Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La reunión de la comisión técnica del LABI, que hoy presidirá el lehendakari y en la que se someterá a examen la situación epidemiológica y sanitaria de la comunidad, coincidirá con los momentos más convulsos en los hospitales en esta fase de la pandemia. De ... ahí las dudas de los expertos que asesoran a Urkullu a la hora de suavizar las medidas. La presión asistencial sigue en aumento en Euskadi y las UCI volvieron a marcar ayer otro máximo de la quinta ola. Estas áreas atienden a 73 ciudadanos en estado muy grave.
Noticia Relacionada
Los datos que los científicos tendrán sobre la mesa arrojan más sombras que luces. El País Vasco es la tercera comunidad más azotada en esta marcha atrás de la quinta ola. Salvo Ceuta, cuya situación no es comparable con lo que ocurre en la península por su posición geográfica, solo se ve superada en incidencia acumulada por Baleares y La Rioja, según el boletín ministerial. El Departamento vasco de Salud reportó un total de 641 contagios. Es cierto que el virus mengua y eso es un buen signo. Pero con importantes matices: los niveles de contagios se mantienen muy elevados y en las últimas jornadas la curva epidémica cae a un ritmo más lento que en semanas anteriores.
De seguir así, no parece factible que hoy este importante indicador se sitúe por debajo de los 500 casos, la barrera marcada por el Ejecutivo vasco para aflojar las restricciones, que afectan a la hostelería y las actividades comerciales, culturales y deportivas. No parece previsible que el ocio se pueda alargar más de la una de la madrugada. No se esperan cambios. Solo si Urkullu convocase a la mesa política de manera urgente, el órgano encargado de la toma de decisiones sobre la pandemia.
Más información
Alba peláez | carlos nieto
El segundo parámetro sobre el que está puesto el foco no ofreció buenas noticias. Las UCI siguen tensionadas, el escenario opuesto que buscaba el Gabinete de Urkullu, que la semana pasada vinculaba la relajación de las limitaciones a que los hospitales se vacíen. Es posible que el pico en estas áreas todavía no se haya alcanzado. Hay que tener en cuenta que el techo de ocupación puede demorarse hasta tres semanas desde la cumbre epidémica debido a las estancias más prolongadas de los enfermos críticos.
No se trata de los niveles de ocupación de otras ondas epidémicas por el efecto de la vacuna -los jóvenes sufren menor riesgo de padecer complicaciones-, pero el flujo de nuevos ingresos no cesa y eso preocupa sobremanera a los científicos. Sin embargo, los centros de Osakidetza tienen bastante margen de maniobra. Cabe recordar que en la cuarta ola se llegó a atender a 195 pacientes en intensivos, aunque implicó adoptar medidas extraordinarias. Se suspendieron las cirugías no urgentes. Al menos, en el hospital de Cruces no ha sido necesario habilitar más camas de UCI. Se mantiene el nivel 1. Según explicaron ayer fuentes sanitarias, la ocupación se muestra similar a la de un invierno prepandémico, pero con la salvedad de que es agosto y las plantillas se encuentran a medio gas. «Tenemos mucha más carga de trabajo que la esperable en verano, pero asumible con los recursos normales del hospital», precisaron.
17 días después de que la quinta ola haya tocado techo, tampoco está claro aún que en planta lo peor haya pasado. Este lunes fueron internados 49 vascos con síntomas graves, un volumen demasiado elevado. La incidencia del virus y la presión asistencial son los dos indicadores más relevantes que hoy analizarán los expertos. Pero, en el ámbito epidemiológico, sigue inquietando también la alta tasa de positividad. Casi 10 de cada 100 ciudadanos que se someten a un test están infectados. Aunque ayer bajó al 9,4%, sigue siendo el doble de lo aconsejable por la OMS. Muestra clara de lo rápido que circula el virus y las dificultades de las redes de rastreo para llegar a tiempo a cortar las cadenas de contagio. Y a todo ello hay que sumar la proliferación de celebraciones multitudinarias por las 'no fiestas', que se espera que no decaigan hasta el inicio de las clases.
Aunque la quinta ola de la pandemia retrocede en contagios y en incidencia, la mortalidad continúa dejando datos muy preocupantes en España. El Ministerio de Sanidad notificó ayer 144 fallecidos, la cifra diaria más alta desde el pasado 11 de mayo. El total de decesos desde el inicio de la pandemia se eleva a 82.739.
El departamento que dirige Carolina Darias también registró 14.336 nuevos contagios, que llevan el total de positivos a 4.733.602. Mientras, la incidencia acumulada cae por debajo de los 400 casos, algo que no sucedía desde el 12 de julio, y se queda en 398,94.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.