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Era previsible que ocurriese y ha ocurrido. La sexta ola pandémica que ha propagado el virus durante la Navidad como nunca antes lo había hecho ha impactado en la vuelta a clase. Más de 800 docentes de la red pública vasca han caído de baja ... y no pudieron regresar ayer a las aulas. La cifra más que quintuplica la de un año normal en la misma fecha, que ronda los 150. En 2021, ya con el coronavirus como protagonista definitivo de nuestras vidas, hubo 212 casos. Es decir, que ahora se han cuadriplicado. Los más de 800 registrados suponen un 3,5% del personal en la red pública no universitaria, donde trabajan unos 24.000 docentes.
¿Y en la concertada? Desde la patronal mayoritaria, la de colegios religiosos Kristau Eskola, no ofrecen datos. Pero considerando que, según fuentes educativas, esta red cuenta con 14.000 profesionales, si se aplica un porcentaje similar de bajas al que sufre la pública, arrojaría casi 500 ausencias. Sumadas a las más de 800 registradas por el Departamento de Educación, la enseñanza no universitaria en Euskadi habría retomado ayer el curso con 1.300 bajas en total.
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Aiende S. Jiménez
Los datos de la red pública fueron ofrecidos por el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, quien en declaraciones a Radio Euskadi recordó que los más de 800 profesionales contagiados ya tenían sustitutos antes de arrancar las clases. Eso ha sido posible porque se ha habilitado un mecanismo para que las direcciones de los centros puedan informar de estas situaciones con un par de días de antelación. Antes de la crisis pandémica no se conocían las bajas en cada centro educativo hasta el mismo día en el que comenzaban las clases.
La incertidumbre está en qué ocurrirá a partir de ahora. Porque ómicron sigue propagándose. En este sentido, desde el Gobierno vasco hacen notar que las bajas por covid, que son la inmensa mayoría, tienen una duración muy limitada en el tiempo. Siete, diez días. De manera que una parte de los ausentes ayer y enfermos desde la semana pasada se reincorporarán antes de que termine esta semana y no se tensarán demasiado las listas de sustituciones. Siempre hay más problemas para encontrar reemplazo en Secundaria que en Primaria por la mayor especialización, aunque en este sentido desde Lakua recuerdan que en caso de necesidad es posible flexibilizar los requisitos exigibles a los sustitutos en caso de un pico de bajas.
Porque el reto ahora es mantener la presencialidad en la escuela, y prácticamente todos los agentes implicados están de acuerdo en que se trata de una prioridad: desde el Gobierno vasco hasta los sindicatos pasando por los padres y madres. Al fin y al cabo, es el único modo de diluir las diferencias sociales entre familias garantizando una educación igual para todos los niños y niñas.
Como balance del primer día de clase tras la Navidad hay que decir, pues, que no se ha roto nada. Coincide la parte sindical. «No ha sido nada caótico y las bajas, muy mayoritariamente, se han cubierto», certifica Nagore Iturrioz, portavoz de Steilas, central mayoritaria en el sistema educativo público.
Lo que sí lamenta la representante de los docentes es la «incertidumbre brutal» que se cierne sobre los centros. En especial, en lo referente a «cuándo se confinará un aula». La Comisión de Salud Pública decidió el viernes en Madrid recomendar que solo guarden cuarentena, en las etapas de Infantil y Primaria, los alumnos de un aula en la que se den cinco o más contagios, o sumen el 20% del total. Pero el Departamento vasco de Salud «no ha aclarado aún si aplicará este criterio o no».
El consejero Bildarratz, por su parte, apuntó que aún siendo la situación «muy delicada», la necesidad de cerrar aulas o no la determinará el avance de la enfermedad y se remitió a los criterios que establezca el área liderado por Gotzone Sagardui.
En la UPV/EHU el problema de las bajas ahora no es preocupante por motivos de calendario: «Estamos en época de exámenes», explica Federico Recart, vicerrector de Personal Docente e Investigador. Aunque admite que no tienen contabilizados los positivos por covid entre el profesorado, el hecho de que las clases no comiencen hasta dentro de un par de semanas reduce el impacto de posibles ausencias.
Tampoco está habiendo problemas en las universidades privadas. En Deusto únicamente 30 trabajadores de una plantilla de 1.469 personas dieron positivo en la semana entre el 1 y el 9 de enero. En Mondragon Unibertsitatea, por su parte, tras las vacaciones navideñas hay cuatro docentes de baja de un total de 580.
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