingresos se muestra más baja en esta acometida gracias al efecto de la vacuna en la reducción de los cuadros graves, con semejante volumen de positivos ha sido irremediable que los hospitales hayan alcanzando un nivel de ocupación tan preocupante como en marzo de 2020. En ninguna otra fase de esta crisis se han mostrado tan congestionados, con la planificación logística que supone, además de la ingente sobrecarga de trabajo para los profesionales, que arrastran una extenuación mental y física desde hace casi dos años.

A pesar del menor riesgo de hospitalización, cuantos más positivos se diagnostiquen, mayores posibilidades habrá de que la tensión asistencial continúe al alza. Así ha ocurrido y la previsión es que vaya a más, ya que este último envite vírico aún no ha hollado su cumbre epidémica. En los hospitales el pico de ingresados en planta tarda varias semanas más por el periodo de incubación de la enfermedad, que es de hasta 14 días. En el caso de las UCI, se demora todavía más por la aparición tardía de los síntomas más graves de la infección, los que provocan las dos principales causas de muerte por coronavirus, la neumonía bilateral y el fallo multiorgánico.

El incremento de ocupación se ha hecho más palpable una vez finalizada la Navidad. En planta se contabilizaba hasta ayer el doble de pacientes que el 20 de diciembre. Si se realiza la comparación desde el miércoles -anterior recuento publicado-, el salto también es significativo: 165 personas más.

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, recordó ayer que «la supuesta menor gravedad de la variante ómicron no debe hacernos olvidar que el riesgo sigue siendo muy alto». Con estos números, la sexta ola ya ha superado a la tercera en volumen de enfermos covid en planta. El 1 de febrero del año pasado, el máximo registro en los hospitales de la comunidad no superó los 632 pacientes. Cifras que nada tienen que ver con las de marzo de 2020, cuando se llegaron a contabilizar 1.849.

En abril del primer año epidémico las UCI también alcanzaron su mayor nivel de ocupación hasta la fecha, con 232 críticos. Hasta ayer, y aunque los pacientes se han duplicado en el último mes y ha sumado una veintena más en cuatro días, estas áreas todavía se muestran menos congestionadas que en la cuarta embestida. Entonces, se registraron 195 enfermos muy graves.

El actual número de críticos supone hasta un 38% menos de ocupación con respecto al pico de la primera ola, pero conviene tomarse los datos con cautela. Los hospitales vascos son los más castigados de España y los ingresos muestran valores muy elevados, cercanos del centenar.

De hecho, la media ya se sitúa en 107 hospitalizaciones diarias, un volumen solo visto durante la primera ola. La consejera recordó que Osakidetza está preparada para ampliar más camas de UCI si fuese necesario -el plan de contingencia se encuentra en el nivel 3 de los cinco posibles-, pero «nadie quiere llegar a esos extremos».