Las empresas aguardan a conocer la letra pequeña del decreto sobre las mascarillas antes de decidir su retirada

¿Y qué sucederá con las empresas? Es la gran incógnita, por el momento: Miles de trabajadores están pendientes a estas horas de la letra pequeña de Real Decreto que se publicará esta medianoche en el BOE para tomar una decisión. El Gobierno central deja en manos de los servicios de prevención de cada compañía la decisión de mantener su obligatoriedad, en función de las condiciones en las que se desarrolle el trabajo.

Euskadi afronta el epílogo de la última gran restricción anticovid que seguía vigente con una tasa de contagio aún alta. La incidencia acumulada estaba el pasado lunes -último dato oficial- en 299 puntos, tras sumar 3.353 nuevos casos en los siete días anteriores. En los hospitales esta transmisión notable está teniendo una repercusión menor que en anteriores etapas de la pandemia. Hace una semana había 203 pacientes positivos en planta, pero solo 10 en la UCI en estado crítico.

La Ponencia de Alertas instaba en su último informe a dar continuidad al protector en el ámbito laboral siempre que los empleados guarden una distancia interpersonal menor de metro y medio y no pueda garantizarse una correcta ventilación. Es previsible que la norma gubernamental recoja estas sugerencias del Centro de Control de Alertas y Emergencias Sanitarias (CAES), analizadas por los expertos de las comunidades, y resuelva algunas de las dudas que aún están en el aire.

Si hay un ámbito en el que persisten dudas sobre si mañana habrá que utilizar la mascarilla este es el laboral. Sanidad ha optado por que sean los servicios de prevención de cada empresa los que tomen la decisión entre sus empleados. Son numerosas las compañías que esperan aún a conocer la letra pequeña del decreto para tomar la decisión final. Es el caso de Eroski o Iberdrola. Otras, como Mercedes, ya han trasladado a sus operarios que esta prenda seguirá siendo obligatoria. Al menos por el momento. Mapfre recomienda mantenerla en interiores cuando no haya distancia de seguridad y es lo que va a pedir que hagan sus asalariados.

Tanto el Gobierno vasco, como la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao han definido una serie de directrices que a lo largo del día de hoy trasladarán a sus trabajadores. En el caso del Consistorio, se mantendrá la mascarilla en su plantilla si no puede guardar las distancias.

Alfonso Ríos, responsable de Salud Laboral de Comisiones Obreras en Euskadi, apunta que en las evaluaciones de riesgos que deben hacer las empresas para tomar esta decisión hay tres aspectos que «deberían tener un peso especial». Los dos primeros son los planteados por la Ponencia de Alertas: la necesidad de poder mantener la distancia interpersonal de metro y medio y garantizar una ventilación adecuada. El tercer aspecto que, en opinión de Ríos, debe ser tenido en cuenta para mantener el uso del protector, es «si en la empresa hay personas vulnerables» con criterios de riesgo para sufrir un cuadro grave de covid en caso de infectarse.

Uno de los espacios en los que no va a desaparecer la mascarilla es en los centros sanitarios. Aquí se incluyen hospitales, ambulatorios y clínicas. Deberán emplearlas sanitarios y visitantes, al igual que los pacientes cuando estén en las zonas comunes. No así mientras estén en su habitación. El decreto también fijará la obligatoriedad de ponerse el protector en farmacias y centros de donación de sangre por ser «establecimientos sanitarios a los que va gente vulnerable».

Las residencias, los centros de día y de atención a personas con discapadidad y las prisiones son espacios cerrados en los que el virus puede causar un mayor impacto. Una vez se cuela dentro es más fácil que se puedan generar brotes en personas vulnerables. Por este motivo el Ministerio de Sanidad mantendrça el uso de la mascarilla para evitar la transmisión. No será obligatoria para los residentes y presos al considerarse que estas personas institucionalizadas se encuentran en su domicilio, pero sí para los trabajadores y visitantes. Sanidad los considera potenciales vías de introducción del patógeno en estos recintos.

Como ocurre desde hace casi dos años toda persona mayor de 6 años que a partir mañana quiera subir a un transporte público deberá hacerlo con la mascarilla puesta. No habrá excepciones, ni para usuarios, ni para trabajadores, ni tampoco para ningún medio. La norma será la misma para aviones, autobuses, trenes o taxis.

En los centros educativos los alumnos no las tendrán que utilizar a partir de mañana, tal y como plantearon los pediatras en febrero. Solo se recomienda su empleo entre estudiantes vulnerables. Aún así en este punto no hay consenso entre las comunidades autónomas y es previsible que la medida se aplique con diferentes tiempos en función de los territorios. Cataluña, que lleva semanas reclamando esta medida, la activará desde hoy, con el regreso de las clases tras las vacaciones. Andalucía apuesta por una retirada progresiva de los protectores por franjas de edad, comenzando «por los más pequeños». Euskadi va de la mano del Ministerio y los expertos de la Ponencia de Alertas en esta cuestión, mientras que Asturias pide respetar a los niños y familias que opten por mantener su uso en el colegio.