La quinta ola comienza a aflojar en Euskadi tras registrar 1.500 casos menos en la última semana

Esta caída del 17% no es del todo determinante, pero da cierta tranquilidad después de un mes con una escalada imparable de los contagios. Aunque el virus sigue sin dar tregua, varios indicadores revelan que esta pasada semana ha sido diferente a la precedente. Uno de ellos, el volumen de casos registrados. Entre el 18 y el 24 de julio, la epidemia vasca batió el récord de positivos de toda la crisis: más de 10.300. El anterior peor cómputo semanal tuvo lugar en noviembre, cuando se registró un millar de infecciones menos.

También la comparativa diaria ofreció noticias esperanzadoras. El País Vasco suma ya siete jornadas con menos casos computados que en el mismo día de la semana anterior, una prueba clara de que el virus afloja. Despacio, pero lo hace. Además, se ha reducido la velocidad de reproducción, una de las primeras señales que indican que el temporal da visos de amainar. Hasta el pasado viernes -último dato hecho público-, el RO, el índice que determina a cuántas personas contagia a su vez cada infectado, se situaba por debajo 1 a nivel general y en las tres provincias. Parece consolidar su declive por debajo de la barrera prohibida, lo que indica una fase de desaceleración de la pandemia.

Sin embargo, va a costar bajar la curva de esta 'ola joven'. La vacunación avanza, pero todavía quedan muchos ciudadanos por inmunizar y conseguir ese muro infranqueable con el que debilitar al virus. A lo que hay que añadir la mayor contagiosidad de la variante Delta y que acaba de arrancar agosto, el mes por excelencia de las vacaciones estivales, en el que se sucederán las interacciones sociales y los movimientos de población.

Un escenario propicio para que la epidemia ocasione ciertos sobresaltos con repuntes, de mayor o menor intensidad, pero que impidan al patógeno iniciar el ansiado cambio de tendencia. Este domingo, la incidencia acumulada a 14 días volvió a bajar hasta los 869 casos por cada 100.000 habitantes. Solo cuatro puntos menos que el día anterior, cuando la curva epidémica marcó una nueva cima (873). Momento de vaivenes. Todo está por ver. Saber si este 'valle' derivará en un nuevo ascenso o si, por el contrario, esta última acometida ha llegado al pico y, a partir de ahora, todo irá mejor.

En el otro reverso de la moneda, está el elevado grado de transmisión. El índice de contagiosidad no acaba de moderarse y se encuentra muy alejado del límite que la OMS considera permisible para los países europeos (4%). Según la información facilitada por Osakidetza, un 12,4% de las pruebas efectuadas diagnosticaron la enfermedad. De nuevo, por encima del 10%. Ya son 19 días seguidos. Demasiados casos se quedan fuera del radar de los rastreadores, de manera que no se cortan de raíz posibles cadenas de contagio y el virus sigue campando a sus anchas.

Además, la actividad diagnóstica fue más baja de lo habitual para un sábado. Un claro condicionante de que se registrasen unos 300 casos menos que el día anterior y de que Euskadi se quedara por debajo de la barrera del millar de positivos después de cinco días. Por territorios, Bizkaia acaparó, como es habitual, el grueso de los contagios, pero con un porcentaje mayor que en otras jornadas (59%). Se mantiene como la única provincia al alza, aunque con el menor incremento en un mes.

Mientras, en el ámbito asistencial el panorama sigue de manera similar. El goteo de ingresos en planta no cesa, aunque el sábado se registraron 31, la menor cifra de toda la semana. En las UCI, el nivel de ocupación no varió con respecto al día anterior. En el conjunto de la comunidad se mantiene con 63 vascos debatiéndose entre al vida y la muerte por culpa de la covid.