La pandemia no da tregua en Euskadi con 402 nuevos casos y deja 29 fallecidos en la última semana

Tras una ralentización en la caída de la curva iniciada a mediados de febrero, finalmente la comunidad se encuentra inmersa en una fase de meseta o estancamiento que mantiene en vilo al Gobierno vasco por el alto riesgo de rebrote en un momento todavía altamente preocupante: los niveles de contagios se mantienen elevados, la incidencia muy lejos del objetivo de los 60 casos por cada 100.000 habitantes y los hospitales todavía muy tensionados, con una ocupación superior a la vista a principios de enero, cuando se desató esta última onda epidémica por el efecto 'supercontagiador' de la Navidad. Un escenario crítico.

En los últimos días las autoridades sanitarias vienen lanzando el mensaje de que toca aprender de los errores cometidos durante este año de pandemia. Y por ello, no se descarta que el Gobierno vasco endurezca las actuales medidas de contención, incluso sin dejar pasar la Semana Santa. Pese a que la movilidad estará restringida para desplazarse más allá de las fronteras vascas, los expertos temen las interacciones sociales que se puedan producir en estas fechas, en las que muchos ciudadanos gozan de días de asueto. Desde el martes de la semana pasada los vascos se pueden mover libremente por toda la comunidad después de un cerrojazo municipal y provincial que duró 43 días. De la evolución del virus estos días dependerán las decisiones que tome el LABI en su próxima reunión.

Sobre la mesa están los últimos registros epidemiológicos, que al igual que estos días, distan de los vistos hace unas pocas semanas. Han empeorado. Por territorios, Bizkaia suma 205 casos, Álava 69 y Gipuzkoa 118. Ayer, se realizaron 8.874 pruebas, entre PCRs y test de antígenos, de los que un 4,5% se saldaron con resultado positivo. Un valor similar al de estos días. No tan alarmante como el registrado en enero cuando el patógeno se desbocó, pero sigue por encima del umbral que la OMS recomienda para los países europeos (4%).

Además, los contagios computados durante la jornada de ayer volvieron a crecer en comparación con el mismo día de la semana pasada, una tendencia que ocurre desde el pasado jueves y que supone un fiel reflejo de la realidad, que la transmisión del patógeno se ha incrementado. Euskadi no rebasaba la barrera de los 400 positivos diarios desde hace 19 de días, desde el 25 de febrero, fecha en la que ya se mostraban signos de desaceleración en la marcha atrás de la tercera oleada.

Todo ello tendrá reflejo en la tasa de incidencia acumulada a 14 días, el indicador que muestra la evolución del virus durante las dos últimas semanas -justo el periodo de incubación de la enfermedad-. Continúa en fase creciente con subidas tímidas, pero cada vez mayores. Según el boletín difundido por Salud, el País Vasco contabiliza 206,07 casos por cada 100.000 habitantes, 3 puntos más que ayer y 7 más que hace una semana, cuando bajó de los 200 por primera vez desde el mes de agosto. La media de la comunidad se ve arrastrada por los aumentos claros en las tres provincias. El más acusado, el de Gipuzkoa, aunque se mantiene como el territorio con la incidencia más baja. Bizkaia, por su parte, crece 3 puntos y Álava uno.

Éste es uno de los parámetros con el que el Plan Bizi Berri III mide la circulación del virus, pero también el RO ofrece información fidedigna de cómo está la situación. Y en los últimos días no ofrece noticias alentadoras. Encadena ya seis días por encima del 1, lo cual permite intuir que los casos pueden ir a más, ya que cada infectado vasco contagia a más de una persona. En las últimas dos jornadas se ha disparado y tras haber marcado ayer un 1,11, el parte informa de que se sitúa en 1,13, el máximo registro desde el pasado 25 de enero, en plena escalada de la tercera ola.

Bajo la lupa está el avance de la cepa británica, una de las causas que han contribuido a que hayan empeorado los datos epidemiológicos. Sin embargo, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, señaló ayer que el impacto no había crecido, según los últimos datos recabados, y que se mantenía en torno al 50 o 60%. Una variante ya predominante en la comunidad que resulta hasta un 70% más contagiosa que la circulante anterior y, que por tanto, podría causar más ingresos y, cómo no, más muertes.

En el ámbito asistencial, la preocupación sigue siendo máxima. La presión hospitalaria ha caído con respecto a los momentos más convulsos, sobre todo en planta, pero las UCI se mantienen muy tensionadas, en un nivel 3 de los cinco que contempla el plan de contingencia. Además, el leve aumento de los casos de estos días no ayudará a que la descongestión de las unidades de críticos tome mayor ritmo. De hecho, en las últimas horas cuentan con tres pacientes más que en la jornada anterior, un total de 101 y experimentan cuatro días de aumento de la ocupación. En planta se contabilizan dos pacientes menos -un total de 222-, pero el número de ingresos registrado ayer ha sido mayor que el martes de la jornada pasada, 39 frente a 31.