Pfizer y Moderna suben a la Unión Europea el precio de sus vacunas

La imperiosa necesidad que existió de garantizar el suministro por parte de ambas compañías cuando se investigaba la posible conexión de las fórmulas de AstraZeneca y Janssen con casos de trombosis habría llevado -siempre según el periódico británico- a que la UE aceptase la posibilidad de que las farmacéuticas pudiesen elevar sus importes. Unas negociaciones que se han desarrollado en la más estricta confidencialidad y, de hecho, el precio real de las vacunas siempre se ha ocultado. Por eso se desconoce si Europa está pagando en estos momentos más que Estados Unidos -de donde precisamente proceden Pfizer y Moderna- o si los países con rentas más bajas están pagando menos, como se prometió en un primer momento.

Según denunció hace pocos días 'People's Vaccine', una coalición de organizaciones y activistas, estas dos empresas se están aprovechando de su éxito en la campaña de inmunización para cobrar a los gobiernos de todo el mundo «34.500 millones de euros de más respecto al coste estimado de producción». Un análisis previo de dicha entidad ya estimaba que los Veintisiete ya habrían pagado hasta 31.000 millones de sobrecoste que es el equivalente al 19% de su presupuesto total para el presente ejercicio.

El nuevo contrato de las farmacéuticas con la UE asegura la entrega de 2.100 millones de vacunas hasta 2023 y, a partir de ahí, las autoridades comunitarias se reservan el derecho a reclamar 1.800 millones más de la marca Pfizer si se confirma la necesidad de las inyecciones de 'recuerdo', la posible inoculación a los niños más pequeños y en función de cómo evolucionen las nuevas variantes del SARS-CoV-2. Y es que se da por hecho que los países miembros ya cuentan con las dosis suficientes como para inmunizar a sus ciudadanos, aunque el ritmo de inoculación sea desacompasado.

La consultora biotecnológica Airfinity calcula que Pfizer podría ingresar este año más de 47.000 millones de euros y Moderna, otros 25.000 millones. Unos resultados que incluso podrían llegar a más si sus encargos vuelven a dispararse ante la posible necesidad de administrar una tercera dosis el próximo invierno. Los datos de ambas farmacéuticas superarán de largo la facturación de la británica AstraZeneca, que ganará 12.500 millones y eso que suministra de forma indefinida a precio de coste su solución a países en vías de desarrollo.